Los equipos de salvamento continuaban el viernes extrayendo los cuerpos de las víctimas en el rascacielos. Los empleados rechazan algunos supuestos. Uno de ellos explica que no pudo ser un atentado porque él no escucho ninguna explosión tan solo, dice, se vino todo abajo.
El presidente Enrique Peña Nieto se trasladó ayer al hospital para visitar a los heridos. El desastre en la petrolera estatal va a ser uno de los primeros exámenes serios a su capacidad de gestión.
La compañia representa un tercio de los ingresos del Estado pero ha sido protagonista de muchos desastres debido a las carencias en la seguridad. Tras el último suceso, en el país han sido declarados tres días de luto oficial.
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