Malvinas Argentinas es una localidad situada en el departamento Colón, provincia de Córdoba. Se encuentra a 14 km al este del centro de la ciudad de esa provincia,comunicada por las rutas nacional 19 y provincial A188.
Su población experimentó un importante crecimiento, en el último censo, realizado en 2001, pero lamentablemente hoy es noticia desde que la llegada de la empresa Monsanto revolucionó a su gente.
Matias Marizza es educador en el colegio Héctor Valdivielso situado en Malvinas Argentinas. En estos momentos, los maestros, los obreros, los que atienden el almacén, los estudiantes, las madres, los padres, los y las jóvenes se han convertido en luchadores de la vida. ¿Por qué? Porque han tenido que salir a las calles a pedir una vez más que aquellos que irrumpen con su poder omnipotente la serenidad del lugar los dejen vivir en paz.
"El intendente de Malvinas, Daniel Arzani, esta en su cuarto período de gobierno, lo que ha configurado un escenario político que se traduce en el espacio publico, de un pueblo dividido en dos, los que están a favor o en contra del intendente. La noticia de la llegada de Monsanto ha reconfigurado este escenario, que quedo dividido en quienes están en contra de la empresa, y quienes defienden incondicionalmente al intendente, que no son posiciones necesariamente contrapuestas", cuenta Matías.
En este sentido explica además, que la instalación de Monsanto en Malvinas tiene que ver con varias razones: por un lado un acuerdo del Gobierno Nacional (FPV) provincial (UPC) y municipal (Radical) por otro, la necesidad de trabajo que existe en Malvinas, lo cual parece ser un escenariopropicio para la instalación de esta planta ya que traería el "progreso al pueblo".
Además de que en la zona hay un acuífero importante; la ubicación estratégica, en el centro del país, a minutos de la ciudad cordobesa hace mucho mas "propicio" el negocio. "La planta quiere ampliar la frontera sembrada de maíz transgénico que se ubica en la región centro del país", agregó el educador.
En palabras del Prof. Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo - Presidente de FUNAM (Fundación para la defensa del ambiente) Monsanto es una empresa que ingresó a la Argentina como industria plástica primero, y como productora de semillas no transgénicas después. Sin embargo, sus actividades productivas y comerciales crecieron explosivamente a partir de la decisión que tomaron varios funcionarios públicos de Argentina en una oscura reunión de la CONABIA, el organismo de la Secretaría de Agricultura de la Nación, el 21 de septiembre de 1995. Ese organismo consideró que en lo referente a bioseguridad agropecuaria no había inconvenientes para que se comercializara la soja RR (Round-up Ready). Las cartas habían sido echadas sin previo debate público ni consulta. Argentina ingresó de la mano de Felipe Solá y un grupo de funcionarios a la experimentación abierta de organismos genéticamente modificados. Todos ellos aprobaron al enigmático vegetal de pequeña estatura el 25 de marzo de 1996. La piratería de Monsanto, que se había apoderado de los genes naturales de la soja ingresaba legalmente al país. En cuanto al glifosato ya había sido aprobado en 1977 por el SENASA, que lo revalidó en 1999. Hacia fines de la década de 1990 Argentina empezaba a pagar el precio de tener instituciones públicas y funcionarios poco serios, más preocupados por complacer a las corporaciones internacionales que en proteger la salud de los ciudadanos. En base al criterio de dosis letal 50 -absolutamente inapropiado para clasificar plaguicidas- el glifosato ya estaba incluido internacionalmente en la Clase Toxicológica IV: "productos que normalmente no ofrecen peligro".
Frente a la complicidad de los gobiernos que continúan permitiendo que su propio pueblo muera en manos del "Capitalismo serio" es que Malvinas Argentinas decidió organizarse y repudiar la falta de medidas que protejan el medio ambiente, la salud y la vida de las personas.
"Cuando nos enteramos por los medios en julio de 2012, un vecino llamo a Raúl Montenegro (FUNAM), nos juntamos unos 150 vecinos que ya teníamos una idea, y decidimos organizarnos para la lucha. Se hicieron marchas en Malvinas (10 hasta ahora), esto no es un dato menor ya que no había habido nunca marchas, si cortes de ruta, pero no marchas", señaló Matías.
