El ministro alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, Dirk Niebel, propuso hacer uso de los alimentos que contienen carne de caballo vendidos bajo la etiqueta de carne de res repartiéndolos entre las personas con menos recursos.

"Más de 800 millones de personas pasan hambre a nivel mundial. En Alemania también hay familias que no tienen suficientes recursos para comprar productos alimenticios de buena calidad", destacó Niebel. En ese sentido, explicó el alto funcionario alemán, sería irresponsable tirar la comida sólo por una etiqueta falsa.

La idea de Niebel fue respaldada por un representante de la Iglesia Evangélica alemana, Bernard Falmberg: "La Iglesia considera muy dudosa la sola idea de tirar alimentos a la basura", dijo.

Sin embargo, dicha propuesta despertó fuertes críticas por parte de sus colegas del Gobierno que la consideran "inhumana, indigna y cínica". "Cada persona debe saber qué está comiendo, sea rica o pobre", indicó la ministra de Asuntos Sociales, Ursula von der Leyen. 

La declaración del ministro alemán hace referencia al escándalo desatado por el hallazgo de carne de caballo en hamburguesas, lasañas y otros productos congelados. Según la orden de la Comisión Europea, actualmente toda la carne que entra en el mercado de la UE ha de ser examinada para la posible detección de contenido inapropiado. Las autoridades ya emprendieron las inspecciones correspondientes en un total de 100 compañías alimenticias.