Comentario: Y llegamos al final de este viaje con la última parte de este fascinante artículo. Si te perdiste las partes anteriores puedes leerlas aquí: 1ª parte; 2ª parte; 3ª parte
Traducido de Gladys Molina del artículo original de Paul Levy; "Are We Possessed?"
Jung nunca se cansó de advertir que el mayor peligro que enfrenta la humanidad es caer inadvertidamente en nuestro inconsciente en masa, de forma que nos convertimos en instrumentos para que una epidemia psíquica cause estragos en el mundo, tal como lo vemos hoy en día. (por favor, ver mi artículo "Diagnóstico: Epidemia Psíquica").
Comentario: nuestros lectores más incondicionales notaran que esta idea de una epidemia psíquica y las terribles consecuencias que puede ocasionar a nuestro planeta ha sido tratada en numerosos Enfoques SOTT.
No se puede acabar con el mal si antes no lo hemos comprendido y ese es el principal objetivo de SOTT, comprender "el mal", e intentamos apoyar nuestras convicciones desde todas las disciplinas posibles. Así que, para aquellos lectores que encuentren estas ideas de Levy muy abstractas, poco prácticas o demasiado espirituales, la Ponerología Política de Andzrej Lobaczewski plantea, desde una perspectiva científica, un estudio metodológico del origen del "mal" y de cómo se llega finalmente a esta "Epidemia Psíquica".
Y ahora disfruten de la lectura de esta última parte, donde Paul Levy guarda para el final una "sorpresa" esperanzadora.
Estamos en medio de una psicosis colectiva que se ha vuelto tan normalizada que muy pocas personas ni siquiera hablan de ello, que es en sí mismo una expresión de nuestra locura colectiva. (Por favor véase mi artículo "¿Por qué no vemos nuestra locura colectiva?") Jung escribe: Una vez que se activan los contenidos arquetípicos en el inconsciente, Jung elabora, es como si "hubieran tomado posesión de ciertos individuos, irresistiblemente uniéndolos mediante la atracción mutua y tejiéndolos en grupos pequeños o grandes que fácilmente podrían engrosar en avalancha."
Esta cultura, o falta de ella, es a la vez la causa y el efecto de su locura, ya que colectivamente encarnan la profecía auto-cumplida viviente. Se convierten en instrumentos mediante los cuales el DNL, el demonio no local, se reproduce, como una hidra de múltiples cabezas, en, como, y a través del campo.
Bendiciones Disfrazadas Las personas que han sido engullidas por el arquetipo y han caído en el inconsciente, en lugar de aclarar e integrar el significado de los contenidos inconscientes activados dentro de sí mismos, involuntariamente escenifican la dimensión simbólica mítica de "el papel que les está siendo lanzado" en forma concretizada, literal sobre el escenario de la vida.
Los nuevos contenidos se entienden cuando nos damos cuenta de que el rol que llega a través de nosotros tiene su origen en el propio inconsciente colectivo, como si estuviéramos interpretando un papel en un drama cósmico. Además de conferir sobre nosotros una opción de cómo queremos interpretar este papel, este descubrimiento también nos despierta a la identificación personal con el papel. La parte de nosotros que ha sido inconscientemente poseída se libera, creando más consciencia en el proceso.
Cuando llegamos a ser absorbidos por el inconsciente, por citar a Jung: Cuando nos encontramos haciendo caso omiso a las pruebas fácticas y celebrando una creencia "mágica" que racionalmente sabemos de ser incierta, estamos bajo un hechizo, siendo "impulsados" por el inconsciente, que está en ese momento en el asiento del conductor. Los factores psíquicos que hacen posible la posesión son la sugestionabilidad, la falta de discernimiento crítico, la falta de voluntad o incapacidad de auto-reflexión, el miedo, y la tendencia a la superstición y prejuicios.
Los contenidos que nos apoderan cuando somos poseídos por el inconsciente aparecen como fobias, afección exagerada, convicciones peculiares, idiosincrasias, planes obstinados, compulsiones y obsesiones, todos de los cuales no están abiertos a debate o corrección.
Los demonios trabajan a través de nuestra psique, "gestionando nuestras percepciones" de tal manera que somos incapaces de ver su influencia. Los demonios deslumbran, hechizan, y endemonian la consciencia de tal manera que nos cegamos a nuestra propia asumida perspectiva subyacente. Caemos bajo su hechizo cuando nos extasiamos por nuestra propia versión de la realidad, de tal forma que creemos que el mundo "objetivamente" existe como lo percibimos, separados de nuestra propia mente.
