La cetosis es un tema a menudo mal entendido. Su presencia es sinónimo de hambre o una señal de advertencia de que algo está mal en tu metabolismo. Pero nada podría estar más lejos de la verdad, excepto si usted es una persona con diabetes tipo 1 descompensada. [1]
Las Cetonas -al contrario del mito y la creencia popular- son una fuente de energía curativa muy necesaria y esencial en nuestras células que provienen del metabolismo normal de la grasa. Todo el cuerpo utiliza cetonas de una manera más segura y eficaz que la fuente de energía procedente de los hidratos de carbonos - azúcar, conocida como glucosa.
Nuestros cuerpos producen cetonas si comemos una dieta carente de carbohidratos o una dieta baja en carbohidratos (menos de 60 gramos de carbohidratos por día). [2] Al comer una dieta muy baja en carbohidratos o ningún carbohidrato en absoluto (como un cavernícola), nos convertimos en ceto-adaptados.
De hecho, lo que hoy se conoce como la dieta cetogénica fue el tratamiento número uno para la epilepsia hasta que las grandes farmacéuticas llegaron con sus cócteles peligrosos de medicamentos antiepilépticos. Tomó varias décadas antes de que escucháramos una vez más acerca de esta dieta, gracias en parte a un padre que lo exigía para su niño de 20 meses de edad con convulsiones severas. El padre del niño tuvo que enterarse sobre la dieta cetogénica en una biblioteca, ya que nunca fue mencionada como opción por su neurólogo. Después de sólo 4 días en la dieta, los ataques cesaron y nunca regresaron. [3] La Fundación Charlie se creó a partir del nombre del niño y su exitosa recuperación, pero hoy en día la dieta cetogénica está disponible para todo el mundo y se está extendiendo a través del boca a boca gracias a sus efectos curativos.
No sólo se utiliza como un estilo de vida saludable, sino que también se usa para condiciones tales como espasmos infantiles, epilepsia, autismo, tumores cerebrales, enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Lou Gehrig, depresión, apoplejía, traumatismo craneal, enfermedad de Parkinson, migraña, trastornos del sueño, esquizofrenia, ansiedad, el TDAH [Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad], irritabilidad, enfermedad del ovario poliquístico, síndrome del intestino irritable, el reflujo gastroesofágico, obesidad, enfermedad cardiovascular, acné, diabetes de tipo 2, temblores, insuficiencia respiratoria y virtualmente todos los problemas neurológicos, también el cáncer, y las enfermedades en las que los tejidos necesitan recuperarse después de una pérdida de oxígeno. [4]
Nuestros órganos y tejidos del cuerpo trabajan mucho mejor cuando utilizan cetonas como una fuente de combustible, incluyendo el cerebro, el corazón y el núcleo de los riñones.
Si alguna vez has tenido la oportunidad de ver un corazón trabajando en tiempo real, pudiste haber notado el grueso tejido adiposo que lo rodea. De hecho, los cirujanos del corazón llegan a ver esto todos los días.
Un corazón que late alegre es uno que está rodeado por capas de grasa saludable. Tanto el corazón como el cerebro trabajan al menos un 25% más eficiente en cetonas que con el azúcar en la sangre.
Las cetonas son el combustible ideal para nuestro cuerpo, a diferencia de la glucosa - que es dañina, menos estable, más excitatoria y, de hecho, acorta su esperanza de vida. Las cetonas son no glicolisantes, es decir, que no tienen un efecto caramelizante, de envejecimiento en su cuerpo. Una cetosis saludable también ayuda a matar de hambre a las células cancerosas, ya que son incapaces de usar cetonas como combustible, porque dependen de la glucosa sola para su crecimiento. [5]
La fábricas de producción de energía en nuestras células - la mitocondria - funciona mucho mejor en una dieta cetogénica, ya que son capaces de aumentar los niveles de energía de una forma estable, con combustión duradera, eficiente y constante. No sólo eso, una dieta cetogénica induce cambios epigenéticos [6], que aumentan el rendimiento energético de nuestras mitocondrias, reduce la producción de radicales libres y favorece la producción de GABA [ácido gamma-amino butírico] - un importante químico cerebral inhibitorio. El GABA tiene una influencia esencial relajante y su producción favorecida por la cetosis también reduce los efectos tóxicos de las vías excitatorias en nuestro cerebro. Además, datos recientes sugieren que la cetosis alivia el dolor, aparte de tener un efecto anti-inflamatorio en general. [7]
La dieta cetogénica actúa en varios niveles a la vez, algo que ningún medicamento ha sido capaz de imitar. Esto se debe a que las mitocondrias están específicamente diseñadas para utilizar la grasa para obtener energía. Cuando nuestras mitocondrias usan grasa como fuente de energía, se reduce su carga tóxica, la expresión de los genes productores de energía se incrementan, su rendimiento energético se incrementa, y se disminuye la carga de los productos finales energéticos inflamatorios.
