Comentario: Llega esta período del año y los medios nos inundan con imágenes, semblanzas, homenajes, y un sin fin de basura televisiva en su mayoría alejada de la verdad, sobre la locura psicopática de los "atentados terroristas" al World Trade Center. Sin olvidar este triste y significativo episodio de la historia reciente, desde SOTT queremos dedicar un pequeño espacio para recordar un horrendo genocidio que pasados apenas 30 años ya casi cae en el olvido.
Entre los días el 16 y 18 de septiembre de 1982 tuvieron lugar los hechos de Sabra y Chatila, que han trascendido a la historia como uno de los más cruentos y controvertidos que se hayan registrado en la convulsa región del Medio Oriente. Se conmemoran 30 años de esta horrible masacre.
Sabra y Shatila eran dos campos de las Naciones Unidas para albergar a los refugiados palestinos en las afueras de la ciudad de Beirut, capital de la República del Líbano. Durante aproximadamente 40 horas dentro de estos rodeados y sellados campos, miembros de la Milicia Falangista libanesa aliados de Israel, violaron, asesinaron e hirieron a una gran cantidad de civiles desarmados, la mayoría de ellos niños, mujeres y ancianos. Hasta la fecha se desconoce el número verdadero de víctimas, pero de lo que se tiene certeza es de fue este un hecho repudiable que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó con la resolución 521 del 19 de septiembre de 1982, seguida con una resolución de la Asamblea General del 16 de diciembre de 1982, la que calificó los hechos como: "acto de genocidio".
La difusión por los medios de comunicación de esta incalificable masacre produjo un estremecimiento de horror en la opinión pública mundial y desde los más diversos sectores se alzaron airadas voces de protesta clamando el total esclarecimiento de los hechos y el castigo tanto de los responsables como de sus agentes actores.
A pesar de las pruebas de lo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas describió como una "masacre criminal" y de que en la memoria colectiva de la humanidad las masacres de Sabra y Chatila se encuentran entre los crímenes más espantosos del siglo XX, el hombre que fue considerado "personalmente responsable" de este crimen, Ariel Sharon entonces Ministro de Defensa israelí, así como sus secuaces y las personas que llevaron a cabo las masacres, jamás fueron perseguidas ni ajusticiadas por el horror cometido.
Sabra y Chatila (poema)
¿A dónde estaba el sol cuando sonaron los ecos desatados de la ira? ¿No será que las sombras lo apagaron en Sabra y Chatila? ¿A dónde estaba Dios, cuando la gente fue sometida a hielo en las pupilas? ¿No será que se ha vuelto indiferente en Sabra y Chatila? ¿A dónde estaba yo, en qué galaxia, insensible leyendo la noticia? ¿No seré uno más en la falacia de Sabra y Chatila? ¿A dónde estabas tú, con tu arrogancia, poderoso señor que en la mochila llevas todo el cadáver de la infancia de Sabra y Chatila? ¿A dónde está la voz del abogado fiscal de la razón y la justicia? ¿No será que sus leyes derogaron en Sabra y Chatila? ¿A dónde está el orgullo de los hombres, o acaso hay que decir ""hipocresía""? ¿Por qué tanto dolor no tiene nombre en Sabra y Chatila? ¿De qué me estás hablando amigo mío? ¿No ves que mi conciencia está tranquila? ¿Qué tengo yo que ver con lo ocurrido en Sabra y Chatila? ¿O acaso estaba yo con los soldados metido a la distancia, entre sus filas aceptando los hechos consumados en Sabra y Chatila? Es tiempo de dictar comunicados que limen lo espinoso de la espina. ¿Qué harán para ocultar lo que ha pasado en Sabra y Chatila? ¿Qué harán para que amengüe la condena histérica, total y colectiva? ¿Qué harán para que cese la gangrena de Sabra y Chatila? Aunque yo siga ausente en mi galaxia comentando en canciones la noticia, el ángel del horror sigue su marcha en Sabra y Chatila. Deambula por Beirut y en otras lunas, reptando sin parar, como una anguila. Insaciable y cegado por la gula de Sabra y Chatila. Tal vez quiera llegar hasta mi puerta. Quizá ya esté a la vuelta de la esquina. Ya fue abierta la herida y sigue abierta en Sabra y Chatila. Autor: Alberto Cortez (cantaautor argentino) |
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