La partida de Hugo Chávez sin duda dejará un vacío en todo el continente. Sin embargo, ese hueco va a ser llenado por el protagonismo social de todos los actores americanos, aquellos que históricamente fueron excluidos: “Estamos hablando de indígenas, afro descendientes, de la mujer, de los sin tierra, de los alumnos, estudiantes, de los sectores que no fueron parte de la narrativa nacional”.
“Y hay una conciencia nueva en el continente, una conciencia latinoamericana, una conciencia de nacionalismo, de patriotismo, y de la importancia de la región a nivel internacional y eso en gran parte se le debe a Hugo Chávez”, expresa el analista Tinker Salas.
El argumento baladí sobre los “regalos” que Hugo Chávez daba a los países que conforman la Patria Grande es uno de los pilares del discurso panegírico de sus adversarios. No son los barriles de petróleo a precio de “ganga” o de “cortesía” a los países vecinos la contribución de Chávez para fortalecer sus economías. El gran aporte de Chávez fueron sin duda sus propuestas de unidad, de conformar una especie de Patria Grande a la Siglo XXI. Con las vicisitudes que la contemporaneidad presentaba, hubo que ser creativo para impulsar un rechazo a la hegemonía que Estados Unidos imponía en toda Latinoamérica por lo ventajoso que dichos “acuerdos” suponían para el Norte.
Pero… ¿Cómo lo hizo Chávez?
Su gran amor por la idea libertaria de una Patria Unida lo impulsó, y con unas envidiables creatividad y visión de integración, fue impulsando la creación de distintos organismos que buscaban la independencia, atenuando la dependencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o los Estados Unidos. Chávez luchó por organismos que fortalecían la independencia económica de la región: la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Petrocaribe, el Banco del Sur, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Mercado Común del Sur (Mercosur, al que Venezuela ingresó por el esfuerzo de Chávez) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Éstos son los ejemplos más visibles que permitieron al Cono Sur, Centroamérica, y el Caribe, viajar hacia el antiguo anhelo de un mundo libre de la hegemonía occidental.
La historia se encargará de calificar su paso por la vida: cuando las aguas de esta turbulencia entren en su primer vado, seguramente serán reconocidos sus asertos y juzgados sus errores. Por lo pronto estamos frente a la historia, hoy de pie, observando un debate intestino entre quienes aman su legado y quienes lo desprecian.
Su sueño bolivariano ya es una realidad, ni siquiera habrá debate sobre la existencia de este personaje que, a la velocidad de las aguas de los rápidos de un río embravecido, construyó todo el tiempo los mecanismos para acercar a los más desposeídos una vida mejor, combatir los monopolios, la usura, la desigualdad entre los poderosos y el pueblo; para reavivar una identidad latinoamericana que se encontraba dormida.
Por ello, aportes como La Radio del Sur o Telesur, tienen ese sello invaluable de un hombre que luchó toda su vida porque las aspiraciones de niños y adolescentes de la Patria Grande no se construyeran hacia la repetición de un estereotipo que no les pertenecía.
Sembrar el enorme valor de sentirse en casa visitando Buenos Aires, Montevideo, Tegucigalpa, México, Bogotá, etcétera, y abrir el corazón para abrigar el dolor, como una pena propia, ante el golpe de Estado en Honduras, la intervención de la DEA en Bolivia, el fraude en México, la guerra en Colombia, el corralito en Argentina o el Uruguay. Abrir el corazón y sentir alegría de éxito ante los logros de la participación popular en Nicaragua, el triunfo de Funes en El Salvador, el nacimiento de #YoSoy132 en México o el avance de la Revolución Ciudadana en el Ecuador.
Víctima de un sinfín de campañas sucias que lo hacían más histórico, más apreciable, su partida deja la pregunta: ¿quién heredara el liderazgo para continuar el sueño bolivariano? No existe una respuesta. Pero las dudas harán del hombre de América, un hombre del siglo XXI.
Entre 2005 y 2009, el programa Venezuela-Citgo (Citgo, filial de Petróleos de Venezuela S.A., PDVSA), donó combustible para calefacción a familias de escasos recursos de Estados Unidos, en los meses más fríos del año. Este programa, desde su creación, benefició a más de 1 millón 700 mil familias y estuvo enfocado, en su mayoría, a las poblaciones del noroeste del país, entre ellas comunidades afrolatinas, blancas pobres y latinas.
Según el analista Miguel Tinker Salas, Estados Unidos quedó en deuda, al igual que todo el continente, con el gobierno bolivariano. Que éste haya puesto en agenda la esfera de las desigualdades, y en consecuencia, la creación de programas enfocados a las realidades inequitativas que se vive en todo América, “ha puesto en relieve el tema de la desigualdad, resultado de las políticas neoliberales que fueron impuestas durante el consenso de Washington, no solamente en Estados Unidos sino en todo el continente”.
En el caso colombiano, los avances que se han obtenido en los diálogos de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno, se deben en gran medida a la intervención y compromiso de Hugo Chávez.
Juan Manuel Santos expresó su pésame al pueblo venezolano por la muerte de su homólogo, y señaló que “Si hemos avanzado en un proceso sólido de paz, con progresos claros y concretos, es también gracias a ladedicación y compromiso sin límites del presidente Chávez y del gobierno de Venezuela”.
