Traducción por el equipo de sott.net
Hoy, 5 de noviembre, es el Día de Guy Fawkes, también conocido como el Día de la pólvora. En 2012 es el 407º aniversario de la Conspiración de la Pólvora o traición de la pólvora, como se le llamó primero.
También pasa a ser mi 78 cumpleaños. Así que he sido más consciente del Día de Guy Fawkes que la mayoría. Estoy especialmente contento de que la máscara de Guy Fawkes se haya convertido en algo tan extendido.
La máscara se popularizó enormemente en la película V de Vendetta. Como escribió el incondicional buscador de la verdad del 11-S, Kevin Barrett, hace un año, en un artículo titulado "Desenmascarando las mentiras de los medios: ¿Por qué la pieza de la BBC de la máscara de V de Vendetta está 'enmascagada'?":
Sin embargo, durante los primeros 71 años de mi vida tenía completamente la idea equivocada acerca de la conspiración de la pólvora: lo que pasó, quién estaba realmente detrás de ella y su impacto en la historia. Un impacto que continúa hasta nuestros días. Fue en el 2005 que leí el magnífico libro de Webster Tarpley '11-S Terror Sintético: Hecho en EE.UU.' justo después de que salió de la prensa. Él me presentó el elemento histórico.
Es cierto que los eventos descarados del 11-S y el alucinante encubrimiento que siguió me abrió los ojos a los fraudes terroristas ejecutados por el Estado y el poder que entrega a las fuerzas oscuras que lo gobiernan. Pero yo no sabía nada acerca de la conspiración de la pólvora.
Tampoco en ese momento comprendía que esta conspiración y el 11-S son sólo dos ejemplos de miles de operaciones de bandera falsa que han cambiado la historia.
Las operaciones de bandera falsa están en la categoría de engaños humanos menos reconocidos y de mayor impacto. En términos de golpe emocional, incluso las mentiras más brillantes perpetradas por los demagogos más talentosos, son pálidas en comparación con una gran operación de bandera falsa, por el poder de manipular la opinión pública. En este aniversario vamos a mirar más de cerca esta particular operación de falsa bandera para algunas lecciones. Como William Faulkner lo puso en su Requiem por una mujer: "El pasado nunca está muerto. Ni siquiera es pasado." Luego vamos a hablar brevemente de una de las más recientes operaciones de bandera falsa - una de tecnología digital de punta que malversa perversamente el nombre de Fawkes.
En el trono de Inglaterra en 1605, se sentaba Jacobo I, un protestante, el rey que ordenó la traducción de la Biblia cristiana que lleva su nombre.
Cuando se acercaba la medianoche del 4 de Noviembre - la víspera de la tradicional apertura del Parlamento - agentes armados del rey incursionan un sótano de las Casas del Parlamento. Ellos descubren y detienen a Guy Fawkes. Su edad, 36 años, coincide con el número de barriles de pólvora con los que lo encuentran. Encuentran un túnel que conduce a la habitación. Fawkes es un conocido agitador por los derechos de los católicos romanos ingleses. Tiene en su poder un reloj de bolsillo (una rareza en estos días).
De haber tenido éxito en la detonación de la pólvora, a la mañana siguiente el Rey Jacobo y su esposa serían cuerpos destrozados, al igual que todos los miembros de la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes. Escombros humeantes sería todo lo que quedaría del complejo del Palacio de Westminster, incluyendo la histórica Abadía de Westminster.
Así va la versión del palacio de los acontecimientos de la noche del 4 de Noviembre de 1605. El público Inglés está sorprendido. Es el equivalente del 11-S. "Un cataclismo" como Adam Nicolson lo describe en su libro Secretarios de Dios: La fabricación de la Biblia del rey Jacobo. Tras su detención, según la versión oficial, Fawkes admite que su propósito era destruir al rey y al Parlamento.
Que había una especie de conspiración no está en duda. El ocho de noviembre, en el colgadero, Fawkes nombra a 12 co-conspiradores. Aquellos que no estaban muertos son localizados y declarados culpables de traición después de un juicio que duró menos de un día. Ellos y Fawkes son ahorcados, destripados y descuartizados.