La clave de estos efectos curativos milagrosos se basa en el hecho de que el metabolismo de las grasas y su generación de cuerpos cetónicos (beta-hidroxibutirato y acetoacetato) por el hígado sólo pueden ocurrir dentro de la mitocondria, dejando los productos químicos dentro de la célula, pero fuera de la mitocondria, fácilmente disponibles para estimular poderosos antioxidantes anti-inflamatorios. El estado de nuestra mitocondria es la clave definitiva para una salud óptima y, si bien es cierto que algunos de nosotros podrían necesitar de un apoyo adicional en forma de suplementos nutricionales para curar estas muy necesarias fábricas de energía [mitocondrias], la dieta sigue siendo la clave final para un equilibrio adecuado.
La fuente energética básica de nuestro mundo moderno es el azúcar que necesita ser procesada primero en la matriz célular antes de que pueda ser pasada a la fábrica de energía de la célula- la mitocondria. Las fuentes de energía de la grasa no requieren este proceso, sino que van directamente a la mitocondria para usos energéticos. Es decir, es más complicado crear energía del azúcar que de la grasa. Como Christian B. Allan (PhD) y Wolfgang Lutz (MD) dijeron en su libro Vida Sin Pan:
Van a pensar que con toda esta información deberíamos ver las dietas cetogénicas recomendadas a diestra y siniestra por los profesionales de la salud, pero, por desgracia, ese no es el caso. Nutricionistas convencionales recomiendan carbohidratos, o sea azúcar, como el principal alimento básico de nuestra dieta. El problema con esto (y hay varios de ellos) es que en presencia de una dieta alta en carbohidratos no somos capaces de producir cetonas a partir del metabolismo de las grasas, por tanto, privamos a nuestros cuerpos de mucha curación por la producción de cetonas. El hecho es que vivimos en un mundo que utiliza la glucosa como combustible primario. Esto significa que comemos un alimento que no cura en absoluto, en más de un sentido. Hemos estado en una dieta cetogénica por casi tres millones de años y nos ha hecho humanos. Fue en ese estilo de vida en el que nuestros cerebros fueron nutridos y evolucionaron. Pero ya no, a menos que todos hagamos un esfuerzo para recuperar esta sabiduría perdida. Hoy en día, el cerebro humano no sólo se está reduciendo, sino que la atrofia cerebral es la norma a medida que envejecemos y somos plagados de enfermedades tales como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la demencia senil, etc.
Mientras tanto, nueva investigación está empezando a dilucidar el papel clave de nuestra mitocondria en la regulación del ciclo celular - el proceso fundamental por el cual un solo huevo fertilizado unicelular se desarrolla en un organismo maduro, así como el proceso por el cual el pelo, la piel, las células de la sangre y algunos órganos internos se renuevan. En los eventos complicados y altamente coreografiados que rodean la progresión del ciclo celular, las mitocondrias no son simples espectadores produciendo energía, sino que son participantes completamente desarrollados. [8]
Debido a la gran cantidad de energía necesaria para hacer todos los nutrientes necesarios para la división celular, tiene sentido que exista algún tipo de coordinación. Esta conexión ignorada y pasada por alto entre la mitocondria y el ciclo celular es algo que merece más consideración mientras vamos entendiendo el papel de la dieta en nuestros cuerpos. Vamos a tener que echar un vistazo más de cerca a este tema de la cetosis, ya que realmente es la clave para desbloquear las vías de transformación que nos llevarán a una increíble vida saludable.
La disfunción mitocondrial
Las mitocondrias son mejor conocidas como las plantas eléctricas de las células, ya que producen la energía de la célula. Pero también conducen la orquesta genética que regula cómo las células envejecen, se dividen y mueren. Ayudan a dictar cuales de los genes son activados o desactivados en cada célula de nuestro organismo. También proporcionan el combustible necesario para hacer nuevas conexiones neuronales, reparar y regenerar nuestros cuerpos.
Sin importar si somos amas de casa, deportistas o gente del trabajo, la energía es un tema que nos concierne a todos, todos los días y en todos los sentidos. Nuestro bienestar, el comportamiento y la capacidad para realizar las tareas que tenemos por delante es nuestra medida individual de energía. Pero, ¿cómo obtenemos energía de los alimentos que comemos?
