Traducción por el equipo Sott.net
La historia de la convicción nacional de que la grasa en la dieta es mortal, y su evolución desde la hipótesis al dogma, es una en la que los políticos, los burócratas, los medios de comunicación y el público han jugado un papel tan importante como los científicos y la ciencia.

~ Gary Taubes
Finalmente alguien del mundo convencional de la nutrición ha dado un paso adelante para declarar lo obvio: Suecia, primer país en recomendar dieta alta en grasa para tratar la obesidad y la diabetes (o el artículo en inglés). Los lineamientos convencionales ya no pueden ignorar lo que los medios alternativos han estado diciendo durante años: las grasas de origen animal son buenas para nuestra salud. Cada persona en el mundo debería tomar esta oportunidad de redimir nuestra dieta ancestral que nos vimos prosperar como seres humanos inteligentes. Ya es hora de hacer rendir cuentas a la aberración de una dieta que se ha apoderado de nuestro mundo hoy en día, con los alimentos procesados ​​y de altos carbohidratos que perpetúan el peor estado de salud de la historia humana que jamás se ha visto.

La Gran Agra, Gran Farma (NdT - en inglés: Big Agra, Big Pharma) y la industria alimenticia reinan sobre una población lisiada con demencia, diabetes, obesidad, cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades autoinmunes, alergias, problemas respiratorios, problemas digestivos y trastornos del estado de ánimo que ningún lineamiento convencional puede sanar o curar satisfactoriamente. Si se logra algo, es una muy mala calidad de vida, como mucho, requiriendo algo entre 4 a 12 pastillas al día para mantener, y que poco a poco va envenenando incluso al más resistente.

Las enfermeras alrededor del mundo entrenan a las personas diabéticas con las pautas alimenticias que sólo perpetúan y empeoran su enfermedad. Usted podría estar familiarizado con el siguiente argumento: "En el cálculo de los requerimientos de insulina, ignora las grasas, ya que no aumentan la insulina." ¡Ahí tienes una gran idea para la cura! sin embargo, el lavado de cerebro y la falta de pensamiento crítico es tal que los profesionales de la salud no pueden reconocer la solución justo en frente de ellos, incluso si ellos mismos lo dicen. Luego un protocolo sin sentido es aconsejado de que la gente tiene que comer hasta 5 veces al día, incluyendo siempre una comida de carbohidratos, sólo para que la insulina prescrita no lleve los niveles de azúcar en la sangre a niveles peligrosamente bajos. La mayoría de los folletos y lineamientos dadas a los pacientes diabéticos están escritos y publicados por las compañías farmacéuticas que luego venden la misma insulina prescrita. Imagínese si la gente supiera que sólo tienen que retirar los carbohidratos con el fin de disminuir sus necesidades de insulina. ¡Dios no lo quiera que alguna vez deban curar su diabetes con una dieta baja en carbohidratos!

No pierdas la cabeza

Los vegetarianos y los miembros de las sociedades agrarias tienen cerebros más pequeños y, tal como están las cosas, el mundo en general - los vegetarianos y las personas que hacen dietas "equilibradas" similares - ven sus funciones cognitivas sufrir como ningún otro momento de la historia humana.

El peso en seco de nuestro cerebro es 60% de grasa. El colesterol juega un papel vital en nuestros procesos mentales, el 25% del colesterol libre de nuestro cuerpo se encuentra en el sistema nervioso. Contrariamente a la creencia popular y dogmática, sin grasa somos tostadas, figurativa y literalmente hablando. De hecho, más problemas vienen de tener niveles bajos que de los niveles altos de colesterol. Una gran cantidad de problemas de salud, así como los problemas comunes de "envejecimiento" son consecuencias de no conseguir lo suficiente de las buenas grasas en nuestra dieta. Atrás quedaron los días en que las personas de edad fallecían pacíficamente en su cama después de una vida larga vivida llena de experiencias y con completas capacidades cognitivas. Ahora la demencia senil es considerada como la forma normal de terminar su vida cognitiva.

Hoy en día, un estadounidense desarrolla la enfermedad de Alzheimer cada 68 segundos. En el 2050, un estadounidense desarrollará la enfermedad cada 33 segundos. Se estima que 5.2 millones de estadounidenses de todas las edades tienen la enfermedad de Alzheimer en el 2013. El número de personas que viven con demencia en todo el mundo se estima en 35.6 millones. Este número se duplicará para el 2030 y más del triple en el 2050. Por no hablar de la depresión, la ansiedad y otros problemas psiquiátricos. La depresión afecta a 121 millones de personas en todo el mundo y éstas son las estadísticas convencionales del 2011. Para la mayoría, las cosas han empeorado desde entonces.