El domingo siguiente, 10 de noviembre, la versión del Rey Jacobo de la conspiración se emite desde el púlpito principal de la Iglesia de Inglaterra, la de William Barlow, obispo de Rochester. Barlow vocifera que el enemigo, es decir, los papistas, son satánicos en su maldad. El Rey, la víctima esperada, por otro lado es, escribe el señor Nicolson, caracterizado como un hombre incondicionalmente bueno... prácticamente una figura de Cristo.
Pronto todos los púlpitos de Inglaterra hacen eco de la versión oficial. Entre 1606 y 1859 el Cinco es recordado en un servicio anual de acción de gracias en todas las iglesias Anglicanas, escribe James Sharpe en Recuerde, recuerde: Una historia cultural del Día de Guy Fawkes. Hasta 1959, era ilegal en Gran Bretaña no celebrar el Día de Guy Fawkes. Celebrar, porque desde el principio el público estaba dando gracias de que el reino se salvó y los conspiradores traidores fueron despachados. Durante siglos efigies de Fawkes fueron quemadas.
La versión del palacio se convierte en la verdad histórica para la humanidad, incluyéndome a mí - ¡engañado otra vez! - por la mayor parte de nuestras vidas.
El señor Nicolson y otros ahora arrojan serias dudas sobre esa versión. Muchas anomalías respecto a los hechos han salido a la superficie.
Fawkes no fue detenido en una habitación en el sótano, sino más bien en un cuarto de planta baja, uno muy fácilmente alquilado por los conspiradores. No había, en consecuencia, ningún túnel. La autoría de la carta por la que el rey se enteró de la conspiración es dudosa. Fue entregada al Rey por el Canciller Real, Sir Robert Cecil, conde de Salisbury.
A Sir Cecil se le caracterizaría como el Dick Cheney de su tiempo. Debido a las conspiraciones que eran comunes en esa época, Cecil tenía una eficiente red de espías sembradas entre los disidentes católicos romanos. Se mantuvo al tanto de todas las conspiraciones que los espías descubrían. Éste contó con un gran elenco de personajes de varias ciudades.
Cecil le ocultó la conspiración al Rey excepto por aquella carta misteriosa. La pólvora, se vio después, era de una naturaleza inferior, improbable que hubieran logrado grandes resultados. Esto era extraño, ya que Fawkes definitivamente sabía un par de cosas acerca de la pólvora. Él había desarrollado gran experiencia con la misma durante su servicio con distinción en el ejército de España contra los rebeldes protestantes en los Países Bajos. Es concebible que la pólvora podría haber sido cambiada por alguien, había mucha debido a todas las hostilidades. Algunos de los manuscritos en la confesión de Fawkes se diferenciaban de los demás.
Ignorado hasta hace poco, un libro escrito por el historiador jesuita John Gerard, ¿cuál fue la conspiración de la pólvora: la historia tradicional probada por la evidencia original. Gerard falleció en 1606, pero su obra no se publicó durante casi tres siglos, hasta 1897, un dato temporal interesante en sí mismo. Si bien es cierto, como escribe Sharpe, que los recuentos de la conspiración difieren según los prejuicios de los autores, la explicación de Gerard me parece bastante convincente. Él escribe:
Comentario: ¿Alguien nota alguna semejanza con los vídeos de Bin Laden?
Exactamente. La evidencia apunta a un tipo particular de operación de falsa bandera. Hay muchas variaciones. En algunos (el 11-S siendo el principal ejemplo) un evento escandaloso se lleva a cabo por los perpetradores y es culpado al enemigo elegido. En otros (ejemplo, el Golfo de Tonkin) no pasa nada, pero una ficción culpa al enemigo elegido. La conspiración de la pólvora está en medio de los dos: una conspiración estaba en marcha, pero las intenciones precisas de los conspiradores jamás se pueden saber. Lo más importante es que, hayan tenido o no un papel concreto en la conspiración, los agentes de Cecil, manipularon brillantemente los sucesos.
Cecil estaba muy involucrado en un influyente grupo londinense conocido como "el partido de la guerra." Este quería empujar a Jacobo I a un enfrentamiento con el Imperio español, del cual los miembros del grupo esperaban, entre otras cosas, extraer un gran provecho personal.