Hay muchos mitos artificiales sobre la producción de energía en el cuerpo y qué alimentos suministran energía. La ciencia convencional dice que los carbohidratos son los que las mitocondrias usan como combustible para la producción de energía. Este proceso se denomina metabolismo oxidativo porque el oxígeno se consume en el proceso. La energía producida por las mitocondrias se almacena en unas "baterías" químicas, una molécula única llamada trifosfato de adenosina (ATP). El ATP lleno de energía puede ser transportado por toda la célula, liberando energía a pedido de unas enzimas específicas. Además del combustible que producen, las mitocondrias también crean unos subproductos relacionados con el oxígeno llamados especies reactivas de oxígeno (ROS), comúnmente conocidas como radicales libres. Pero lo que no nos dicen es que las mitocondrias fueron diseñadas específicamente para utilizar la grasa para obtener energía, no los carbohidratos. Las mitocondrias regulan el suicidio celular, conocido como apoptosis, de modo que las células viejas y disfuncionales que tienen que morir lo harán, dejando espacio para otras nuevas para que entren en escena. Pero cuando la función de las mitocondrias se atrofia y envían señales que indican a las células normales que mueran, las cosas salen mal. Por ejemplo, la destrucción de las células del cerebro conlleva a cada condición neurodegenerativa conocida incluyendo la enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson y así sucesivamente. La disfunción mitocondrial tiene implicaciones de gran alcance, ya que la salud de la mitocondria afecta íntimamente cada célula, tejido y órgano en el cuerpo.
Los catalizadores de esta destrucción es generalmente la producción incontrolable de radicales libres que causan daño oxidativo a los tejidos, grasa, proteínas, ADN, haciendo que se oxiden. Este daño, llamado el estrés oxidativo, es la base del colesterol oxidado, arterias rígidas (tuberías oxidadas) y daño cerebral. El estrés oxidativo tiene un papel clave en la demencia, así como en el autismo.
Nosotros producimos nuestros propios antioxidantes para mantener un control sobre la producción de radicales libres, pero estos sistemas son fácilmente abrumados por un ambiente tóxico y una dieta alta en carbohidratos, en otras palabras, por el estilo de vida y dieta de hoy en día.
Las mitocondrias también tienen interesantes características que las diferencian del resto de las otras partes estructurales de nuestras células. Por ejemplo, tienen su propio ADN (referido como ADNmt) que está separado del ADN ampliamente conocido en el núcleo (que se refiere como n-ADN),. El ADN mitocondrial proviene en su mayor parte de las madres o línea madre, por lo que las mitocondrias también son consideradas como la fuerza vital femenina.
Este ADNmt está ordenado en una configuración de anillo y carece de una proteína protectora alrededor, dejando su código genético vulnerable al daño de los radicales libres. Si no comes suficientes grasas animales, no puedes construir una membrana mitocondrial funcional que lo mantendrá sano y evitará que muera.
Si tienes cualquier tipo de inflamación en cualquier parte del cuerpo, se daña tu mitocondria. La pérdida de la función o la muerte de las mitocondrias está presente en casi todas las enfermedades. Los factores dietéticos y ambientales dan lugar a estrés oxidativo y, por lo tanto, a la lesión mitocondrial como la vía final común de las dolencias o enfermedades.
Autismo, ADHD, Parkinson, depresión, ansiedad, enfermedad bipolar, el envejecimiento del cerebro... todos están vinculados con la disfunción mitocondrial del estrés oxidativo. La disfunción mitocondrial contribuye a la insuficiencia cardíaca congestiva, la diabetes de tipo 2, trastornos autoinmunes, envejecimiento, cáncer, y otras enfermedades.
Considerando que el n-ADN proporciona la información que tus células necesitan para codificar las proteínas que controlan el metabolismo, la reparación y la integridad estructural de tu cuerpo, el ADN mitocondrial dirige la producción y utilización de la energía de la vida. Una célula puede todavía cometer suicidio (apoptosis), incluso cuando no tiene núcleo ni n-ADN.
Debido a su papel energético, las células de los tejidos y órganos que requieren más energía para funcionar son más ricos en números mitocondriales. Las células en el cerebro, los músculos, el corazón, los riñones y el hígado contienen miles de mitocondrias, que puede comprender hasta el 40% de la masa de la célula. De acuerdo con el Prof. Enzo Nisoli, un adulto humano posee más de diez millones de millones de mitocondrias, que constituyen un 10% de su peso total del cuerpo. [9] Cada célula contiene cientos de mitocondrias y miles de ADNmt.
