Últimamente en Sott andamos recibiendo toda una serie de comentarios de gente que al parecer se indigna cuando publicamos sobre los beneficios de las grasas saturadasde origen animal. Lo hemos venido diciendo desde hace años y no ha sido sino hasta el mes pasado que la medicina convencional ha admitido su error de inculpar a las grasas animales. La British Medical Journal ha llegado a admitir a través de una publicación que se cometió un error y que las grasas animales son un factor protector para las enfermedades cardiovasculares. El Comité Experto de Suecia ha publicado nuevas normas teniendo en cuenta la evidencia científica de que una dieta baja en carbohidratos es más eficaz para la pérdida de peso. Un documental desmintiendo el mito del colesterol y la industria de las estatinas - fármacos reductores del colesterol - está siendo televisado en Australia, su enfoque sobre el beneficio del consumo de grasas saturadas está provocando la reacción de miles de telespectadores quienes están pidiendo cuentas a sus médicos acerca del tema. Sin embargo, a juzgar por algunos de los comentarios que hemos recibido, a algunos lectores les está costando dejar sus vacas sagradas después de años de programación anti-grasa.
Por ejemplo, en el último artículo que publicamos al respecto: El error más gordo de la historia de la nutrición: La lucha contra la grasa animal, algunos lectores comentaron como sigue: O bien...
Es irónico que mencionen eso último, ya que, al contrario de lo que plantea, las grasas saturadas de origen animal, justamente, no traen muchos beneficios a las multinacionales, ya que, para obtener buenas grasas saturadas, se debe optar por animales salvajes, idealmente, o criados con nada más que pasto, o su alimento natural, es decir, lo que naturalmente deberían comer, y no los granos y balanceados a base de maíz o soja que generan billones de ganancias para las grandes industrias multinacionales.
No se trata de alimentarse de animales criados en granjas industriales, que no ven la luz, que están repletos de antibióticos/hormonas y que viven en su propio excremento, por lo que también están repletos de enfermedades derivadas de bacterias como la E. Coli (ver documentalComida S.A.). Más bien se trata de apoyar a los pequeños productores que todavía crían a sus animales al aire libre, los dejan pastar naturalmente y no les inyectan hormonas y demás cosas para que engorden desproporcionadamente. La carne y la grasa de estos animales industriales, a parte tener muchas sustancias potencialmente tóxicas, no tienen mucho valor nutritivo como la carne de animales que viven de manera más natural.
Por otro lado, es nuestra dependencia a los carbohidratos lo que nos mantiene más atados a la industria agro - alimenticia - farmacéutica - psiquiátrica. En primer lugar, el consumo de carbohidratos es una forma de combustible para el cuerpo muy poco eficiente que nos mantiene en constante búsqueda de más y más, todo el tiempo, porque se gasta rápido y, el cuerpo acostumbrado, al no saber que posee otras fuentes de energía, exige más y más para que podamos seguir andando. Lo que lleva a que compremos más y más todo el tiempo: granos (trigo, maíz, arroz, soja, etc), azúcar y todo tipo de 'snacks' basados en los mismos ingredientes. Casualmente, éstos son los alimentos que más se cultivan en el mundo y que más daño causan a nivel medioambiental, social y sanitario.
Citando un Enfoque Sott: Además, los componentes adictivos del trigo, la leche y el azúcar ayudan a que seamos aún más dependientes de esta industria y la agricultura (actividad más que destructiva para el planeta Tierra y, para nosotros también, por ende). Desde Sott, muchas veces hemos publicado artículos referentes a los efectos nocivos que tuvo la agricultura para la humanidad y el planeta que habitamos.
En otro Enfoque Sott sobre el tema encontramos: Y, como dice Lyerre Keith, en su excelente libro "El mito vegetariano" Otros artículos sobre el tema, los pueden leer aquí: Sumándose a todo esto, vienen las enfermedades asociadas al consumo de carbohidratos, desde que éste aumenta con la adopción de la agricultura y el consumo de granos, una vez más. Y, a medida que vamos acercándonos a nuestros tiempos, todos los carbohidratos refinados y los componentes sintéticos, aditivos, que posee la comida hoy en día. Además, pesticidas de todo tipo utilizados en la agricultura que llegan a nuestros cuerpos... un cóctel de sustancias que te aseguran un gran gasto en salud, es decir, una inmensa ganancia para la Big Pharma. Y los efectos psicológicos asociados al gluten encontrado en los granos y otros alimentos, o los aditivos agregados a la comida industrializada, o los pesticidas que tienen la característica de ser disruptores endocrinos, son la clave para la continuidad de la psiquiatría (industria de la muerte).