El partido de la guerra consideró políticamente vital seguir la persecución a los católicos romanos. Sir Cecil se puso en marcha, escribe Tarpley, para influir a Jacobo a adoptar su política por medio del terrorismo.
Y esto equivale a que: Cecil y el partido de la guerra orquestaron la Conspiración de la Pólvora o bien permitieron que ocurriera - y se aseguraron de una revelación brillantemente oportuna.Y si dejaron que sucediera, entonces ellos lo hicieron posible.
El propio Jacobo había negociado la paz con España el año anterior. Otros de sus asesores le dijeron que no había ninguna posibilidad de un levantamiento católico en general y que ningún poder católico extranjero estaba involucrado en la conspiración.
El rey sabía, Sharpe escribe, que "la realidad del catolicismo en Inglaterra alrededor de 1600 era muy diferente de la imagen evocada en la propaganda del Gobierno y el mito protestante contemporáneo." Sharpe de nuevo: " ...Incluso en la cara de la persecución... parece que la mayoría de los católicos de Inglaterra se mantuvieron fiel a su monarca, y sólo querían que se les permitiera practicar su fe sin ser molestados" (El paralelo con la mayoría de los musulmanes que viven hoy en Reino Unido y Canadá se me viene a la mente.)
Por su parte, Jacobo restó importancia a la conspiración. "Jacobo y sus ministros," Sharpe escribe, "mostraron una mayor moderación que muchos regímenes modernos cuando se enfrentan a problemas similares."
Sin embargo, el poder de la imaginería de lo que pudo haber sucedido, quedó gravado a fuego en la psique del público, y fue avivado, repetidamente, por el Protestante y la promoción de los establecimientos de la guerra.
Los resultados de esta campaña de propaganda en marcha son indudables e innegables. La tolerancia hacia los ingleses católicos romanos es reemplazada por un período de tremendo derramamiento de sangre para ellos. Muchos son asesinados. Hogares católicos son quemados. Una serie de leyes son aprobadas restringiendo sus derechos y libertades.
El Inglés se vuelve "obsesionado con la seguridad nacional", escribe Nicolson. Una idea inclusiva, conciliadora de beneficio mutuo entre España e Inglaterra - el comercio entre los dos países, por el tratado de paz, ha estado creciendo - "es reemplazada en Inglaterra por un complejo defensivo/agresivo". Todos los católicos, de todos los matices, no importando su entusiasmo o no hacia el ataque planeado, son identificados como el enemigo.
Más significativamente, la guerra con España sobreviene. El curso de Inglaterra se prepara para un siglo de guerras contra los imperios español y portugués. Inglaterra, por diversas razones, sale victoriosa y, en estas victorias de guerra, el Imperio Británico se funda en sangre, engaño y conquista.
No hay manera de saber si el Imperio Británico - y todas las consecuencias de su reinado, desde Capetown hasta Canadá e Irak y a sus colonias americanas - habría surgido de todas formas o de qué forma o a qué ritmo, pero podemos ver en retrospectiva que la Conspiración de la Pólvora fue fundamental en lo que sí sucedió.
Sería un fracaso de la imaginación el no ver los paralelismos con el 11-S y la sociedad en nuestros días de mantas de propaganda de guerra, llena de agentes encubiertos, con vigilancia que nos invade cada vez mas, con derechos y libertades civiles cada vez menores y líderes indefensos o confabuladores.
Veamos las operaciones de bandera falsa genéricamente. Es difícil en mi opinión sobreestimar su terrible lugar en la historia, y su lugar en hacer a la historia terrible. Piensen en las guerras y millones de muertes que siguieron a la Conspiración de la Pólvora, el hundimiento del Maine en el puerto de La Habana en 1898 que hizo empezar la expansión del Imperio de EE.UU. a Filipinas y más allá, el hundimiento del Lusitania que llevó a los EE.UU. a la Primera Guerra Mundial, el incendio del Reichstag alemán que impulsó a Hitler al poder y permitió su sangriento arrebato de dominación del mundo, el asesinato de John F. Kennedy que lanzó a la política exterior de EE.UU. a un camino de guerra, los presuntos ataques durante la presidencia de LBJ el siguiente año por buques de torpedos de Vietnam del Norte a buques de guerra de EE.UU. en el Golfo de Tonkin - ataques que simplemente no se llevaron a cabo, pero que sirvieron de base para la Resolución del Golfo de Tonkin, aprobada por 88 a 2 en el Senado de EE.UU. Esta resolución constituye la base "legal" de la escalada de la guerra de Vietnam con una eventual cifra de muertos de más de 3 millones. Y el 11-S. Por nombrar unos pocos.