En otras palabras, caemos bajo el poder de los demonios cuando nos obsesionamos con nuestro punto de vista fijado no negociable e imaginamos que lo que estamos viendo objetivamente existe, en estado sólido, fuera de nosotros mismos, de manera aplicable a todos. Entonces atraemos hacia nosotros toda la evidencia que necesitamos para demostrarnos a nosotros mismos la verdad aparente de nuestro punto de vista evidente, lo que confirma el espejismo de que estamos separados de, y no participando en contribuir a crear la misma situación en la que nos encontramos, que estamos en última instancia, creando. A esto lo llamo "Síndrome Delirante Aparticipatorio", o SDA por sus siglas (Por favor véase mi artículo "Deliraciones de separación").
Por otro lado, rompemos el hechizo de los demonios cuando nos damos cuenta de que cada momento de nuestra experiencia es inseparable de nuestra propia consciencia, que es reconocer la fluida, no objetiva y, por tanto, "naturaleza onírica" de la realidad. Al igual que figuras en un sueño, los demonios son nuestra propia energía, en última instancia hablando, y no separados de nuestra mente (por favor, ver mi artículo "Dios, la Imaginación").
Al igual que un sueño, la forma en que observamos el mundo literalmente evoca, el mundo que estamos observando. Esto significa que es a través de nuestra consciencia en sí que podemos intervenir en la matriz subyacente de la creación y encontrar el punto de apoyo en el que podemos cambiar el sueño despierto que estamos teniendo, que es la "evolución en acción". Curiosamente, no nos habríamos despertado ni tenido esta realización sin la cooperación antagonista de los demonios, es decir, los demonios son secretamente aliados disfrazados, los catalizadores de consciencia apareciendo como adversarios, bendiciones disfrazadas (véase mi artículo "La Luz de la Oscuridad").
No eres el único En la medida en que no estamos conscientemente trabajando sobre la integración, a través del proceso de individuación, el contenido y conflictos inconscientes que se activan dentro de nosotros, es el grado en que estos contenidos psíquicos se manifestarán externamente y serán inconscientemente llevados a cabo colectivamente de una manera literal, concreta en el escenario mundial. Jung comenta: Un contenido psíquico activado no realizado conscientemente en el curso de la individuación se manifiesta externamente, donde es "ideado" en, como, y por el mundo exterior. Para utilizar la metáfora de Jung, el patrocinador de este proyecto o esta proyección es "el diablo." Esto trae a la mente diversas citas de la Biblia acerca de "poderes y principados" que gobiernan sobre la humanidad, que es la expresión metafísica equivalente de nuestra situación psicológica.
El Evangelio de Lucas, por ejemplo, tiene el diablo diciendo que los reinos del mundo están bajo su control (4:5-6). El Evangelio de Juan habla del diablo como "el príncipe de este mundo." (14:30, 16:11). La primera carta de san Juan dice que "el mundo entero está bajo el poder del maligno." (5:19). Pablo habla de Satanás (Gal. 1:04.; Cor 4:04) como "el dios de este mundo.". Tanto si lo llamamos un demonio o un factor psíquico inconsciente, la fuerza que nos gobierna está creada por una expresión de nuestra propia psique.
Reflexionando sobre la Primera Guerra Mundial, Jung dice: Del mismo modo, en la actual "guerra contra el terror," una guerra que nadie, o al menos muy pocas personas quieren, debe ocurrírsenos preguntar exactamente quién o qué ha provocado esta guerra y su continuación. Jung continúa: El verdadero portador de la vida es el individuo. La transformación real no viene a través de los movimientos de masas, o nuevas leyes, sino a través de cambios en el individuo.
Hablando de los efectos de la identificación con el inconsciente y el ser poseído e inflado por éste, Jung escribe: Como resultado de convertirse en demasiado unilaterales en un universo multilateral, los "demonios totalitarios" se "imaginan," tanto en el inconsciente y, sincrónicamente, en el mundo exterior. Eventos en el mundo exterior son reflejos simbólicos de lo que estamos soñando en el interior de nosotros mismos (por favor, ver mi artículo "El Contagio del Microbio de la Syncronicidad"). Lo que esto significa es que la forma más eficaz para cambiar el mundo es cambiar nosotros mismos. Jung escribe: ¿Seremos cada uno de nosotros, capaces de mediar, canalizar y transformar la energía demoníaca arquetípica que está fluyendo a través de nosotros, en creatividad de tal manera que podamos constructivamente construir un mundo nuevo? Esta es la pregunta en cuya respuesta descansa la futura supervivencia o la destrucción del mundo tal como lo conocemos.