El número de estudios publicados a lo largo de los años que quitan la culpa colocada en las grasas de origen animal y que la ponen donde pertenece - el azúcar - es abrumadora. Hemos llegado a un punto sin vuelta atrás. Es hora de hacer responsables a las políticas convencionales que perpetúan pautas alimenticias que han demostrado ser poco saludables desde el principio.

Drácula a cargo del banco de sangre


Directores de empresas de alimentos en otras administraciones corporativas.
Es difícil imaginar cómo eran las cosas antes de la revolución agrícola, pero aún sin tener que ir tan atrás, ten en cuenta que tenemos una gran discrepancia de cómo solíamos comer sólo un par de cientos de años atrás. Según el neurobiólogo Stephan Guyenet, el consumo de azúcar ha aumentado constantemente en EE.UU. hasta el punto que en 1822, los estadounidenses consumieron la cantidad de azúcar añadida en una lata de 12 onzas (354 ml.) de refresco una vez cada cinco días, mientras que en el 2005 los estadounidenses estaban consumiendo esa cantidad de azúcar cada siete horas. La peor parte es que sus números ni siquiera incluyen la cantidad de azúcar en las frutas y almidones 'seguros', que es básicamente lo que nuestros gobiernos recomiendan: arroz, pasta, pan, cereales, patatas, etc. A juzgar por los números de Guyenet, el aumento es tan constante que si las tendencias actuales continúan, ¡para el 2606 la dieta de los EE.UU. será 100% de azúcar y realmente viviríamos en una Idiocracia!

Nuestros fisiologías no tienen, básicamente, defensa contra este tipo de ataque. La carga de azúcar en nuestra dieta ha crecido anormalmente, exponencialmente y grotescamente de lo que nuestros antepasados ​​paleolíticos conocieron. Para un alimento que, no tenemos necesidad alguna de consumir, la cantidad de consumo de azúcar solamente en EE.UU. es completamente inaceptable y excesivo, por cortesía de la industrialización y la comercialización del sistema alimentario estadounidense. Olvídese de las Grandes Empresas, son ahora Gigantes Negocios, y están a costa de su salud.

Como dice el profesor Simon Capewell de la Universidad de Liverpool, poner la industria alimenticia en la mesa de la política es como poner a Drácula a cargo del banco de sangre. El conflicto de intereses es masivamente excesivo. En lugar de admitir que la industria alimenticia es parte del problema, ¡se le pide que dé una solución! No están interesados ni remotamente en la salud, pero muy interesados en las ganancias a corto plazo, la industria alimenticia se está aprovechando de la epidemia de obesidad y de su sufrimiento mediante la fabricación de alimentos procesados ​​que se comercializan dudosamente como "más saludable".

Hay un enorme interés económico y personal en la propaganda de hacerlo sentir mal "Por tu culpa" impulsada por las compañías farmacéuticas, centros de pérdida de peso, académicos, el gobierno y de la industria alimenticia. Usan y abusan de la investigación y de la ciencia genuina para las relaciones públicas y el encubrimiento de los conflictos de interés evidentes. Ellos dependen de que usted esté preocupado acerca de los riesgos de la obesidad y de que te preocupes que es tu culpa. Siempre es lo mismo con las guías dietéticas estándar: los participantes pierden un poco de peso, y luego la mayoría lo ganan de nuevo, y después un poco más.

Punto sin retorno

La evolución es la mejor guía de lo que debe ser nuestra dieta óptima. Nuestra dieta paleolítica cazadora-recolectora cuyo tipo y cantidad de grasa consumida cambiaba con las estaciones, latitudes, y el ir y venir de las edades de hielo - define la historia humana. Se necesita tiempo para cualquier población para adaptarse a nuevos factores en su entorno. Cuanto más tiempo hemos estado comiendo un alimento en particular como especie, y cuanto más cerca el alimento esté en su estado natural, es menor el daño que probablemente haga. Hemos estado comiendo como hombres de las cavernas durante todo el curso de la historia humana. Eso nos hizo lo que somos. Según lo informado por Gary Taubes en Good Calories, Bad Calories ("Calorías buenas, Calorías malas"):
Es lo que el epidemiólogo británico Geoffrey Rose quiso decir cuando escribió su seminal redacción en 1985, Sick Individuals and Sick Populations ("Individuos enfermos y poblaciones enfermas"), y describió las medidas aceptables de prevención que podrían recomendarse para el público como aquellos que eliminan los "factores antinaturales" y que restauran la "normalidad biológica" - eso es... las condiciones a las que presumiblemente estamos adaptados genéticamente. "Tales medidas normalizadoras", dijo Rose, "se pueden presumir de ser seguros, y por lo tanto debemos estar preparados para defenderlos sobre la base de una presunción razonable de beneficio."
Entre más enfermos y gordos estemos, mayor será la necesidad de comer una dieta fisiológica de acuerdo a nuestra constitución corporal, es decir, una dieta baja en carbohidratos. ¿Por qué esperar que el excluir o restringir grasas de origen animal nos regrese a la "normalidad biológica"? Es precisamente esto lo que nos trajo al actual desastre y catástrofe en la salud. ¿Por qué los almidones "seguros" - verduras, frutas, tubérculos, legumbres y granos - nos restaurarían la salud cuando los carbohidratos son precisamente el grupo de alimentos que no es necesario para que funcione la máquina humana?