Sin operaciones de bandera falsa, la mayoría de las guerras serían más difíciles de poner en marcha. Algunas apenas serían posibles. Piensa en los millones de pacifistas sin precedentes que salieron a las calles antes de la invasión de Irak. Si los engaños que se utilizan para justificar estas guerras fueran expuestos con anterioridad por unos medios de comunicación escépticos, independientes, ferozmente investigadores, todos estaríamos viviendo en un mundo diferente. Podrían haberse evitado millones de muertes horribles y todo el dolor que las acompaña. Y el ejército tendría que ponerse a vender pasteles para recaudar fondos.
Siempre ha habido un anhelo de paz entre la ciudadanía normal cotidiana: la búsqueda de un trabajo significativo, casarse y criar una familia, trabajar la tierra, escribir poesía, inventar cosas o - lo que Pierre Berton dijo que era su afición favorita - "emborracharte con tus amigos".
Hay excepciones, pero la horrible norma es que para que las guerras sean iniciadas, mantenidas o ampliadas las personas tienen que ser engañadas Y la historia demuestra más allá de toda duda razonable que la manera más segura de lograr esto es abrumarlas con un escándalo icónico supuestamente perpetrado por el "enemigo" del momento. Y vamos hundiéndonos cada vez más en el fango de la muerte, -la muerte de inocentes, la muerte de la promesa de un futuro mejor, la muerte de la historia honesta, la muerte simbólica de llegar a comprender la realidad tal cual es- ya que cada nueva operación de bandera falsa obtiene poder de las ficciones plantadas sobre todas las anteriores.
Y así las élites continúan escondiendo sus cuatro ases en un juego amañado. Su secreto mejor guardado conserva la potencia del primero.Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre, el 11 de septiembre, Faulkner y el comentario de George Santayana de que "aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo."
Pero hoy también tenemos que recordar el futuro. Agregado a las operaciones de bandera falsa, agentes de falsa bandera y organizaciones de falsa bandera de la antigüedad tenemos organismos digitales de falsa bandera, enviados para infectar a públicos particulares. Una de las más recientes de las cuales me he dado cuenta es una persona pícara o grupo identificado como "FawkesSecurity." Esta entidad astuta, el lunes 22 de octubre, publicó a través de YouTube y Pastebin una amenaza de bomba contra un edificio no identificado del gobierno de los EE.UU..
Por mi parte, huelo la pólvora digital.
"FawkesSecurity" asegura estar asociada con el colectivo Anonymous. La amenaza de violencia, sin embargo, va en contra de todo lo que Anonymous dice que representa. Fuentes del grupo de hackers "Anonymous" están denunciando a "FawkesSecurity" y su amenaza de bomba.
Un informe sobre este tema, desde el cual cito, se puede encontrar en Examiner.com: Como dice el informe de Examiner, "el vídeo muestra muchas de las características estándar de los asociados con Anonymous [y sin embargo] la amenaza de violencia está completamente fuera de sintonía con los valores que guían a Anonymous". El informe forense añade: En cualquier caso, los que escribieron el texto anterior no pueden acentuar o capitalizar lo suficiente.
El mundo digital y el físico no están separados. Agentes del Estado infestan ambos. Aunque es poco probable, si la amenaza de "FawkesSecurity" se llevara a cabo hoy en día, uno de los resultados podría ser deshonrar gravemente a Anonymous. (La cuestión de si Anonymous es o no una operación de falsa bandera, o si puede ser infiltrada o al menos manipulada, es una pregunta a plantearse y responder a medida que uno indague más en el tema. Tal es la naturaleza ultra-elusiva de la "realidad" de hoy.)
Hemos recorrido un largo camino desde 1605, técnicamente, pero el esquema general es el mismo: el engaño está siempre muy presente y es muy desagradable.
También pasa a ser mi 78 cumpleaños. Así que he sido más consciente del Día de Guy Fawkes que la mayoría. Estoy especialmente contento de que la máscara de Guy Fawkes se haya convertido en algo tan extendido.