En relación a la lucha concreta, el educador detalló que "se hicieron folleteadas informativas casa por casa, edición de revistas y presencia en las calles continuamente contando lo que sabemos. En relación al espacio político hubo presencia en la legislatura provincial junto a distintos legisladores que apoyan la causa y han entregado distintos proyectos que el oficialismo (UPC) congela y ni siquiera deja discutir. También presentamos un proyecto de ordenanza por iniciativa popular en el Consejo Deliberante de Malvinas, que seguimos hasta que lo trataron y lo rechazaron sin discutirlo. Hemos presentado al intendente pedidos de consulta popular, informes de contaminación y todos los pedidos fueron rechazados. En el espacio jurídico presentamos un amparo para impedir que la planta se construya hasta tanto no este el informe de impacto ambiental y las audiencias publicas, esto camina, pero muy lento. Asimismo, participamos y organizamos eventos con otras organizaciones socioambientales de la provincia y de la nación (uac, festivales, marchas)".
La respuesta de las autoridades frente a los reclamos es que "no hay certezas de que la planta contamina", a pesar de los informes, del historial de Monsanto en el mundo. Señalan que en Malvinas es necesario el trabajo. "Provincia no habla de esto, Nación mucho menos", critica Matías y enfatiza en que el horizonte de la lucha es que: "La planta no se instale ni en Malvinas ni en ningún lado, y que en definitiva seamos los vecinos mediante el voto quienes decidamos"
No hemos visto en las noticias centrales hablar sobre las consecuencias negativas de la instalación de la multinacional Monsanto en nuestro país. ¿En quién piensan nuestros mandatarios cuando deciden, bajo la excusa del "progreso" dejar entrar una empresa sobre la que hay pruebas contundentes de daño ambiental y humano?
Córdoba no es un caso aislado. El veneno del Glifosato con el que las personas son rociadas para sostener el imperio sojero son la prueba mas fehaciente de que lo que menos importa en el mega negocio bajo el que se hizo este acuerdo, es la gente.
Su población experimentó un importante crecimiento, en el último censo, realizado en 2001, pero lamentablemente hoy es noticia desde que la llegada de la empresa Monsanto revolucionó a su gente.
Matias Marizza es educador en el colegio Héctor Valdivielso situado en Malvinas Argentinas. En estos momentos, los maestros, los obreros, los que atienden el almacén, los estudiantes, las madres, los padres, los y las jóvenes se han convertido en luchadores de la vida. ¿Por qué? Porque han tenido que salir a las calles a pedir una vez más que aquellos que irrumpen con su poder omnipotente la serenidad del lugar los dejen vivir en paz.
"El intendente de Malvinas, Daniel Arzani, esta en su cuarto período de gobierno, lo que ha configurado un escenario político que se traduce en el espacio publico, de un pueblo dividido en dos, los que están a favor o en contra del intendente. La noticia de la llegada de Monsanto ha reconfigurado este escenario, que quedo dividido en quienes están en contra de la empresa, y quienes defienden incondicionalmente al intendente, que no son posiciones necesariamente contrapuestas", cuenta Matías.
En este sentido explica además, que la instalación de Monsanto en Malvinas tiene que ver con varias razones: por un lado un acuerdo del Gobierno Nacional (FPV) provincial (UPC) y municipal (Radical) por otro, la necesidad de trabajo que existe en Malvinas, lo cual parece ser un escenariopropicio para la instalación de esta planta ya que traería el "progreso al pueblo".
Además de que en la zona hay un acuífero importante; la ubicación estratégica, en el centro del país, a minutos de la ciudad cordobesa hace mucho mas "propicio" el negocio. "La planta quiere ampliar la frontera sembrada de maíz transgénico que se ubica en la región centro del país", agregó el educador.
