Mientras tanto, un amigo mío (científico climático en una importante instalación de investigación estadounidense) me pasó un descubrimiento interesante, un estudio atribuido a la Oficina de Investigación y Desarrollo Aeroespacial Europea, con fecha 4 de junio de 1996, titulado: El Peligro de las Bolas de Fuego y los Cometas para la Civilización (The Hazard to Civilization from Fireballs and Comets) por S.V.M. Clube. (Para los que desconocen, Clube es astrofísico de la Universidad de Oxford)
En esta declaración resumida (4 páginas), Clube escribe (énfasis del original, haga de eso lo que quiera):
Los asteroides que pasan cerca de la Tierra han sido reconocidos por la humanidad solo en los últimos 20 años. Previamente, la idea de que sustanciales objetos inobservados pudieran acercarse lo suficiente como para representar una amenaza potencial a la Tierra era tratada mofadamente de la misma manera que el inobservado éter. Los científicos están por supuesto en el negocio de establecer principios amplios (por ejemplo, la relatividad) y el supuesto ambiente uniformista, sin acontecimientos, de la Tierra estaba ya en su lugar desde hace mucho tiempo. El resultado fue que los científicos, quienes hicieron más que una falsa alabanza a los objetos cercanos a encontrarse con la Tierra, lo hicieron en una atmósfera de desprecio apenas disimulado. Incluso ahora, es difícil para los laicos apreciar la enormidad del golpe intelectual que recientemente se le ha dado al Cuerpo Científico y del cual están tratando de recuperarse.Me detuve allí mismo y me pregunté: Mmmm... ¿de qué golpe intelectual está hablando aquí? Luego de pensar un poco, se me ocurrió que debería estar hablando de los impactos de fragmentos del Cometa Shoemaker-Levy sobre Júpiter que produjeron gran agitación en su momento y que sucedió justamente dos años antes de la fecha de esta carta. Retomando el informe de Clube, continúa:
El presente informe, entonces, se interesa en aquellos otros cuerpos celestes registrados por la humanidad desde los albores de la civilización de los cuales se ha perdido rastro o que han afectado a la Tierra y que también han sido despreciados. Ahora conocidos respectivamente como cometas (> 1km de tamaño) y meteoroides (<1km).El hecho que cambiara de tema de asteroides a cometas parece confirmar mi especulación de que habla del Shoemaker-Levy. Pero esto se pone más interesante:
Enfrentadas numerosas ocasiones en el pasado con la probabilidad del fin del mundo, las élites nacionales se han encontrado con la necesidad de suprimir el pánico del público - solo para descubrir, demasiado tarde, que los clásicos medios de control comúnmente fallan. De esta manera, se espera que la ciencia institucionalizada oculte el conocimiento de una amenaza; se espera que la prensa regulada menosprecie cualquier desastre; mientras se espera que una religión institucionalizada se oponga a la predestinación asegurando la creencia general en una deidad benevolente tanto como sea posible.[...]Clube agradece entonces a la USAF por "su generosa y oportuna inyección de fondos" y vemos que la carta está enviada con copia a, entre otros, Edward Teller del Hoover Institute, S. Fred Singer de Fairfax y a Jack A.Goldstone, Davis, CA.
(B) El presente informe, basado en lo anteriormente descrito, está dirigido a una variedad de problemas dentro del amplio contexto del peligro al que se enfrenta la civilización por causa de cometas y bolas de fuego. Consiste en:
(1) Una declaración resumida de las conclusiones provenientes de un informe narrativo (3 copias);
(2) Un informe narrativo (con apéndice) citando los resultados de tres estudios científicos descritos en investigaciones enviadas a los principales medios (3 copias);
(3) Estudios relevantes detallando los resultados provenientes de fuentes garantizadas tales como (a) Clube; (b) Clube & Napier; y (c) Clube, Hoyle & Wickramasinghe (3 copias); y
(4) Una investigación en co-autoría por Asher & Clube detallando los resultados en avances de las informaciones (3) y (2).
Se enfatiza que el presente informe expresa un punto de vista opuesto a la principal ciencia de corriente actualmente reforzada por diversas agencias estadounidenses como consecuencia de recientes descubrimientos bajo el mando norteamericano...
A pesar de la importancia de este representativo asunto, aquí se reconoce que los registros de cometas terrestres son generalmente más numerosos que los registros en relación a los asteroides, teniendo en cuenta efectos a largo y a corto plazo, como por ejemplo aquellos que por un lado afectan a la evolución geológica y biológica, y a la humanidad y civilización por el otro... [...]
Existen paradojas fundamentales que necesitan ser asimiladas como resultado de esta inesperada situación. Así, la percibida cultura empresarial e iluminación espiritual que apuntala estos dos siglos culminando con la Era Espacial y que condujo a la humanidad a desairar a los cometas y bolas de fuego, podría ser observada hoy en día como el preludio de un profundo cambio de paradigma: la restauración de un punto de vista más ambiental que está de acuerdo con aquella que precedía a la independencia estadounidense y que preste seria atención a los cometas y bolas de fuego.
El resumen de conclusiones que acompaña esta carta es igualmente interesante, pero deberá esperar hasta mañana. Si no puede esperar, lea un pdf aquí: El Peligro de las Bolas de Fuego y los Cometas para la Civilización.
ELIMINAR: Debo agregar que he obtenido el informe completo y las investigaciones a las que se refiere (y más). El informe tiene un sorprendente comentario que copiaré aquí:
...las culturas cristianas, islámicas y judías se han adaptado desde el Renacimiento Europeo para adoptar una postura anti-apocalíptica irracional, aparentemente ignorante de la floreciente ciencia de catástrofe. La historia, según parece ahora, se repite a si misma: la Era Espacial ha aceptado revivir la voz Platónica de la razón pero emerge esta vez en una tradición anti-fundamentalista, anti-apocalíptica sobre la cual los gobiernos no podrían, como antes, ejercitar el control... Los cínicos (o sofistas modernos), en otras palabras, podrían decir que no necesitamos amenazas celestiales para disfrazar las intenciones de la Guerra Fría; ¡más bien necesitamos la Guerra Fría para disfrazar las intenciones celestiales! (énfasis del original).
Comentario: Este es el tercer artículo de la serie "Cometas y Catástrofes" por cuya relavancia actual hemos decidido volver a compartir con ustedes, esperamos que les resulte interesante y educativo, y que sirva para abrir la mente a nuevas posibilidades y probabilidades sobre todo en estos momentos en que los datos aportan indicios que revisten de firmeza lo que se trabaja en esta serie de artículos.
Para leer el siguiente artículo de la serie sobre Cometas y Catástrofes pinche aquí.
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