La máscara se popularizó enormemente en la película V de Vendetta. Como escribió el incondicional buscador de la verdad del 11-S, Kevin Barrett, hace un año, en un artículo titulado "Desenmascarando las mentiras de los medios: ¿Por qué la pieza de la BBC de la máscara de V de Vendetta está 'enmascagada'?":
Sin embargo, durante los primeros 71 años de mi vida tenía completamente la idea equivocada acerca de la conspiración de la pólvora: lo que pasó, quién estaba realmente detrás de ella y su impacto en la historia. Un impacto que continúa hasta nuestros días. Fue en el 2005 que leí el magnífico libro de Webster Tarpley '11-S Terror Sintético: Hecho en EE.UU.' justo después de que salió de la prensa. Él me presentó el elemento histórico.
Es cierto que los eventos descarados del 11-S y el alucinante encubrimiento que siguió me abrió los ojos a los fraudes terroristas ejecutados por el Estado y el poder que entrega a las fuerzas oscuras que lo gobiernan. Pero yo no sabía nada acerca de la conspiración de la pólvora.
Tampoco en ese momento comprendía que esta conspiración y el 11-S son sólo dos ejemplos de miles de operaciones de bandera falsa que han cambiado la historia.
Las operaciones de bandera falsa están en la categoría de engaños humanos menos reconocidos y de mayor impacto. En términos de golpe emocional, incluso las mentiras más brillantes perpetradas por los demagogos más talentosos, son pálidas en comparación con una gran operación de bandera falsa, por el poder de manipular la opinión pública. En este aniversario vamos a mirar más de cerca esta particular operación de falsa bandera para algunas lecciones. Como William Faulkner lo puso en su Requiem por una mujer: "El pasado nunca está muerto. Ni siquiera es pasado." Luego vamos a hablar brevemente de una de las más recientes operaciones de bandera falsa - una de tecnología digital de punta que malversa perversamente el nombre de Fawkes.
En el trono de Inglaterra en 1605, se sentaba Jacobo I, un protestante, el rey que ordenó la traducción de la Biblia cristiana que lleva su nombre.
Cuando se acercaba la medianoche del 4 de Noviembre - la víspera de la tradicional apertura del Parlamento - agentes armados del rey incursionan un sótano de las Casas del Parlamento. Ellos descubren y detienen a Guy Fawkes. Su edad, 36 años, coincide con el número de barriles de pólvora con los que lo encuentran. Encuentran un túnel que conduce a la habitación. Fawkes es un conocido agitador por los derechos de los católicos romanos ingleses. Tiene en su poder un reloj de bolsillo (una rareza en estos días).
De haber tenido éxito en la detonación de la pólvora, a la mañana siguiente el Rey Jacobo y su esposa serían cuerpos destrozados, al igual que todos los miembros de la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes. Escombros humeantes sería todo lo que quedaría del complejo del Palacio de Westminster, incluyendo la histórica Abadía de Westminster.
Así va la versión del palacio de los acontecimientos de la noche del 4 de Noviembre de 1605. El público Inglés está sorprendido. Es el equivalente del 11-S. "Un cataclismo" como Adam Nicolson lo describe en su libro Secretarios de Dios: La fabricación de la Biblia del rey Jacobo. Tras su detención, según la versión oficial, Fawkes admite que su propósito era destruir al rey y al Parlamento.
Que había una especie de conspiración no está en duda. El ocho de noviembre, en el colgadero, Fawkes nombra a 12 co-conspiradores. Aquellos que no estaban muertos son localizados y declarados culpables de traición después de un juicio que duró menos de un día. Ellos y Fawkes son ahorcados, destripados y descuartizados.
El domingo siguiente, 10 de noviembre, la versión del Rey Jacobo de la conspiración se emite desde el púlpito principal de la Iglesia de Inglaterra, la de William Barlow, obispo de Rochester. Barlow vocifera que el enemigo, es decir, los papistas, son satánicos en su maldad. El Rey, la víctima esperada, por otro lado es, escribe el señor Nicolson, caracterizado como un hombre incondicionalmente bueno... prácticamente una figura de Cristo.