Como el ADNmt está menos protegido que el n-ADN porque no tiene recubrimiento de "proteína" (histonas), es exquisitamente vulnerable a las lesiones al desestabilizar moléculas tales como pesticidas neurotóxicos, herbicidas, excitotoxinas, metales pesados y productos químicos volátiles entre otros. Esto inclina la balanza de producción de radicales libres hacia el extremo que luego conduce al estrés oxidativo dañando nuestra mitocondria y su ADN. Como resultado, tenemos la sobreexcitación de las células y la inflamación, que no solo es la raíz de la enfermedad de Parkinson y otras enfermedades, sino también problemas del estado de ánimo y problemas de comportamiento.
Suficiente energía significa una vida feliz y saludable. También se refleja en nuestro cerebro con el pensamiento enfocado y agudo. La falta de energía significa problemas del estado de ánimo, demencia y función mental disminuida entre otros.
Las mitocondrias están estrechamente relacionadas a la capacidad de la corteza prefrontal - el capitán de nuestro cerebro - de estar completamente funcionando. Las células del cerebro se cargan en las mitocondrias, que producen la energía necesaria para aprender y memorizar, y prender neuronas armoniosamente.
La familia de genes de sirtuinas trabaja mediante la protección y mejora de la salud y función de la mitocondria. [10] Están influenciados positivamente por una dieta que es no glicolisante, es decir, una dieta baja en carbohidratos en lugar de una dieta alta en carbohidratos que induce la disfunción mitocondrial y la formación de especies reactivas de oxígeno.
Otra cosa que contribuye a la disfunción mitocondrial es una infección viral latente, como las de la familia del herpes. Como ya he mencionado en El ADN viral "basura", la dieta cetogénica que mejora el ADN y puntapiés cometarios, la mayoría, si no todo, de tu ADN "basura" tiene propiedades similares a un virus. Si un virus patógeno se apodera de nuestro ADN o ARN, podría conducir a la enfermedad o cáncer.
El virus Herpes simplex es un patógeno humano esparcido y que va directamente hacia nuestro ADN mitocondrial. Virus del herpes simplex establece su latencia en las neuronas sensoriales, un tipo de célula que es altamente sensible a los efectos patológicos de daño en el ADN mt. [11] Una infección viral latente podría conducir a la pérdida de células cerebrales en enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer. [12] Como especulé en los ataques de corazón, SFC, infección por el virus del herpes y el nervio vago, una infección por el virus del herpes latente podría conducir a más enfermedades de las que nos gustaría admitir.
Los miembros de la familia del virus del herpes (es decir, el citomegalovirus y el virus Epstein-Barr, que la mayoría de la gente tiene como infecciones latentes!), pueden ir tras nuestro ADN mitocondrial, causando enfermedades neurodegenerativas por la disfunción mitocondrial. Pero una dieta cetogénica es la única cosa que ayudaría a estabilizar el ADNmt, ya que las mitocondrias funcionan mejor con la combustión de grasa. Como suele suceder, la enfermedad de Alzheimer es una condición en la que una dieta cetogénica tiene su mayor potencial de efecto curativo. [4]
El papel de la disfunción mitocondrial en las enfermedades "modernas" es impactante. Fuentes energéticas óptimas son esenciales si queremos sanar enfermedades crónicas. Es en nuestras mitocondrias donde se encuentra la interfaz entre el combustible de los alimentos que vienen de nuestro medio ambiente y las demandas de energía de nuestro cuerpo. Y es un metabolismo basado en la combustión de grasa, metabolismo de cetonas, que señala los cambios epigenéticos que maximiza la producción de energía dentro de nuestras mitocondrias y que nos ayuda a sanar. Cetosis - una mirada más de cerca
La presencia de cetonas en la sangre y en la orina, una condición conocida como cetosis, siempre ha sido considerada como una situación negativa, relacionada a la inanición. Si bien es cierto que las cetonas se producen durante el ayuno, las cetonas también se producen en tiempos de abundancia, pero no con un montón de carbohidratos, ya que un metabolismo de hidratos de carbono suprime la cetosis. En la ausencia de la mayoría de los carbohidratos en la dieta, las cetonas se formarán de la grasa para abastecer la energía. Esto es cierto incluso si se consumen grandes cantidades de grasas y suficientes proteínas, algo que difícilmente es una inanición.