Así, el hecho de quemar carbohidratos como principal fuente de energía, es, definitivamente, promovido por las grandes industrias (Agro-alimentaria, farmacéutica-psiquiátrica, etc) Esto se puede observar claramente con el nivel de programación mental que se ve en los comentarios que nos dejan muchos, y en todas partes, de que las grasas son malísimas y que hay que comer cereales, por ejemplo (gran legado de la pirámide de alimentos creada por la FAO - la organización de AGRICULTURA y alimentos de EE.UU. - que claramente no nos indica lo que es saludable para nosotros sino lo que es rentable para ellos, para las grandes industrias.
Evolución humana y grasas saturadas
Agregando otro aspecto sobre el tema, un comentario dice con razón: Hubo una época en la que las enfermedades cardiovasculares, autoinmunes, la obesidad y las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer eran la excepción, no la norma. Somos seres humanos con funciones cognitivas superiores gracias a una dieta rica en grasas y proteínas animales. Desde que la humanidad ha adoptado una dieta rica en carbohidratos, aberrante para su fisiología, la salud no ha hecho más que empeorar. Nunca se ha visto tan mala calidad de vida y salud en la historia de la humanidad como la que se está viendo ahora. Ahora terminar una vida, si se le puede llamar vida, con enfermedades neurodegenerativas es considerado "normal". No es difícil de imaginar la reacción de nuestros ancestros a esta chocante realidad: La enfermedad de Alzheimer aumentará en un 85 por ciento en las próximas dos décadas. Cada 7 segundos surge en el mundo un nuevo caso de demencia. Esto es totalmente inaceptable para una enfermedad que se puede prevenir con una dieta acorde a lo que nuestra fisiología, cuerpo y cerebro necesita: grasas animales.
Muchos académicos están de acuerdo en que las grasas saturadas y la carne cumplieron un rol fundamental en nuestra evolución. Desde el tamaño de nuestros intestinos y nuestros cerebros, así como las funciones metabólicas óptimas necesarias para alimentar energéticamente a nuestro cerebro, evidencian que la cetosis (metabolismo a base de grasas) es el estado fisiológico natural y óptimo para el ser humano.
En un artículo publicado en la versión en inglés de Sott, Barry Groves, PhD dice: Y algo muy llamativo acerca de la evolución y el tamaño de nuestro cerebro es que el mismo se está reduciendo en tamaño, nada más y nada menos que desde hace unos 10.000 - 5.000 años - coincidentemente, cuando la práctica de la agricultura se extiende a lo largo del planeta.
En el mismo artículo citado más arriba, se lee: Para más información al respecto: Con todo esto sobre la mesa y volviendo al planteamiento inicial sobre lo que las corporaciones multinacionales y las instituciones gubernamentales oficiales promueven como dieta "saludable", es difícil no plantearse la siguiente pregunta ¿Están promoviendo todo eso para hacernos cada vez más tontos y por lo tanto condicionarnos más fácilmente? Si bien gran parte de todo este conglomerado de inter-beneficios entre distintas áreas de la industria se explica con los beneficios que obtienen (la industria alimentaria responde a los intereses de la agricultura y a su vez nos enferma dando beneficios a la industria médica), lo que aquí vemos parece incluir la 'estupidización' masiva de la humanidad, para que, combinando la propaganda y desinformación dada a través de los medios de comunicación, seamos cada vez más incapaces de pensar, analizar, reflexionar y por lo tanto cuestionar el status quo. Así también, se hace más difícil que como humanidad podamos usar nuestras funciones cognitivas para observar y comprender nuestra realidad y, crear formas de vivir humanamente haciendo uso de nuestra creatividad (característica principal del Homo sapiens que requiere un funcionamiento óptimo de nuestras facultades cognitivas).
Es por eso que pasar del consumo de carbohidratos como principal fuente de energía, al consumo de grasas saludables, pasando de la glucólisis a la cetosis, no solo nos trae numerosos beneficios en términos de salud y bienestar, sino también constituye una elección de dejar de depender y apoyar a estas grandes industrias colaborando con y creando modelos mucho más saludables, sostenibles y, que, en última instancia, son mejores para los seres humanos y el resto de los seres vivos con quienes compartimos el planeta.