Pronto todos los púlpitos de Inglaterra hacen eco de la versión oficial. Entre 1606 y 1859 el Cinco es recordado en un servicio anual de acción de gracias en todas las iglesias Anglicanas, escribe James Sharpe en Recuerde, recuerde: Una historia cultural del Día de Guy Fawkes. Hasta 1959, era ilegal en Gran Bretaña no celebrar el Día de Guy Fawkes. Celebrar, porque desde el principio el público estaba dando gracias de que el reino se salvó y los conspiradores traidores fueron despachados. Durante siglos efigies de Fawkes fueron quemadas.
La versión del palacio se convierte en la verdad histórica para la humanidad, incluyéndome a mí - ¡engañado otra vez! - por la mayor parte de nuestras vidas.
El señor Nicolson y otros ahora arrojan serias dudas sobre esa versión. Muchas anomalías respecto a los hechos han salido a la superficie.
Fawkes no fue detenido en una habitación en el sótano, sino más bien en un cuarto de planta baja, uno muy fácilmente alquilado por los conspiradores. No había, en consecuencia, ningún túnel. La autoría de la carta por la que el rey se enteró de la conspiración es dudosa. Fue entregada al Rey por el Canciller Real, Sir Robert Cecil, conde de Salisbury.
A Sir Cecil se le caracterizaría como el Dick Cheney de su tiempo. Debido a las conspiraciones que eran comunes en esa época, Cecil tenía una eficiente red de espías sembradas entre los disidentes católicos romanos. Se mantuvo al tanto de todas las conspiraciones que los espías descubrían. Éste contó con un gran elenco de personajes de varias ciudades.
Cecil le ocultó la conspiración al Rey excepto por aquella carta misteriosa. La pólvora, se vio después, era de una naturaleza inferior, improbable que hubieran logrado grandes resultados. Esto era extraño, ya que Fawkes definitivamente sabía un par de cosas acerca de la pólvora. Él había desarrollado gran experiencia con la misma durante su servicio con distinción en el ejército de España contra los rebeldes protestantes en los Países Bajos. Es concebible que la pólvora podría haber sido cambiada por alguien, había mucha debido a todas las hostilidades. Algunos de los manuscritos en la confesión de Fawkes se diferenciaban de los demás.
Ignorado hasta hace poco, un libro escrito por el historiador jesuita John Gerard, ¿cuál fue la conspiración de la pólvora: la historia tradicional probada por la evidencia original. Gerard falleció en 1606, pero su obra no se publicó durante casi tres siglos, hasta 1897, un dato temporal interesante en sí mismo. Si bien es cierto, como escribe Sharpe, que los recuentos de la conspiración difieren según los prejuicios de los autores, la explicación de Gerard me parece bastante convincente. Él escribe:
Comentario: ¿Alguien nota alguna semejanza con los vídeos de Bin Laden?
Exactamente. La evidencia apunta a un tipo particular de operación de falsa bandera. Hay muchas variaciones. En algunos (el 11-S siendo el principal ejemplo) un evento escandaloso se lleva a cabo por los perpetradores y es culpado al enemigo elegido. En otros (ejemplo, el Golfo de Tonkin) no pasa nada, pero una ficción culpa al enemigo elegido. La conspiración de la pólvora está en medio de los dos: una conspiración estaba en marcha, pero las intenciones precisas de los conspiradores jamás se pueden saber. Lo más importante es que, hayan tenido o no un papel concreto en la conspiración, los agentes de Cecil, manipularon brillantemente los sucesos.
Cecil estaba muy involucrado en un influyente grupo londinense conocido como "el partido de la guerra." Este quería empujar a Jacobo I a un enfrentamiento con el Imperio español, del cual los miembros del grupo esperaban, entre otras cosas, extraer un gran provecho personal.
El partido de la guerra consideró políticamente vital seguir la persecución a los católicos romanos. Sir Cecil se puso en marcha, escribe Tarpley, para influir a Jacobo a adoptar su política por medio del terrorismo.
Y esto equivale a que: Cecil y el partido de la guerra orquestaron la Conspiración de la Pólvora o bien permitieron que ocurriera - y se aseguraron de una revelación brillantemente oportuna.Y si dejaron que sucediera, entonces ellos lo hicieron posible.
