Comentario: Como complemento a este artículo los invitamos a la lectura de:
La alta extrañeza de las dimensiones y el proceso de abducción extraterrestre 



Antes que nada, muchas gracias a quienes se tomaron la molestia de hacer comentarios interesantes a mi último post. Aprecio que haya gente interesada que quiera intercambiar ideas.

Me quedé pensando en que mi argumento del viernes era "de abajo hacia arriba". Es decir: como la hipótesis de que un grupo humano esté a cargo de una conspiración que toma cientos o miles de años para consumarse no es del todo satisfactoria (abajo), entonces tenemos que explicar el largo proceso hacia el Nuevo Orden Mundial como obra de "seres superiores" o "hiperdimensionales" (arriba).

Pero también puede construirse un argumento similar "de arriba hacia abajo". O sea: si uno se toma su tiempo para informarse acerca del llamado fenómeno OVNI y otros hechos paranormales, y cruza datos con fuentes esotéricas y otras tradiciones espirituales, uno encuentra que "entes superiores" han intervenido en nuestra historia constantemente y desde que tenemos memoria, y de que en muchísimos casos no es cosa difícil darse cuenta de que estas intervenciones no son benéficas para nosotros.

¿Pero cuál podría ser la agenda real y a largo plazo de estos seres? Aquí abajo observamos que el mundo se encuentra en un estado político y social tal que nuestros líderes, con ayuda de una mano invisible del destino, nos empujan cada vez más y más hacia un sistema de control total. Por lo tanto, ¿no es natural conectar las dos observaciones, la de arriba y la de abajo, y proponer la hipótesis de que esa "mano invisible" no es otra cosa que los "seres superiores" que silenciosamente manipulan nuestras vidas?

Es curioso. En los sitios alternativos de Internet uno puede encontrar dos bandos: el de los que estudian los fenómenos paranormales y las realidades espirituales (donde tristemente muy pocos se atreven a sugerir que los "entes superiores" que interactúna con nosotros no necesariamente son "buenos"), y el de los que observan los hechos políticos, sociales e históricos. ¡Pero son mucho muy pocos los investigadores alternativos que hacen la conexión entre ambos grupos de observaciones!

Tal vez la existencia de esa barrera invisible sea sólo un reflejo del hecho de que en el mundo en que vivimos los sistemas de creencia están, en general, divididos en dos dogmas: el del materialismo científico y el de la religión, y permanecen como dogmas porque no se hablan. No hay diálogo porque su dogmatismo les impide encontrar puntos en común.

Quienes están enfermos de materialismo científico sólo creen en lo que pueden patear, pesar en una balanza o golpear con un martillo. Quienes están enfermos de dogmas espirituales sólo creen porque el sacerdote o líder religioso les dijo que de lo contrario van a parar a algún infierno.

Un ejemplo del primero es este artículo donde su autor, Seth Shostak, se dice "perfectamente preparado para creer que los extraterrestres han visitado la Tierra. Sólo [denme] una pieza de evidencia sólida." Shostak asegura haber visto fotografías y videos de objetos voladores no identificados, y admite haber leído y escuchado testimonios de testigos confiables, como pilotos o astronautas, acerca de OVNIs. Pero ninguna de estas cosas constituyen pruebas para él. Tal vez hayan visto algo raro allá afuera, dice, pero esto no quiere decir que se trate de seres extraterrestres. Y tiene razón: no sabemos si son seres extraterrestres, pero creo que podemos estar suficientemente seguros de que son seres inteligentes y no son humanos; pero eso no es algo que nuestro científico esté dispuesto a aceptar.

¿Qué sería para él una pieza de evidencia sólida entonces? Sin duda que si fuera abducido una noche por seres "extraterrestres", a la mañana siguiente Shostak conluiría que fue víctima de la misma alucinación que afecta a otros abducidos, y tampoco lo tomaría como prueba. Porque uno puede llevar el asunto de pedir una "prueba" tan lejos como quiera. ¿Qué prueba tengo yo, después de todo, de que esta computadora que mis dedos tocan es real y no la estoy soñando o alucinando junto con todo el mundo y la gente que me rodea? ¡Ninguna!

Shostak me recuerda ese científico marciano de un relato de Ray Bradbury que mata a un grupo de astronautas terrícolas y termina suicidándose al ver que la "alucinación" de visitantes del planeta azul se resiste a desvanecerse.

Pero no debemos culpar al pobre Shostak: es simplemente que las ciencias duras no han comprendido que debemos aprender a trabajar con grados de probabilidad y no con certezas acerca de lo que está "allá afuera", porque ninguna "prueba" es capaz de probar nada al 100%. De modo que si ustedes me preguntan si estoy seguro de que "seres hiperdimensionales" manejan la vida de los seres humanos, yo les contestaré que no, pero que hay cierto grado de probabilidad de que así es, basado en observaciones y conexiones y deducciones entre estas observaciones, y que este grado de probabilidad es suficientemente alto como para que valga la pena utilizar a los "seres hiperdimensionales manipuladores" como una hipótesis de trabajo con potencial para explicar y predecir otros fenómenos de nuestro mundo.

Un ejemplo del otro bando, el del dogma espiritual, lo tenemos en una reciente declaración de un sospechoso individuo que se ha vuelto muy famoso últimamente:
El Papa denuncia utilización de Dios como producto de consumo

En su último día en Alemania en la que fue su primera gira como Pontífice e intentando predicar sin "regañar", el papa Benedicto XVI se despidió de los jóvenes que le acompañaron en Colonia al denunciar el "olvido de Dios" y su utilización como producto de consumo.

"Por favor", dijo Benedicto XVI ante un millón de jóvenes en la explanada de Marienfeld (Colonia), "nada de religiones a la carta, somos católicos". Así puso el Papa fin a su viaje apostólico por Alemania, abogando por rechazar una religión al más puro estilo "hazlo tú mismo" para evitar, entre otras cosas, la utilización de Dios como un producto de consumo. Esta es la idea que el Papa quiso transmitir en el rezo multitudinario que puso el broche final a su viaje.

Así condenó el actual "olvido de Dios", pero también el boom que convierte la religión en "producto de consumo". Y es que, a juicio del Pontífice, una religión en la que cada uno pueda elegir lo que quiera y rechazar el resto, "no puede ayudarnos". Eso sí, "puede que sea cómoda, pero en tiempos de crisis nos quedamos solos". [...]
O sea: no se vale cuestionar ni pensar críticamente acerca de lo que nosotros los sacerdotes les indicamos que es la verdadera religión. Si no se tragan toda la sopa, están fuera. (O como dijo Bush: o están con nosotros o en nuestra contra.) No se vale "hacerlo tú mismo", dice, tal vez porque si lo hacemos nosotros mismos obtendremos criterio y pensamiento independiente y comenzaremos a dar los primeros pasos en nuestra búsqueda espiritual, y de eso no se trata la religión católica. ¡No queremos ovejas fuera del corral!

¿Me pregunto si Ratzinger - alias Benedicto XVI - ha leído la Fuente Q.? ¿Cómo reconcilia el hecho de que, según muestra la evidencia disponible, el cristianismo original promovía el pensamiento independiente y no el dogma de fe?

Materialismo científico y religión harían mucho bien a la humanidad si renunciaran a su dogmatismo primero y si entablaran un diálogo después. Pero eso no va a pasar. ¡No en un mundo regido por el Predador!