Investigadores japoneses han elaborado un estudio que explicaría cómo se produjo el cambio climático más extremo que convirtió a la Tierra, hace unos 650 millones de años, en una gran bola de nieve. Este hecho podría volver a repetirse, sugieren.
El cataclismo, según su planteamiento, llegó del espacio exterior, provocado por un brote estelar, una especie de estallido creativo por el que el ritmo al que aparecen las estrellas y estallan las supernovas en una galaxia se acelera exponencialmente.
El origen de esta situación se encontraba, según estimaban los expertos, en fenómenos terrestres como el estallido de un gran volcán que redujo la llegada de luz solar o la desaparición de gases con efecto invernadero que facilitaron el enfriamiento.
Allí abundan las nebulosas oscuras en las que se agolpan los restos de estallidos de supernovas. Estas nubes serían capaces de transformar primero el Sistema Solar, después la atmósfera terrestre y finalmente el clima del planeta, rompiendo el equilibrio climático de la Tierra.
Según los investigadores, este tipo de brotes estelares habrían tenido lugar la Vía Láctea, al menos dos veces a lo largo de la historia de la Tierra. Una hace entre 2.200 y 2.400 millones de años. Otra, la más reciente, hace entre 550 y 770 millones de años, en los albores de la vida animal.
Eventos como estos pueden volver a suceder, sugieren los expertos. De hecho está previsto un encuentro de nuestra galaxia con la de Andrómeda, aseguran los expertos. Pero aún habrá que esperar 4.000 millones de años.
El estudio se publicará en julio de este año en la revista 'New Astronomy'.
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