Como ya hemos visto, una dieta cetogénica ha sido demostrado ser útil en un gran número de enfermedades, especialmente las neurológicas. Estrictamente hablando, una dieta cetogénica es una dieta alta en grasas en el que los carbohidratos o bien se eliminan por completo o casi son eliminados de manera que el cuerpo tiene las fuentes mínimas muy básicas de glucosa. Eso hace que las grasas (ácidos grasos) sean una fuente de combustible energético obligatorio para el cerebro y otros órganos y tejidos. Si tu ingesta de carbohidratos es alta, vas a terminar almacenando tanto la grasa como los carbohidratos en tu tejido adiposo gracias a la hormona insulina. Una dieta cetogénica no es una dieta alta en proteínas, que dicho sea de paso, también puede estimular la insulina. Se trata básicamente de una dieta basada principalmente en alimentos de origen animal y en especial sus grasas. Entre los subproductos del metabolismo de la quema de grasa están los llamados cuerpos cetónicos - acetoacetato, β-hidroxibutirato y acetona - que se producen en su mayor parte por el hígado. Cuando nuestros cuerpos están funcionando principalmente en grasas, grandes cantidades de acetil-CoA se producen, que exceden la capacidad del ciclo de Krebs, lo que lleva a la producción de estos tres cuerpos cetónicos dentro de las mitocondrias del hígado. Nuestros niveles de cuerpos cetónicos en la sangre suben y el cerebro fácilmente los usa con fines energéticos. Los cuerpos cetónicos cruzan la barrera hemato-encefálica muy fácilmente. Su solubilidad también los hace fáciles de transportar por la sangre a otros órganos y tejidos. Cuando se utilizan los cuerpos cetónicos como energía, liberan acetil-CoA, que luego va al ciclo de Krebs de nuevo para producir energía.
En los niños que fueron tratados con la dieta cetogénica para el tratamiento de la epilepsia, se vio que se vuelven libres de crisis, incluso mucho después de que terminó la dieta, lo que significa que no sólo la dieta resultó ser de protección, sino que también modificó la actividad de la enfermedad, algo que ningún fármaco ha sido capaz de hacer. [13] En la enfermedad de Alzheimer, mientras los niveles de cuerpos cetónicos aumentan, la memoria mejora. ¡Los cerebros hambrientos de la gente por fin reciben la muy necesaria grasa que tanto necesitan! De hecho, todas y cada una de las enfermedades neurológicas mejoran en la dieta cetogénica.
Los beneficios de una dieta cetogénica se pueden ver tan rápido como en una semana, progresando gradualmente durante un período de 3 semanas. Hay varios cambios en la expresión de los genes que involucran el metabolismo, el crecimiento, el desarrollo y la homeostasis entre otros.
El hipocampo es una región del cerebro que es muy vulnerable al estrés que le hace perder células cerebrales. El hipocampo tiene que ver con la memoria, el aprendizaje y la emoción. Lo que pasa con una dieta cetogénica es que promueve la codificación de genes que crean las mitocondrias en el hipocampo, poniendo a disposición más energía. Una carga mitocondrial más grande y más energía significa más reservas para resistir mucho más estrés. [14]
En algunos modelos animales, hay un aumento del 50% en el número total de mitocondrias en el hipocampo, lo que resulta en más ATP en el cerebro. [15] Otros estudios en animales muestran cómo la comunicación entre las células cerebrales en el hipocampo seguiría siendo constante por un 60% más tiempo al estar expuesto a un estímulo estresante en comparación con sus contrapartes que no tenían una dieta cetogénica. [16] Esto es muy importante, ya que el exceso de estrés puede dañar el hipocampo y su capacidad para recuperar la información, haciéndote "despistado" o con "cerebro disperso", además de afectar la capacidad de la corteza prefrontal de pensar y controlar el comportamiento.
Una dieta cetogénica también aumenta los niveles del neurotransmisor calmante - GABA que a su vez sirve para calmar la sobreexcitación que está en la base de las principales enfermedades neurodegenerativas, sino que también la ansiedad y otros problemas del estado de ánimo. Una dieta cetogénica también incrementa las vías antioxidantes que nivelan la producción excesiva de radicales libres de un ambiente tóxico. También mejora las vías anti-inflamatorias.
La cetosis también limpia nuestras células de proteínas que actúan como "desecho" y que contribuyen al envejecimiento interrumpiendo un buen funcionamiento de la célula. [17] Básicamente hace esto por lo que se conoce como la autofagia que preserva la salud de las células y los tejidos mediante el reemplazo obsoleto y dañado de los componentes celulares con unas nuevas. Esto evita las enfermedades degenerativas, el envejecimiento, el cáncer, y lo protege contra infecciones microbianas. Una dieta cetogénica no sólo te rejuvenece, también hace que una persona sea mucho menos susceptible a los virus y a las infecciones bacterianas. [18] Esto es muy importante debido al número cada vez mayor de extrañas infecciones virales y bacterianas que parece ser que vienen de nuestra atmósfera superior [19] (para más información vea Nueva luz sobre la Peste Negra: la Conexión Viral y Cósmica), o debido a los altos niveles de radiación que crean más cepas patógenas (vea Desintoxícate o muere: terapias naturales de radio-protección para tolerar la contaminación nuclear de Fukushima). De una forma u otra, somos más vulnerables que nunca, debido al estado de nuestras mitocondrias. Pero podemos prepararnos para lo peor con la cetosis.
