Un tribunal francés declaró el lunes que el gigante biotecnológico estadounidense Monsanto era culpable de intoxicación química a un agricultor francés, un caso que podría dar peso a otras reclamaciones contra los pesticidas.
En el primero caso de este tipo en un tribunal francés, el agricultor de cereales Paul François dice que sufrió problemas neurológicos, incluida la pérdida de memoria, dolores de cabeza y tartamudeo tras inhalar el agente químico Lasso de Monsanto en 2004.
Culpa al gigante del sector agrario de no ofrecer suficientes advertencias en la etiqueta del producto.
Un tribunal en Lyon, al sureste de Francia, pidió una opinión experta para establecer la suma de daños. No fue posible contactar de inmediato con abogados de Monsanto para que comentaran la información.
Anteriores reclamaciones de agricultores habían fracasado por la dificultad de establecer vínculos entre la enfermedad y la exposición a pesticidas. "Estoy vivo hoy, pero parte de la población agrícola va a ser sacrificada y va a morir por esto", dijo François, de 47 años, a Reuters.
El y otros granjeros que han sufrido enfermedades crearon una asociación el año pasado para presentar un caso en el que piden que sus problemas de salud se vinculen con el uso de productos para la protección de las cosechas.
La rama agrícola del sistema de seguridad social francés dice que desde 1996 ha reunido informes de granjeros de potenciales males relacionados con pesticidas, con alrededor de 200 alertas al año.
Pero solo a unos 47 casos se les ha reconocido su relación con los pesticidas en los últimos 10 años, François, que sufre de problemas neurológicos, obtuvo la invalidez laboral solamente tras recurrir al tribunal de apelación.
El caso de François se remonta a un período de uso intensivo de químicos para proteger las cosechas en la Unión Europea. La UE y sus miembros han prohibido desde entonces un gran número de sustancias consideradas peligrosas.
El producto Lasso de Monsanto fue prohibido en Francia en 2007 tras una directiva de la UE una vez que el producto había sido retirado ya de varios países.
En México estos productos se siguen comercializando y el Presidente Felipe Calderón ha apoyado de manera abierta la entrada de transgénicos y pesticidas industriales a México, a pesar de que estos han demostrado su ineficacia y graves daños a la salud y al tejido social campesino. Esperamos que la Soberanía Alimentaria y las prácticas Agroecológicas sean pronto parte de la agenda política mexicana.
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