El propio Jacobo había negociado la paz con España el año anterior. Otros de sus asesores le dijeron que no había ninguna posibilidad de un levantamiento católico en general y que ningún poder católico extranjero estaba involucrado en la conspiración.
El rey sabía, Sharpe escribe, que "la realidad del catolicismo en Inglaterra alrededor de 1600 era muy diferente de la imagen evocada en la propaganda del Gobierno y el mito protestante contemporáneo." Sharpe de nuevo: " ...Incluso en la cara de la persecución... parece que la mayoría de los católicos de Inglaterra se mantuvieron fiel a su monarca, y sólo querían que se les permitiera practicar su fe sin ser molestados" (El paralelo con la mayoría de los musulmanes que viven hoy en Reino Unido y Canadá se me viene a la mente.)
Por su parte, Jacobo restó importancia a la conspiración. "Jacobo y sus ministros," Sharpe escribe, "mostraron una mayor moderación que muchos regímenes modernos cuando se enfrentan a problemas similares."
Sin embargo, el poder de la imaginería de lo que pudo haber sucedido, quedó gravado a fuego en la psique del público, y fue avivado, repetidamente, por el Protestante y la promoción de los establecimientos de la guerra.
Los resultados de esta campaña de propaganda en marcha son indudables e innegables. La tolerancia hacia los ingleses católicos romanos es reemplazada por un período de tremendo derramamiento de sangre para ellos. Muchos son asesinados. Hogares católicos son quemados. Una serie de leyes son aprobadas restringiendo sus derechos y libertades.
El Inglés se vuelve "obsesionado con la seguridad nacional", escribe Nicolson. Una idea inclusiva, conciliadora de beneficio mutuo entre España e Inglaterra - el comercio entre los dos países, por el tratado de paz, ha estado creciendo - "es reemplazada en Inglaterra por un complejo defensivo/agresivo". Todos los católicos, de todos los matices, no importando su entusiasmo o no hacia el ataque planeado, son identificados como el enemigo.
Más significativamente, la guerra con España sobreviene. El curso de Inglaterra se prepara para un siglo de guerras contra los imperios español y portugués. Inglaterra, por diversas razones, sale victoriosa y, en estas victorias de guerra, el Imperio Británico se funda en sangre, engaño y conquista.
No hay manera de saber si el Imperio Británico - y todas las consecuencias de su reinado, desde Capetown hasta Canadá e Irak y a sus colonias americanas - habría surgido de todas formas o de qué forma o a qué ritmo, pero podemos ver en retrospectiva que la Conspiración de la Pólvora fue fundamental en lo que sí sucedió.
Sería un fracaso de la imaginación el no ver los paralelismos con el 11-S y la sociedad en nuestros días de mantas de propaganda de guerra, llena de agentes encubiertos, con vigilancia que nos invade cada vez mas, con derechos y libertades civiles cada vez menores y líderes indefensos o confabuladores.
Veamos las operaciones de bandera falsa genéricamente. Es difícil en mi opinión sobreestimar su terrible lugar en la historia, y su lugar en hacer a la historia terrible. Piensen en las guerras y millones de muertes que siguieron a la Conspiración de la Pólvora, el hundimiento del Maine en el puerto de La Habana en 1898 que hizo empezar la expansión del Imperio de EE.UU. a Filipinas y más allá, el hundimiento del Lusitania que llevó a los EE.UU. a la Primera Guerra Mundial, el incendio del Reichstag alemán que impulsó a Hitler al poder y permitió su sangriento arrebato de dominación del mundo, el asesinato de John F. Kennedy que lanzó a la política exterior de EE.UU. a un camino de guerra, los presuntos ataques durante la presidencia de LBJ el siguiente año por buques de torpedos de Vietnam del Norte a buques de guerra de EE.UU. en el Golfo de Tonkin - ataques que simplemente no se llevaron a cabo, pero que sirvieron de base para la Resolución del Golfo de Tonkin, aprobada por 88 a 2 en el Senado de EE.UU. Esta resolución constituye la base "legal" de la escalada de la guerra de Vietnam con una eventual cifra de muertos de más de 3 millones. Y el 11-S. Por nombrar unos pocos.