Los gurús de la salud recomiendan un mínimo de 120 a 130 gramos de carbohidratos al día con el fin de dar a nuestros cerebros azúcar. Pero el cerebro no lo necesita cuando no hay carbohidratos en la dieta y cuando se consume la grasa suficiente. Nuestros cerebros se curan y funcionan al máximo con el combustible de la grasa - cetonas. Parece que toda la entidad científica se ha vuelto contra nosotros. Los psicópatas se han apoderado del asilo, mientras que la humanidad sufre como no ha sufrido antes. Como Gary Taubes explica,
"Una respuesta simple, después de todo, sugiere que se debería haber sabido desde el principio; sugiere que en algún lugar a lo largo del camino, nuestras autoridades de salud pública nos habían llevado por el mal camino. Una respuesta compleja permite un considerable margen en la asignación de la responsabilidad; eso también permite un aplazamiento indefinido de cualquier acción o reconocimiento de error".
No es sólo nuestra salud; es prácticamente toda nuestra civilización como la conocemos. No hemos conocido otra forma de vivir por demasiado tiempo y fijate lo que nos ha traído: salud deteriorada, guerras, hambruna, esclavitud, y sufrimiento interminable. De acuerdo conGreg Wadley y Angus Martin de la Universidad de Melbourne:
Dentro de unos pocos miles de años de la adopción de la agricultura de cereales, el antiguo estilo de organización social de los cazadores-recolectores comenzó a disminiur. Grandes sociedades, jerárquicamente organizados aparecieron, en torno a los pueblos y luego ciudades. Con el auge de la civilización y el Estado llegaron las clases socioeconómicas, la especialización laboral, los gobiernos y los ejércitos.

El tamaño de las poblaciones que vivían en unidades coordinadas aumentó dramáticamente por encima de las pre-agrícolas. Mientras que los cazadores-recolectores vivían en bandos igualitarios y autónomos de cerca de 20 personas estrechamente relacionadas, además con, a lo mucho, un nivel tribal de organización, en cambio las primeras aldeas agrícolas tenían entre 50 y 200 habitantes, y las primeras ciudades 10,000 o más. La gente "tuvo que aprender a limitar las fuerzas profundamente arraigadas que trabajaban para aumentar los conflictos y la violencia en grupos grandes"(Pfeiffer 1977:438).

La agricultura y la civilización significó el final de la recolección de comida - un método de subsistencia con metas y recompensas a corto plazo - y el comienzo (para la mayoría) de regular arduo trabajo, orientado a los beneficios futuros y a las exigencias de sus superiores.

"Con la llegada de las grandes comunidades, las familias ya no cultivaban la tierra para ellos y para sus necesidades inmediatas, sino para los desconocidos y para el futuro. Trabajaban todo el día en lugar de un par de horas al día, como lo hacían los cazadores-recolectores. Había horarios, cuotas, supervisores, y castigos por holgazanear" (Pfeiffer 1977:21).
Durante cientos de miles de años, nuestros antepasados ​​practicaban la caza y se movían en manadas, comiendo una dieta baja en carbohidratos. El hecho es, que nuestros cuerpos están diseñados y han evolucionado para vivir y prosperar sin consumir carbohidratos en absoluto, siempre y cuando haya bastante proteína nutritiva y grasa disponible, y agua para beber. La grasa de origen animal era nuestra energía primordial, ya que era - y sigue siendo - el combustible más eficiente, denso y de larga duración. Nos volvimos inteligentes - Homo sapiens sapiens - porque consumimos grasa animal y carne.

Depende de nosotros tomar el asunto de nuestra salud en nuestras propias manos. Corre la voz y haz que las autoridades asuman la responsabilidad y que estén conscientes sobre el informe del Comité de Expertos de Suecia. Es oficialmente tiempo de dejar las perjudiciales pautas alimenticias bajas en grasa.

Para mayor información, vea:

La dieta cetogénica - Una visión general
Suecia, primer país en recomendar dieta alta en grasa para tratar la obesidad y la diabetes
Comité de expertos de Suecia: Una dieta baja en carbohidratos es más efectiva para la pérdida de peso (en inglés)
La programación mental antigrasas que las grandes industrias farma-agro-alimentarias te agradecen.
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