Autofagia mejorada con las cetonas, es muy importante porque la autofagia puede apuntar los virus y bacterias que crecen dentro de las células que son muy problemáticas. [20] Los virus y las bacterias intracelulares pueden llevar a una disfunción mitocondrial grave y la cetosis sigue siendo por mucho nuestra mejor opción contra ellos.
La producción de cuerpos cetónicos a través del ayuno intermitente y la dieta cetogénica es el tratamiento más prometedor para la disfunción mitocondrial. [21] Los beneficios de longevidad vistos en la investigación de restricción calórica es debido al hecho de que nuestros cuerpos cambian a un metabolismo de quema de grasa dentro de nuestras mitocondrias. Con una dieta cetogénica, entramos en un metabolismo de quema de grasa sin restringir la ingesta calórica.
La cetosis lidia eficazmente con todos los problemas de una dieta rica en carbohidratos - la que es recomendada por la ciencia convencional: ansiedad, antojos, irritabilidad, temblores y problemas de ánimo, entre otros. Es un crimen desalentar el consumo de una dieta rica en grasas teniendo en cuenta que una dieta cetogénica reduce los tumores en modelos animales y humanos, y mejora la capacidad de resistencia de nuestro cerebro contra el estrés y la toxicidad.
Además de aumentar la producción de valium natural de nuestro cuerpo - GABA - el incremento de la producción de acetil-CoA generada a partir de los cuerpos cetónicos también impulsa el ciclo de Krebs para aumentar el NADH (nicotinamida adenina nucleótido reducido) mitocondrial que nuestro cuerpo utiliza en más de 450 reacciones bioquímicas vitales - incluyendo la señalización de la célula y la asistencia en la reparación del ADN en curso. Debido a que el cuerpo cetónico beta-hidroxibutirato es más rico en energía que el piruvato, se produce más ATP. La cetosis también aumenta la producción de importantes antioxidantes que lidian con elementos tóxicos de nuestros entornos, incluyendo el glutatión.
Las mitocondrias del hipocampo de animales alimentados con la dieta cetogénica, también son resistentes al daño del ADNmt y son mucho menos propensos a cometer suicidio celular - apoptosis - en momentos inapropiados.
Como Douglas C. Wallace, PhD, Director del Centro de Medicina Mitocondrial y Epigenómica dice, "la dieta cetogénica puede actuar en múltiples niveles: Puede disminuir la actividad neuronal excitatoria, aumentar la expresión de genes bioenergéticos, aumentar la biogénesis mitocondrial y la producción de energía oxidativa , y aumentar la producción de NADPH mitocondrial, así, disminuyendo el estrés oxidativo mitocondrial ". [21]
La ceto-adaptación resulta en cambios importantes en la forma en que construimos y mantenemos la composición de membranas óptimas ("mem-brain" "mem-brana" [brain en inglés es cerebro]), no sólo debido a las grasas saludables que proveemos a través de la dieta, pero también debido a la menor producción de radicales libres y mediadores inflamatorios, junto con una mayor producción de antioxidantes. Es realmente el estado de equilibrio ideal.
Además, es posible que desees tener en cuenta este extracto de La evolución del cerebro humano: La influencia del agua dulce y los recursos alimenticios marinos [22] [Human Brain Evolution: The Influence of Freshwater and Marine Food Resources]: Es indiscutible que una dieta cetogénica tiene efectos protectores en el cerebro. Con todas las pruebas de su eficacia en la disfunción mitocondrial, se puede aplicar a todos nosotros que vivimos en un entorno altamente estresante y tóxico. Los cuerpos cetónicos están sanando cuerpos que nos ayudaron a evolucionar y hoy en día nuestras mitocondrias siempre están dañadas de una forma u otra ya que las probabilidades de este mundo tóxico están en contra nuestra. Obviamente, va a haber gente con tales ADNmt tan dañados o con mutaciones que nacieron, que no pueden modificar sus sistemas (por ejemplo, defectos en el metabolismo de la L-carnitina), pero incluso en algunos de esos casos, se puede detener o retrasar daño adicional. Nuestros antepasados sanos nunca tuvieron que hacer frente a los niveles de toxicidad que vivimos hoy en día y, sin embargo, comieron de manera óptima. Teniendo en cuenta el tiempo y el entorno actual, lo menos que podemos hacer es comer de manera óptima para nuestra fisiología.
