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En las condiciones de severa austeridad en las que permanece la ciudadanía, muchos españoles no ven otra salida que emigrar en busca de un mejor destino y la mayoría de ellos son jóvenes.

En el período entre 2008 y finales de 2012 la alta tasa de desempleo que se estableció con el trasfondo de la crisis financiera obligó a 390.206 españoles a abandonar su país en busca de trabajo. Así lo reveló el último informe que recoge los datos del Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero (CERA).

La situación empeora con el paso de los años. Así, durante 2012 de España emigraron 2.000 personas, lo que constituye una subida del 5,5% comparado con el año anterior. Cada cuatro demandantes de trabajo muestran su deseo de trabajar en el extranjero.

Entre las comunidades españolas que se mostraron más activas en su intento de abandonar el país figuran La Rioja (9,6%), Navarra (8,5%) y Baleares (8,1%), frente a Extremadura y Galicia donde se registró la menor salida de trabajadores.

Los destinos más atractivos para los españoles siguen siendo los países latinoamericanos como Argentina, México y Brasil. Sin embargo, hay personas que prefieren realizarse en los países más desarrollados de Europa, como Alemania, Francia, Reino Unido y Noruega, entre otros.

En términos de edad se distinguen dos grupos de gente que se marcha. Uno, compuesto de jóvenes cualificados de entre 25 y 35 años, algunos especialistas que acaban de finalizar sus estudios y necesitan experiencia y asimismo sin cargas familiares. En el segundo grupo entra la gente mayor de 45 años con familia.

El desempleo registrado en España subió en 132.055 personas este enero respecto a diciembre de 2012, según datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. En concreto, el paro alcanzó al cierre del primer mes de 2013 la cifra de 4.980.778 personas, el nivel más alto registrado desde 1996.