Por ejemplo, en el último artículo que publicamos al respecto: El error más gordo de la historia de la nutrición: La lucha contra la grasa animal, algunos lectores comentaron como sigue: O bien...
Es irónico que mencionen eso último, ya que, al contrario de lo que plantea, las grasas saturadas de origen animal, justamente, no traen muchos beneficios a las multinacionales, ya que, para obtener buenas grasas saturadas, se debe optar por animales salvajes, idealmente, o criados con nada más que pasto, o su alimento natural, es decir, lo que naturalmente deberían comer, y no los granos y balanceados a base de maíz o soja que generan billones de ganancias para las grandes industrias multinacionales.
No se trata de alimentarse de animales criados en granjas industriales, que no ven la luz, que están repletos de antibióticos/hormonas y que viven en su propio excremento, por lo que también están repletos de enfermedades derivadas de bacterias como la E. Coli (ver documentalComida S.A.). Más bien se trata de apoyar a los pequeños productores que todavía crían a sus animales al aire libre, los dejan pastar naturalmente y no les inyectan hormonas y demás cosas para que engorden desproporcionadamente. La carne y la grasa de estos animales industriales, a parte tener muchas sustancias potencialmente tóxicas, no tienen mucho valor nutritivo como la carne de animales que viven de manera más natural.
Por otro lado, es nuestra dependencia a los carbohidratos lo que nos mantiene más atados a la industria agro - alimenticia - farmacéutica - psiquiátrica. En primer lugar, el consumo de carbohidratos es una forma de combustible para el cuerpo muy poco eficiente que nos mantiene en constante búsqueda de más y más, todo el tiempo, porque se gasta rápido y, el cuerpo acostumbrado, al no saber que posee otras fuentes de energía, exige más y más para que podamos seguir andando. Lo que lleva a que compremos más y más todo el tiempo: granos (trigo, maíz, arroz, soja, etc), azúcar y todo tipo de 'snacks' basados en los mismos ingredientes. Casualmente, éstos son los alimentos que más se cultivan en el mundo y que más daño causan a nivel medioambiental, social y sanitario.
Citando un Enfoque Sott: Además, los componentes adictivos del trigo, la leche y el azúcar ayudan a que seamos aún más dependientes de esta industria y la agricultura (actividad más que destructiva para el planeta Tierra y, para nosotros también, por ende). Desde Sott, muchas veces hemos publicado artículos referentes a los efectos nocivos que tuvo la agricultura para la humanidad y el planeta que habitamos.
En otro Enfoque Sott sobre el tema encontramos: Y, como dice Lyerre Keith, en su excelente libro "El mito vegetariano" Otros artículos sobre el tema, los pueden leer aquí: Sumándose a todo esto, vienen las enfermedades asociadas al consumo de carbohidratos, desde que éste aumenta con la adopción de la agricultura y el consumo de granos, una vez más. Y, a medida que vamos acercándonos a nuestros tiempos, todos los carbohidratos refinados y los componentes sintéticos, aditivos, que posee la comida hoy en día. Además, pesticidas de todo tipo utilizados en la agricultura que llegan a nuestros cuerpos... un cóctel de sustancias que te aseguran un gran gasto en salud, es decir, una inmensa ganancia para la Big Pharma. Y los efectos psicológicos asociados al gluten encontrado en los granos y otros alimentos, o los aditivos agregados a la comida industrializada, o los pesticidas que tienen la característica de ser disruptores endocrinos, son la clave para la continuidad de la psiquiatría (industria de la muerte).
Así, el hecho de quemar carbohidratos como principal fuente de energía, es, definitivamente, promovido por las grandes industrias (Agro-alimentaria, farmacéutica-psiquiátrica, etc) Esto se puede observar claramente con el nivel de programación mental que se ve en los comentarios que nos dejan muchos, y en todas partes, de que las grasas son malísimas y que hay que comer cereales, por ejemplo (gran legado de la pirámide de alimentos creada por la FAO - la organización de AGRICULTURA y alimentos de EE.UU. - que claramente no nos indica lo que es saludable para nosotros sino lo que es rentable para ellos, para las grandes industrias.