La manera de tener cuerpos cetónicos curativos circulando en el torrente sanguíneo es teniendo una dieta alta en grasas, carbohidratos restringidos y proteínas moderadas. Junto con el ayuno intermitente que aumentará la producción de cuerpos cetónicos, y ejercicio de resistencia que creará mitocondrias con mtDNA saludable, podemos vencer las probabilidades en contra de nosotros.
Lo que se considera hoy en día una "dieta normal" es en realidad una aberración basada en la corrupción de la ciencia que beneficia a las grandes agroindustrias y farmacéuticas [Big Agra y Big Pharma]. Si fueramos atrás en el tiempo a los días antes de que la dieta moderna se convirtiera en la norma por los intereses corporativos y agrícolas, encontraríamos que la cetosis era el estado metabólico normal. El estado metabólico humano de hoy es aberrante. Es hora de cambiar eso.
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Referencias
[1] Un miembro de la investigación del Foro sott.net tiene diabetes tipo 1 y está haciendo la dieta cetogénica. En circunstancias normales, diabéticos (incluidos los de tipo I) reportan resultados sorprendentes en una dieta baja en carbohidratos. Ver Diabetics Solution del Dr. Bernstein por Richard K. Bernstein, MD (Little, Brown and Company: 2007).
[2] Esto varía entre cada persona, pero el rango general es de entre 0 y 70 gramos de hidratos de carbono, además de la ingesta moderada de proteínas, entre 0,8 y 1,5 gramos de proteína por kg de peso corporal ideal. Las mujeres embarazadas y los niños no deben tener su proteína restringida.
[3] Las dietas cetogénicas en el control de las convulsiones y trastornos neurológicos por Eric Kossoff, MD, del Hospital Johns Hopkins, Baltimore, Maryland. The Art and Science of Low Carbohydrate Living [El Arte y Ciencia de vivir con Bajos Carbohidratos]por Jeff S. Volek, PhD, RD y Stephen D. Phinney, MD, PhD. Beyond Obesity, LLC, 2011.
[4] A Paoli, A Rubini, J S Volek y K A Grimaldi. Más allá de la pérdida de peso: una revisión de los usos terapéuticos de las dietas muy bajas en carbohidratos (cetogénica). European Journal of Clinical Nutrition (2013) 67, 789-796
[5] J Rainer Klement, Ulrike Kämmerer. ¿Hay un papel para la restricción de carbohidratos en el tratamiento y prevención del cáncer? Nutr Metab (Lond). 26 de octubre 2011; 8: 75.
[6] Si el código genético es el hardware para la vida, el código epigenético es un software que determina cómo se comporta el hardware.
[7] David N. Ruskin y Susan A. Masino, El sistema nervioso y la desregulación metabólica: Nuevas Evidencias Convergen en la Terapia de Dieta Cetogénica. Front Neurosci. 2012; 6: 33.
[8] Finkel T, Hwang PM. El ciclo de Krebs se encuentra con el ciclo celular: las mitocondrias y la transición G1-S. Proc Natl Acad Sci U S A. 2009 21 de julio, 106 (29) :11825-6.
[9] C. M. Matthews Cuidando su divinidad femenina. Proc (Bayl Univ Med Cent). 2011 Julio, 24 (3): 248.
[10] Hipkiss AR. Metabolismo energético, proteínas alteradas, las sirtuinas y el envejecimiento: la convergencia de mecanismos? Biogerontology. Febrero 2008, 9 (1) :49-55.
[11] Saffran HA, Pare JM, Corcoran JA, et al. Virus Herpes simplex elimina el ADN mitocondrial del huésped. EMBO Rep. 2007 Feb; 8 (2) :188-93.
[12] Porcellini E, Carbone I, et al. Firma genética de la enfermedad de Alzheimer dice: ten cuidado con las infecciones virales del cerebro. Immun Ageing. 2010 14 de diciembre, 07:16.
[13] Gasior M, Rogawski MA, Hartman AL. Neuroprotector y modificadores de la enfermedad los efectos de la dieta cetogénica. Behav Pharmacol. 2006 Sep; 17 (5-6) :431-9.
[14] M Maalouf, Rho JM, Mattson MP. Las propiedades neuroprotectoras de la restricción calórica, la dieta cetogénica, y los cuerpos cetónicos. Brain Res Rev. 2009 Mar, 59 (2) :293-315.
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[17] Finn PF, dados JF. Los cuerpos cetónicos estimulan la autofagia mediada por chaperona. J Biol Chem. 2005 08 de julio, 280 (27) :25864-70.