En el año 2005, Hugo Chávez y el gobierno de Nicaragua firmaron un acuerdo mediante el cual Venezuela abastecería de petróleo a precio preferencial a más de 50 municipios nicaragüenses. En dicho acuerdo se establece que se enviarían 10 millones de barriles por año a los municipios. Así mismo, el 40% podrá ser pagado en 25 años a una tasa del 1 por ciento. Dionisio Marenco, ex alcalde de Managua, explicó que si se perdiera la ayuda venezolana, el mayor porcentaje de ingresos del país tendría que destinarse a la compra de petróleo.
En el mismo sentido de colaboración, entre los años 2005 y 2008, el gobierno venezolano desembolsó un préstamo a Argentina para que pudiera pagar parte de su deuda externa. Se calcula que entre estos años el préstamo ascendió a 5,600 millones de dólares.
Desde Chile, el pueblo mapuche, expresó su agradecimiento a Hugo Chávez por la lucha y la defensa de los recursos naturales, de los recursos hídricos del pueblo chileno. Carlos Masciocchi señaló que en el país se empezaron a llevar a cabo las prácticas más nefastas al servicio del poder imperial: “La revolución bolivariana ha abierto una puerta a nuestro pueblo, para que entendamos que también está a nuestro alcance”.
El presidente uruguayo señaló que “Nunca nadie nos ayudó como Venezuela con un crédito tan barato” y así agradeció el crédito que les dio Venezuela, ya que únicamente se pagaría el 2 por ciento de intereses anuales. El convenio, “mediante el cual paga el 75% del petróleo que le compra a 90 días y el restante 25% lo cancela a 15 años, con una tasa de 2%”, se realizó entre la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP) y el gobierno bolivariano desde el 2005. La ayuda prestada a Uruguay mediante el convenio ascendió a más de 500 millones de dólares.
Así mismo, José Mujica declaró: “íQué fácil sería terminar con la pobreza en el mundo! Pero necesitaríamos unos cuantos gobernantes como Chávez al frente de los países ricos para acordarnos de las naciones más pobres…”.
En palabras de Coco Manto, “El Estado Plurinacional de Bolivia, también fue gestado por el ejemplo y el espíritu de un gran venezolano, anticolonialista, antiimperialista: el Comandante Hugo Chávez Frías. Su trascendencia marcará, seguramente, sus victorias a futuro”.
El gobierno boliviano tiene un crédito con Venezuela que asciende a aproximadamente 500 millones de dólares, recursos que fueron empleados en su mayoría en la importación de diesel. El Ministro de Economía del país del sur, informó que la deuda es de carácter comercial, y que se paga en 2 términos diferentes: el 75 por ciento a corto plazo y el 25 por ciento a largo plazo. Sin embargo, la deuda del gobierno boliviano con Hugo Chávez va más allá de lo económico; ésta se traduce en un apoyo incondicional y respaldo a las políticas implementadas por Evo Morales.
Jorge Mansilla señala: “Pensamos los bolivianos que Venezuela y Chávez son parte indisoluble de nuestra América y de nuestro pensamiento, en el tiempo y el espacio de nuestros quehaceres por la independencia, soberanía y por la libertad de Bolivia. Por eso sin problema los bolivianos, juntamos las palabras: Chavez Venezuela, para decir Chavenezuela, chavenezolanos. Viva Hugo Chávez, viva Bolivia, viva Venezuela, viva la Patria Grande”.
Las relaciones ecuatoriano-venezolanas se han estrechado visiblemente durante el último lustro, en el cual se han firmado acuerdos de cooperación, fundamentalmente económica, seguidos del ámbito del petróleo y la energía, y por último en la esfera social. De 2007 a 2011, se han firmado 144 instrumentos bilateralesentre ambos países.
Vicente Cervantes hace hincapié en que sin la visión y la apuesta de Hugo Chávez, el proceso de la Revolución Ciudadana habría sido más complicado, ya que Venezuela jugó un papel de responsabilidad histórica con los pueblos del Ecuador: “En el palacio de Miraflores se empezó a plantear la idea de apoyar la candidatura de Rafael Correa, lo cual fue posible gracias a la apuesta personal y lúcida, con mucha visión histórica del comandante Hugo Chávez. Fue un aporte imprescindible, sin el cual no hubiera sido posible”.
La relación con la República de Cuba va mucho más allá de la solidaridad venezolana, puesto que se trata de una experiencia de colaboración en términos no monetarios que puede servir como ejemplo y punto de partida para la configuración de un nuevo sistema de relaciones entre países y regiones. Existe un intercambio entre ambas naciones: Venezuela exporta 100,000 barriles diarios de petróleo a Cuba, mientras aproximadamente 50,000 cooperantes cubanos prestan sus servicios profesionales en materia de salud al pueblo venezolano. En este mismo sentido, Hugo Chávez fue uno de los aliados más cercanos al gobierno cubano, tejiendo redes de apoyo en todos los niveles durante estos años de camino conjunto.
En los últimos años, Venezuela ha reducido el índice de desigualdad en casi un 54 por ciento, la pobreza disminuyó un 44 por ciento, sólo el 7.3 por ciento de la población se encuentra en pobreza extrema (en 1996 el porcentaje ascendía a 40 por ciento), el 66 por ciento de la población adulta mayor cuenta con pensiones para la vejez. Para el combate contra la desigualdad en el sector salud y en el tema de la pobreza, se ha destinado aproximadamente el 6 por ciento del PIB. La educación es gratuita desde la guardería hasta la universidad y la asistencia ha rebasado el 75 por ciento.
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