Sin operaciones de bandera falsa, la mayoría de las guerras serían más difíciles de poner en marcha. Algunas apenas serían posibles. Piensa en los millones de pacifistas sin precedentes que salieron a las calles antes de la invasión de Irak. Si los engaños que se utilizan para justificar estas guerras fueran expuestos con anterioridad por unos medios de comunicación escépticos, independientes, ferozmente investigadores, todos estaríamos viviendo en un mundo diferente. Podrían haberse evitado millones de muertes horribles y todo el dolor que las acompaña. Y el ejército tendría que ponerse a vender pasteles para recaudar fondos.
Siempre ha habido un anhelo de paz entre la ciudadanía normal cotidiana: la búsqueda de un trabajo significativo, casarse y criar una familia, trabajar la tierra, escribir poesía, inventar cosas o - lo que Pierre Berton dijo que era su afición favorita - "emborracharte con tus amigos".
Hay excepciones, pero la horrible norma es que para que las guerras sean iniciadas, mantenidas o ampliadas las personas tienen que ser engañadas Y la historia demuestra más allá de toda duda razonable que la manera más segura de lograr esto es abrumarlas con un escándalo icónico supuestamente perpetrado por el "enemigo" del momento. Y vamos hundiéndonos cada vez más en el fango de la muerte, -la muerte de inocentes, la muerte de la promesa de un futuro mejor, la muerte de la historia honesta, la muerte simbólica de llegar a comprender la realidad tal cual es- ya que cada nueva operación de bandera falsa obtiene poder de las ficciones plantadas sobre todas las anteriores.
Y así las élites continúan escondiendo sus cuatro ases en un juego amañado. Su secreto mejor guardado conserva la potencia del primero.Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre, el 11 de septiembre, Faulkner y el comentario de George Santayana de que "aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo."
Pero hoy también tenemos que recordar el futuro. Agregado a las operaciones de bandera falsa, agentes de falsa bandera y organizaciones de falsa bandera de la antigüedad tenemos organismos digitales de falsa bandera, enviados para infectar a públicos particulares. Una de las más recientes de las cuales me he dado cuenta es una persona pícara o grupo identificado como "FawkesSecurity." Esta entidad astuta, el lunes 22 de octubre, publicó a través de YouTube y Pastebin una amenaza de bomba contra un edificio no identificado del gobierno de los EE.UU..
Por mi parte, huelo la pólvora digital.
"FawkesSecurity" asegura estar asociada con el colectivo Anonymous. La amenaza de violencia, sin embargo, va en contra de todo lo que Anonymous dice que representa. Fuentes del grupo de hackers "Anonymous" están denunciando a "FawkesSecurity" y su amenaza de bomba.
Un informe sobre este tema, desde el cual cito, se puede encontrar en Examiner.com: Como dice el informe de Examiner, "el vídeo muestra muchas de las características estándar de los asociados con Anonymous [y sin embargo] la amenaza de violencia está completamente fuera de sintonía con los valores que guían a Anonymous". El informe forense añade: En cualquier caso, los que escribieron el texto anterior no pueden acentuar o capitalizar lo suficiente.
El mundo digital y el físico no están separados. Agentes del Estado infestan ambos. Aunque es poco probable, si la amenaza de "FawkesSecurity" se llevara a cabo hoy en día, uno de los resultados podría ser deshonrar gravemente a Anonymous. (La cuestión de si Anonymous es o no una operación de falsa bandera, o si puede ser infiltrada o al menos manipulada, es una pregunta a plantearse y responder a medida que uno indague más en el tema. Tal es la naturaleza ultra-elusiva de la "realidad" de hoy.)
Hemos recorrido un largo camino desde 1605, técnicamente, pero el esquema general es el mismo: el engaño está siempre muy presente y es muy desagradable.
Comentario: Bueno, ¿no es esto interesante? Hasta 1959, era ley en el Reino Unido celebrar como un ritual la ejecución de un católico
Con este tipo de adoctrinamiento y programación fijadas en las mentes de generaciones a generaciones por cientos de años, ¿es de extrañarse por qué la gente no pueda ver que ningún jet de pasajeros se estrelló contra el Pentágono y que dos edificios de más de 400 metros de alto no pueden ser simplemente llevados por el viento porque algunos pisos se incendiaron con fuego?
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