En palabras del Prof. Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo - Presidente de FUNAM (Fundación para la defensa del ambiente) Monsanto es una empresa que ingresó a la Argentina como industria plástica primero, y como productora de semillas no transgénicas después. Sin embargo, sus actividades productivas y comerciales crecieron explosivamente a partir de la decisión que tomaron varios funcionarios públicos de Argentina en una oscura reunión de la CONABIA, el organismo de la Secretaría de Agricultura de la Nación, el 21 de septiembre de 1995. Ese organismo consideró que en lo referente a bioseguridad agropecuaria no había inconvenientes para que se comercializara la soja RR (Round-up Ready). Las cartas habían sido echadas sin previo debate público ni consulta. Argentina ingresó de la mano de Felipe Solá y un grupo de funcionarios a la experimentación abierta de organismos genéticamente modificados. Todos ellos aprobaron al enigmático vegetal de pequeña estatura el 25 de marzo de 1996. La piratería de Monsanto, que se había apoderado de los genes naturales de la soja ingresaba legalmente al país. En cuanto al glifosato ya había sido aprobado en 1977 por el SENASA, que lo revalidó en 1999. Hacia fines de la década de 1990 Argentina empezaba a pagar el precio de tener instituciones públicas y funcionarios poco serios, más preocupados por complacer a las corporaciones internacionales que en proteger la salud de los ciudadanos. En base al criterio de dosis letal 50 -absolutamente inapropiado para clasificar plaguicidas- el glifosato ya estaba incluido internacionalmente en la Clase Toxicológica IV: "productos que normalmente no ofrecen peligro".
Frente a la complicidad de los gobiernos que continúan permitiendo que su propio pueblo muera en manos del "Capitalismo serio" es que Malvinas Argentinas decidió organizarse y repudiar la falta de medidas que protejan el medio ambiente, la salud y la vida de las personas.
"Cuando nos enteramos por los medios en julio de 2012, un vecino llamo a Raúl Montenegro (FUNAM), nos juntamos unos 150 vecinos que ya teníamos una idea, y decidimos organizarnos para la lucha. Se hicieron marchas en Malvinas (10 hasta ahora), esto no es un dato menor ya que no había habido nunca marchas, si cortes de ruta, pero no marchas", señaló Matías.
En relación a la lucha concreta, el educador detalló que "se hicieron folleteadas informativas casa por casa, edición de revistas y presencia en las calles continuamente contando lo que sabemos. En relación al espacio político hubo presencia en la legislatura provincial junto a distintos legisladores que apoyan la causa y han entregado distintos proyectos que el oficialismo (UPC) congela y ni siquiera deja discutir. También presentamos un proyecto de ordenanza por iniciativa popular en el Consejo Deliberante de Malvinas, que seguimos hasta que lo trataron y lo rechazaron sin discutirlo. Hemos presentado al intendente pedidos de consulta popular, informes de contaminación y todos los pedidos fueron rechazados. En el espacio jurídico presentamos un amparo para impedir que la planta se construya hasta tanto no este el informe de impacto ambiental y las audiencias publicas, esto camina, pero muy lento. Asimismo, participamos y organizamos eventos con otras organizaciones socioambientales de la provincia y de la nación (uac, festivales, marchas)".
La respuesta de las autoridades frente a los reclamos es que "no hay certezas de que la planta contamina", a pesar de los informes, del historial de Monsanto en el mundo. Señalan que en Malvinas es necesario el trabajo. "Provincia no habla de esto, Nación mucho menos", critica Matías y enfatiza en que el horizonte de la lucha es que: "La planta no se instale ni en Malvinas ni en ningún lado, y que en definitiva seamos los vecinos mediante el voto quienes decidamos"
No hemos visto en las noticias centrales hablar sobre las consecuencias negativas de la instalación de la multinacional Monsanto en nuestro país. ¿En quién piensan nuestros mandatarios cuando deciden, bajo la excusa del "progreso" dejar entrar una empresa sobre la que hay pruebas contundentes de daño ambiental y humano?
Córdoba no es un caso aislado. El veneno del Glifosato con el que las personas son rociadas para sostener el imperio sojero son la prueba mas fehaciente de que lo que menos importa en el mega negocio bajo el que se hizo este acuerdo, es la gente.
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