Evolución humana y grasas saturadas
Agregando otro aspecto sobre el tema, un comentario dice con razón: Hubo una época en la que las enfermedades cardiovasculares, autoinmunes, la obesidad y las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer eran la excepción, no la norma. Somos seres humanos con funciones cognitivas superiores gracias a una dieta rica en grasas y proteínas animales. Desde que la humanidad ha adoptado una dieta rica en carbohidratos, aberrante para su fisiología, la salud no ha hecho más que empeorar. Nunca se ha visto tan mala calidad de vida y salud en la historia de la humanidad como la que se está viendo ahora. Ahora terminar una vida, si se le puede llamar vida, con enfermedades neurodegenerativas es considerado "normal". No es difícil de imaginar la reacción de nuestros ancestros a esta chocante realidad: La enfermedad de Alzheimer aumentará en un 85 por ciento en las próximas dos décadas. Cada 7 segundos surge en el mundo un nuevo caso de demencia. Esto es totalmente inaceptable para una enfermedad que se puede prevenir con una dieta acorde a lo que nuestra fisiología, cuerpo y cerebro necesita: grasas animales.
Muchos académicos están de acuerdo en que las grasas saturadas y la carne cumplieron un rol fundamental en nuestra evolución. Desde el tamaño de nuestros intestinos y nuestros cerebros, así como las funciones metabólicas óptimas necesarias para alimentar energéticamente a nuestro cerebro, evidencian que la cetosis (metabolismo a base de grasas) es el estado fisiológico natural y óptimo para el ser humano.
En un artículo publicado en la versión en inglés de Sott, Barry Groves, PhD dice: Y algo muy llamativo acerca de la evolución y el tamaño de nuestro cerebro es que el mismo se está reduciendo en tamaño, nada más y nada menos que desde hace unos 10.000 - 5.000 años - coincidentemente, cuando la práctica de la agricultura se extiende a lo largo del planeta.
En el mismo artículo citado más arriba, se lee: Para más información al respecto: Con todo esto sobre la mesa y volviendo al planteamiento inicial sobre lo que las corporaciones multinacionales y las instituciones gubernamentales oficiales promueven como dieta "saludable", es difícil no plantearse la siguiente pregunta ¿Están promoviendo todo eso para hacernos cada vez más tontos y por lo tanto condicionarnos más fácilmente? Si bien gran parte de todo este conglomerado de inter-beneficios entre distintas áreas de la industria se explica con los beneficios que obtienen (la industria alimentaria responde a los intereses de la agricultura y a su vez nos enferma dando beneficios a la industria médica), lo que aquí vemos parece incluir la 'estupidización' masiva de la humanidad, para que, combinando la propaganda y desinformación dada a través de los medios de comunicación, seamos cada vez más incapaces de pensar, analizar, reflexionar y por lo tanto cuestionar el status quo. Así también, se hace más difícil que como humanidad podamos usar nuestras funciones cognitivas para observar y comprender nuestra realidad y, crear formas de vivir humanamente haciendo uso de nuestra creatividad (característica principal del Homo sapiens que requiere un funcionamiento óptimo de nuestras facultades cognitivas).
Es por eso que pasar del consumo de carbohidratos como principal fuente de energía, al consumo de grasas saludables, pasando de la glucólisis a la cetosis, no solo nos trae numerosos beneficios en términos de salud y bienestar, sino también constituye una elección de dejar de depender y apoyar a estas grandes industrias colaborando con y creando modelos mucho más saludables, sostenibles y, que, en última instancia, son mejores para los seres humanos y el resto de los seres vivos con quienes compartimos el planeta.
"Por lo tanto podemos ver que abastecernos de grasas de buena calidad, ganado alimentado con pasto o aves que no sean de corral sino 'caseras y que caminen sueltas', si bien es cada vez más difícil, es esencial si queremos escaparnos de la soga que la agricultura ha atado alrededor de nuestro cuellos.
Solamente podemos esperar que en los próximos años veamos más movimientos que se alejen de la industrialización y el aumento de intentos de crear comunidades basadas en valores humanos verdaderos; comunidades que no solo curarán a los humanos involucionados, sino también intentarán sanar nuestro medio ambiente.
La única pregunta que permanece es si tenemos suficiente tiempo para intentarlo y recrear el paraíso que una vez se perdió."
- Zoran D. Jankovic, DVM
Paraíso perdido
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