Jung vio esta manifestación demoníaca actual como expresión arquetípica de los trastornos potencialmente catastróficos que acompañan a las grandes transiciones de una época a otra. Cuando un arquetipo como el demoníaco aparece, tanto en nosotros mismos como en el mundo, las cosas se vuelven críticas, con posibilidades de bueno y malo por igual. De cómo resulten las cosas en realidad depende de cómo la consciencia responda ante la situación.
Durante una manifestación colectiva de lo demoníaco, tal como la que tenemos hoy en día, el gran peligro es un movimiento de masas en el que millones, o incluso miles de millones de personas caigan en su inconsciente juntos, encendiendo una epidemia psíquica que genera una guerra apocalíptica que hace estragos en la vida en la Tierra y destruye la biosfera del planeta (ver mi artículo "Las Dimensiones Arquetípicas de los Acontecimientos Mundiales"). Para citar a Jung: La catástrofe sólo puede evitarse si suficientes personas se despiertan a lo que se nos ha revelado mientras escenificamos a través del inconsciente, y luego conectamos con los demás con el fin de des-activar, asimilar y transformar los posibles efectos perjudiciales del demonio activado. Podemos entonces, bajo la dirección del Ser, nuestra integridad intrínseca, ayudarnos unos a otros a marcar el comienzo de una nueva era de paz sostenible, la comprensión y la cooperación mutua. Nuestra existencia muy continuada como especie en este hermoso planeta depende de esta compresión.
El ser pesimista y creer que no podemos cambiar la trayectoria del comportamiento suicida de nuestra especie en trance es estar bajo un hechizo, es estar caído bajo una "maldición del demonio." Habiendo caído bajo tal hechizo, sólo fortalecemos y solidificamos nuestra hechizada convicción, actuando como si no hubieran otros resultados posibles. El pesimismo es alimento para los demonios (Véase mi artículo "Nuestra situación es grave y no hay necesidad de pesimismo").
Es una locura no invertir nuestra energía creativa en imaginar que podemos "unirnos," e igual locura el pensar que no podemos. Si no estamos invirtiendo nuestra imaginación creativa en formas para que podamos sanar y despertar, entonces ¿qué estamos pensando?
Al igual que en un sueño nocturno, cuando un número suficiente de nosotros estemos lúcidos en el sueño despierto de la vida, podremos conectar con los demás y juntar nuestra lucidez, cambiando el mundo de manera positiva en el proceso (por favor, ver mi artículo "Sueño Lúcido").
Si la gente me dice que soy un "soñador" cuando yo profeso estas creencias idealistas y aparentemente ingenuas, me limitaré a decir que, en
palabras del fallecido John Lennon: "Yo no soy el único."
Hay cada vez más cantidades crecientes de nosotros - ¿millones de personas? ¿Miles de millones? - por todo el planeta que, de diversas maneras están siendo reclutadas por el mismo Ser para ser canales de un proceso más profundo de despertar, facilitando una amplia gama de posibilidades totalmente nuevas y nunca antes imaginadas que se hagan disponibles para nosotros.
El universo está soñando despierto en sí a través de nosotros. Cuando un número suficiente de nosotros simplemente reconozca el profundo, patrón arquetípico que está sucediendo, es decir, que el universo se está despertando a sí mismo a través de nosotros, podemos "unirnos" e "imaginar," y ayudarnos a profundizar y estabilizar nuestro mutuamente compartido despertar, lo que yo llamo "soñar despiertos."
Como sanadores heridos, chamanes, soñadores y artistas cuyo lienzo es la vida misma, podemos crear conjuntamente un "Art-Happening Llamado Despertar Global."
El verdadero demonio es nuestro aferramiento al yo. En la medida en que estamos bajo la influencia aparente de un demonio es el grado en que nos aferramos y agarramos, tratando de sujetarnos a nuestro concepto de nosotros mismos como un ser discreto y separado, cuando en realidad no hay nada (ninguna "cosa") a qué aferrarse. En la medida en que estamos aferrados o agarrados, hemos caído en el auto-refuerzo, el patrón habitual de contraer contra nosotros mismos, y al hacerlo estamos bloqueando nuestra propia luz. Podemos, en este mismo momento, salir de nuestro propio camino y dejar que brille nuestra luz.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario