La aparición de animales a los que les faltan órganos puso a pobladores pampeanos al borde de la histeria. ¿Extraterrestres, cultos satánicos o experimentos secretos? ¿Qué dicen los científicos?
El agente Fox Mulder podría viajar a la Argentina a continuar sus investigaciones sobre los "chupacabras", esos seres legendarios de Puerto Rico que aparecen desde México hasta Salta y engrosan los "X-Files". Es que las vacas, los caballos y corderos que aparecieron con misteriosas -pero casi idénticas- mutilaciones en varias zonas pampeanas parecen calcadas de la ola de matanzas de animales que sacudió en la década del 70 a los Estados Unidos y continúa hasta hoy. Y que motivó la apertura de un expediente secreto por parte del FBI llamado "Operación Mutilación Animal".
Desclasificado ahora por virtud del Acta de Libertad de Información, el informe de 128 páginas iniciado oficialmente en marzo de 1979 por la Agencia Federal de Investigaciones de los Estados Unidos hace un racconto de decenas de incidentes similares ocurridos en Nuevo México y se aboca a desentrañar lo ocurrido con 15 vacas mutiladas en una reserva indígena en Albuquerque.
Aunque la conclusión del FBI es que no se pudo encontrar a ningún humano responsable de los crímenes y que los casos de mutilaciones se deben a animales predadores o carroñeros, entre los papeles hay indicios inquietantes de que podría haber algo más.
Por ejemplo, Carl Whiteside, un investigador del FBI en Colorado, afirma que en 1975 había realizado una investigación encubierta y enviado a un laboratorio 35 carcasas mutiladas para ser analizadas. De los 19 animales en condiciones de ser examinados, dos resultaron obra de bromistas, mientras que otros siete fueron atribuidos por científicos a mutilaciones intencionales de origen desconocido.
El informe secreto del FBI también recoje la opinión de Gabriel Valdez, un policía de Nuevo México que había seguido numerosos casos antes de que la Agencia se involucrara. Valdez, quien estimó en 8.000 los animales muertos de forma extraña, sostenía que el estado de Colorado era el epicentro de las mutilaciones. Para acentuar su hipótesis de un episodio raro pero comprensible, la Agencia sumó otros testigos, propios y ajenos, que aseguran que las mutilaciones pueden atribuirse a "la acción de la Madre Naturaleza", es decir, a animales predadores y carroñeros.
El 15 de enero de 1980 el FBI cerró y archivó confidencialmente el caso de la reserva indígena de Nuevo México. Los senadores Floyd Haskell y Harrison Shmitt, quienes habían presionado para realizar la investigación, nunca quedaron convencidos con la historia oficial.
Enigma
En el país de las vacas flacas y el corralito financiero, lo único que faltaba era que la metáfora coagulara en un misterio que combina al ícono del ser nacional - la vaca pampeana - con mutilaciones, luces extrañas, presuntos ovnis y científicos perplejos. Aunque las autoridades del área ganadera localicen el inicio de los casos a comienzo de junio, NOTICIAS recibió un alerta a principios de mayo, cuando una profesora de ciencia y religión de la Universidad de Boston, en los Estados Unidos, envió un e-mail preguntando por detalles de 16 mutilaciones de ganado en "extrañas circunstancias" que habían ocurrido en Santa Fe. Por entonces, nada se sabía aquí sobre el fenómeno que había llegado hasta los oídos de Massachusetts. Pero el nombre del estado norteamericano volvería a aparecer en esta historia inconclusa, al igual que los animales mutilados.
Ritual satánico, alucinaciones colectivas, grupos de tareas extraterrestres o paramilitares, cortina de humo para esconder desde experimentos secretos hasta la realidad argentina; las teorías conspirativas y/o delirantes florecen al calor de incesantes hallazgos macabros. Lo que falta, como señalan los expertos científicos, es una investigación seria y coordinada, análisis toxicológicos, peritos incuestionables. Lo que sobra -y hace ruido- es que tampoco se conocen estudios científicos publicados en países tan avanzados como los Estados Unidos.
A pesar de los miles de casos reportados desde 1960 en casi todos los estados norteamericanos y en México, Panamá, Puerto Rico, Brasil, Inglaterra, Francia, Alemania, Suecia, Australia, Japón, Islas Canarias y Canadá, sorprende el desconocimiento de los científicos sobre el tema. Según el veterinario norteamericano George Onet, del National Institute for Discovery Science (NIDS es un organismo privado que investiga fenómenos paranormales con métodos científicos), la mayoría de sus colegas no quiere meterse en el tema, por temor a ser ridiculizado por sus pares. Onet estima que suceden unos 2.000 casos de mutilaciones animales por año en los Estados Unidos.
Asombro
La similitud impresionante en los cortes, extracción de órganos y desangrado de los animales en los diferentes países exige una explicación. Los veterinarios argentinos que han visto los animales mutilados no salen de su asombro. Aunque piden cautela, aceptan que no pueden dar aún una explicación científica sobre la causa de la mortandad y de las mutilaciones. Tras analizar a cuatro bovinos y un caballo mutilado, el médico veterinario Jorge Robles (46), de Rivera, en la provincia de Buenos Aires, asegura que es la primera vez en 22 años de carrera que ve casos así. Para el veterinario de Rivera, "hay un factor externo aparente y no se puede encuadrar patología alguna con estas características. Tampoco se puede sospechar cuatrerismo: el que roba o faena ilegalmente un animal, se lleva algo que pueda comer, no una oreja o un ojo".
"A priori, el tema es de difícil explicación. Hay cosas que no cierran ni con los conocimientos ni con la experiencia", coincide el veterinario Horacio Hecker (55), adscripto a la Policía de la provincia de La Pampa y perito en casos que involucren a animales. Línea Salliqueló
Jorge Dubarri (58), profesor de Patología de la Facultad de La Pampa en General Pico e integrante de un laboratorio de Senasa, afirma que el 6 de junio pasado fue notificado por la policía sobre casos de vacas muertas en circunstancias extrañas en la localidad de La Adela. El tema ya convocó a "especialistas" en ovnis.
Carlos Guzmán, policía de Salliqueló, confiesa que cree en los platos voladores, "pero me resulta difícil pensar que esto lo hicieron los marcianos".
El infaltable Fabio Zerpa (71) fue llamado por el propio veterinario Belot para encontrar respuestas a sus preguntas. Por otra parte, opina, "los cortes precisos sólo los puede hacer un rayo láser muy evolucionado. Es como si gente de la Universidad de Massachusetts hubiera venido a Salliqueló", arriesga el ufólogo argentino. ¿Massachusetts, dijo? ¿Qué conexión puede haber entre Zerpa y la profesora de Boston que estudia creencias religiosas en torno de la ciencia?
El ingeniero agrónomo Adrián Zecchin (36), coterráneo de Belot, aporta sus ideas a la construcción de la leyenda colectiva: Los investigadores norteamericano del NIDS acaban de encontrar evidencias en este sentido. Al analizar la cabeza de un animal mutilado en el estado de Montana, se toparon con rastros de oxindol, un sedante que podría haber sido utilizado para adormecer a las vacas antes o durante la mutilación. Otro estudio, en 1996, también había encontrado en tejidos y sangre de un animal mutilado un compuesto paralizante, además de una droga beta-bloqueante y un psicotrópico. "La presencia de estos compuestos sugiere una intervención humana", concluyeron los investigadores de lo paranormal.
Por su parte, el veterinario Alejandro Martínez, en declaraciones al diario "Página 12", aseguró que los enigmáticos cortes bien pudieron haberse hecho con un instrumento de uso común en operaciones de toros, llamado termocauterio. Este instrumento es capaz de dormir al animal, cortar órganos en forma precisa y rápida, al mismo tiempo que cauteriza la herida, impidiendo el sangrado.
Cautela
La mayoría de los científicos, sin embargo, prefiere ir paso a paso antes de sacar conclusiones. Julio César Carfanini (54), profesor titular de Patología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, asegura que hace tres semanas un productor -Belot dice que fue él mismo- le envió restos de un vacuno presuntamente mutilado, pero que el estado de descomposición no permitió analizarlo. Alberto Pariani (33), docente de anatomía de la Facultad de Veterinaria de General Pico y uno de los profesionales que realizaron necropsias, apunta que: Senasa, el organismo nacional que debe velar por la salud animal, no pareció haber tomado cartas en el asunto hasta que apareció en los medios de comunicación. Tarde, pero seguro, ahora está reuniendo un equipo de especialistas para ir al campo a tomar muestras.
Mito y verdad
Hay reconocidos expertos que no están dispuestos a caminar al ritmo de la burocracia y ya buscan respuestas. Odriozola estaba al cierre de esta edición en campos de Dorrego y Tres Arroyos, haciendo análisis in situ.
Entre los lugareños corre el rumor de que la extracción de órganos podría atribuirse a la intención de ocultar experimentos secretos con agroquímicos o un brote de aftosa. Odriozola descarta de plano ambas hipótesis. Cuesta pensar en una "task force" de científicos non sanctos que se desplaza por el país tratando de ocultar pruebas. ¿No sería más fácil llevarse el "cuerpo del delito"? Muchos creen que se trata de extranjeros que buscan sembrar el miedo para conseguir campos a bajo precio o para complicar las exportaciones de carne autóctona. Basta observar lo ocurrido en países del Primer Mundo para notar que los animales mutilados no frenan el comercio exterior ni amilanan a los cowboys.
En un país que ha pasado la experiencia del ántrax, la convertibilidad y otras ilusiones colectivas, el escepticismo es una actitud recomendable. Hasta que no se tengan los resultados de los estudios científicos, el misterio seguirá en pie. Y aun entonces, como sospecharía Mulder, el enigma podría continuar en el limbo de los archivos secretos, en beneficio de no se sabe quién.
Desclasificado ahora por virtud del Acta de Libertad de Información, el informe de 128 páginas iniciado oficialmente en marzo de 1979 por la Agencia Federal de Investigaciones de los Estados Unidos hace un racconto de decenas de incidentes similares ocurridos en Nuevo México y se aboca a desentrañar lo ocurrido con 15 vacas mutiladas en una reserva indígena en Albuquerque.
Aunque la conclusión del FBI es que no se pudo encontrar a ningún humano responsable de los crímenes y que los casos de mutilaciones se deben a animales predadores o carroñeros, entre los papeles hay indicios inquietantes de que podría haber algo más.
Por ejemplo, Carl Whiteside, un investigador del FBI en Colorado, afirma que en 1975 había realizado una investigación encubierta y enviado a un laboratorio 35 carcasas mutiladas para ser analizadas. De los 19 animales en condiciones de ser examinados, dos resultaron obra de bromistas, mientras que otros siete fueron atribuidos por científicos a mutilaciones intencionales de origen desconocido.
El informe secreto del FBI también recoje la opinión de Gabriel Valdez, un policía de Nuevo México que había seguido numerosos casos antes de que la Agencia se involucrara. Valdez, quien estimó en 8.000 los animales muertos de forma extraña, sostenía que el estado de Colorado era el epicentro de las mutilaciones. Para acentuar su hipótesis de un episodio raro pero comprensible, la Agencia sumó otros testigos, propios y ajenos, que aseguran que las mutilaciones pueden atribuirse a "la acción de la Madre Naturaleza", es decir, a animales predadores y carroñeros.
El 15 de enero de 1980 el FBI cerró y archivó confidencialmente el caso de la reserva indígena de Nuevo México. Los senadores Floyd Haskell y Harrison Shmitt, quienes habían presionado para realizar la investigación, nunca quedaron convencidos con la historia oficial.
Enigma
En el país de las vacas flacas y el corralito financiero, lo único que faltaba era que la metáfora coagulara en un misterio que combina al ícono del ser nacional - la vaca pampeana - con mutilaciones, luces extrañas, presuntos ovnis y científicos perplejos. Aunque las autoridades del área ganadera localicen el inicio de los casos a comienzo de junio, NOTICIAS recibió un alerta a principios de mayo, cuando una profesora de ciencia y religión de la Universidad de Boston, en los Estados Unidos, envió un e-mail preguntando por detalles de 16 mutilaciones de ganado en "extrañas circunstancias" que habían ocurrido en Santa Fe. Por entonces, nada se sabía aquí sobre el fenómeno que había llegado hasta los oídos de Massachusetts. Pero el nombre del estado norteamericano volvería a aparecer en esta historia inconclusa, al igual que los animales mutilados.
Ritual satánico, alucinaciones colectivas, grupos de tareas extraterrestres o paramilitares, cortina de humo para esconder desde experimentos secretos hasta la realidad argentina; las teorías conspirativas y/o delirantes florecen al calor de incesantes hallazgos macabros. Lo que falta, como señalan los expertos científicos, es una investigación seria y coordinada, análisis toxicológicos, peritos incuestionables. Lo que sobra -y hace ruido- es que tampoco se conocen estudios científicos publicados en países tan avanzados como los Estados Unidos.
A pesar de los miles de casos reportados desde 1960 en casi todos los estados norteamericanos y en México, Panamá, Puerto Rico, Brasil, Inglaterra, Francia, Alemania, Suecia, Australia, Japón, Islas Canarias y Canadá, sorprende el desconocimiento de los científicos sobre el tema. Según el veterinario norteamericano George Onet, del National Institute for Discovery Science (NIDS es un organismo privado que investiga fenómenos paranormales con métodos científicos), la mayoría de sus colegas no quiere meterse en el tema, por temor a ser ridiculizado por sus pares. Onet estima que suceden unos 2.000 casos de mutilaciones animales por año en los Estados Unidos.
Asombro
La similitud impresionante en los cortes, extracción de órganos y desangrado de los animales en los diferentes países exige una explicación. Los veterinarios argentinos que han visto los animales mutilados no salen de su asombro. Aunque piden cautela, aceptan que no pueden dar aún una explicación científica sobre la causa de la mortandad y de las mutilaciones. Tras analizar a cuatro bovinos y un caballo mutilado, el médico veterinario Jorge Robles (46), de Rivera, en la provincia de Buenos Aires, asegura que es la primera vez en 22 años de carrera que ve casos así. Para el veterinario de Rivera, "hay un factor externo aparente y no se puede encuadrar patología alguna con estas características. Tampoco se puede sospechar cuatrerismo: el que roba o faena ilegalmente un animal, se lleva algo que pueda comer, no una oreja o un ojo".
"A priori, el tema es de difícil explicación. Hay cosas que no cierran ni con los conocimientos ni con la experiencia", coincide el veterinario Horacio Hecker (55), adscripto a la Policía de la provincia de La Pampa y perito en casos que involucren a animales. Línea Salliqueló
Jorge Dubarri (58), profesor de Patología de la Facultad de La Pampa en General Pico e integrante de un laboratorio de Senasa, afirma que el 6 de junio pasado fue notificado por la policía sobre casos de vacas muertas en circunstancias extrañas en la localidad de La Adela. El tema ya convocó a "especialistas" en ovnis.
Carlos Guzmán, policía de Salliqueló, confiesa que cree en los platos voladores, "pero me resulta difícil pensar que esto lo hicieron los marcianos".
El infaltable Fabio Zerpa (71) fue llamado por el propio veterinario Belot para encontrar respuestas a sus preguntas. Por otra parte, opina, "los cortes precisos sólo los puede hacer un rayo láser muy evolucionado. Es como si gente de la Universidad de Massachusetts hubiera venido a Salliqueló", arriesga el ufólogo argentino. ¿Massachusetts, dijo? ¿Qué conexión puede haber entre Zerpa y la profesora de Boston que estudia creencias religiosas en torno de la ciencia?
El ingeniero agrónomo Adrián Zecchin (36), coterráneo de Belot, aporta sus ideas a la construcción de la leyenda colectiva: Los investigadores norteamericano del NIDS acaban de encontrar evidencias en este sentido. Al analizar la cabeza de un animal mutilado en el estado de Montana, se toparon con rastros de oxindol, un sedante que podría haber sido utilizado para adormecer a las vacas antes o durante la mutilación. Otro estudio, en 1996, también había encontrado en tejidos y sangre de un animal mutilado un compuesto paralizante, además de una droga beta-bloqueante y un psicotrópico. "La presencia de estos compuestos sugiere una intervención humana", concluyeron los investigadores de lo paranormal.
Por su parte, el veterinario Alejandro Martínez, en declaraciones al diario "Página 12", aseguró que los enigmáticos cortes bien pudieron haberse hecho con un instrumento de uso común en operaciones de toros, llamado termocauterio. Este instrumento es capaz de dormir al animal, cortar órganos en forma precisa y rápida, al mismo tiempo que cauteriza la herida, impidiendo el sangrado.
Cautela
La mayoría de los científicos, sin embargo, prefiere ir paso a paso antes de sacar conclusiones. Julio César Carfanini (54), profesor titular de Patología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, asegura que hace tres semanas un productor -Belot dice que fue él mismo- le envió restos de un vacuno presuntamente mutilado, pero que el estado de descomposición no permitió analizarlo. Alberto Pariani (33), docente de anatomía de la Facultad de Veterinaria de General Pico y uno de los profesionales que realizaron necropsias, apunta que: Senasa, el organismo nacional que debe velar por la salud animal, no pareció haber tomado cartas en el asunto hasta que apareció en los medios de comunicación. Tarde, pero seguro, ahora está reuniendo un equipo de especialistas para ir al campo a tomar muestras.
Mito y verdad
Hay reconocidos expertos que no están dispuestos a caminar al ritmo de la burocracia y ya buscan respuestas. Odriozola estaba al cierre de esta edición en campos de Dorrego y Tres Arroyos, haciendo análisis in situ.
Entre los lugareños corre el rumor de que la extracción de órganos podría atribuirse a la intención de ocultar experimentos secretos con agroquímicos o un brote de aftosa. Odriozola descarta de plano ambas hipótesis. Cuesta pensar en una "task force" de científicos non sanctos que se desplaza por el país tratando de ocultar pruebas. ¿No sería más fácil llevarse el "cuerpo del delito"? Muchos creen que se trata de extranjeros que buscan sembrar el miedo para conseguir campos a bajo precio o para complicar las exportaciones de carne autóctona. Basta observar lo ocurrido en países del Primer Mundo para notar que los animales mutilados no frenan el comercio exterior ni amilanan a los cowboys.
En un país que ha pasado la experiencia del ántrax, la convertibilidad y otras ilusiones colectivas, el escepticismo es una actitud recomendable. Hasta que no se tengan los resultados de los estudios científicos, el misterio seguirá en pie. Y aun entonces, como sospecharía Mulder, el enigma podría continuar en el limbo de los archivos secretos, en beneficio de no se sabe quién.
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