[18] Yuk JM, Yoshimori T, Jo EK. Enfermedades infecciosas autofagia y bacterianas. Exp Mol Med. 2012 29 Feb. 44 (2) :99-108.
[19] Chandra Wickramasinghe, Milton Wainwright y Jayant Narlika. SARS - un indicio de su origen? The Lancet, vol. 361, 23 de mayo de 2003, pp 1832.
[20] Yordy B, Iwasaki A. La autofagia en el control y la patogénesis de la infección viral. Curr Opin Virol. 2011 Sep; 1 (3) :196-203.
[21] Douglas C. Wallace, Weiwei Fan y Vincent Procaccio. Energética Mitocondrial y Terapéutica Annu Rev Pathol. 2010; 5: 297-348.
[22] Stephen Cunnane, Kathlyn Stewart.Human Brain Evolution: La influencia de agua dulce y los recursos alimenticios marinos. Junio 00B 00Bde 2010, Wiley-Blackwell.
Las Cetonas -al contrario del mito y la creencia popular- son una fuente de energía curativa muy necesaria y esencial en nuestras células que provienen del metabolismo normal de la grasa. Todo el cuerpo utiliza cetonas de una manera más segura y eficaz que la fuente de energía procedente de los hidratos de carbonos - azúcar, conocida como glucosa.
Nuestros cuerpos producen cetonas si comemos una dieta carente de carbohidratos o una dieta baja en carbohidratos (menos de 60 gramos de carbohidratos por día). [2] Al comer una dieta muy baja en carbohidratos o ningún carbohidrato en absoluto (como un cavernícola), nos convertimos en ceto-adaptados.
De hecho, lo que hoy se conoce como la dieta cetogénica fue el tratamiento número uno para la epilepsia hasta que las grandes farmacéuticas llegaron con sus cócteles peligrosos de medicamentos antiepilépticos. Tomó varias décadas antes de que escucháramos una vez más acerca de esta dieta, gracias en parte a un padre que lo exigía para su niño de 20 meses de edad con convulsiones severas. El padre del niño tuvo que enterarse sobre la dieta cetogénica en una biblioteca, ya que nunca fue mencionada como opción por su neurólogo. Después de sólo 4 días en la dieta, los ataques cesaron y nunca regresaron. [3] La Fundación Charlie se creó a partir del nombre del niño y su exitosa recuperación, pero hoy en día la dieta cetogénica está disponible para todo el mundo y se está extendiendo a través del boca a boca gracias a sus efectos curativos.
No sólo se utiliza como un estilo de vida saludable, sino que también se usa para condiciones tales como espasmos infantiles, epilepsia, autismo, tumores cerebrales, enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Lou Gehrig, depresión, apoplejía, traumatismo craneal, enfermedad de Parkinson, migraña, trastornos del sueño, esquizofrenia, ansiedad, el TDAH [Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad], irritabilidad, enfermedad del ovario poliquístico, síndrome del intestino irritable, el reflujo gastroesofágico, obesidad, enfermedad cardiovascular, acné, diabetes de tipo 2, temblores, insuficiencia respiratoria y virtualmente todos los problemas neurológicos, también el cáncer, y las enfermedades en las que los tejidos necesitan recuperarse después de una pérdida de oxígeno. [4]
Nuestros órganos y tejidos del cuerpo trabajan mucho mejor cuando utilizan cetonas como una fuente de combustible, incluyendo el cerebro, el corazón y el núcleo de los riñones.
Si alguna vez has tenido la oportunidad de ver un corazón trabajando en tiempo real, pudiste haber notado el grueso tejido adiposo que lo rodea. De hecho, los cirujanos del corazón llegan a ver esto todos los días.
Un corazón que late alegre es uno que está rodeado por capas de grasa saludable. Tanto el corazón como el cerebro trabajan al menos un 25% más eficiente en cetonas que con el azúcar en la sangre.
Las cetonas son el combustible ideal para nuestro cuerpo, a diferencia de la glucosa - que es dañina, menos estable, más excitatoria y, de hecho, acorta su esperanza de vida. Las cetonas son no glicolisantes, es decir, que no tienen un efecto caramelizante, de envejecimiento en su cuerpo. Una cetosis saludable también ayuda a matar de hambre a las células cancerosas, ya que son incapaces de usar cetonas como combustible, porque dependen de la glucosa sola para su crecimiento. [5]
La fábricas de producción de energía en nuestras células - la mitocondria - funciona mucho mejor en una dieta cetogénica, ya que son capaces de aumentar los niveles de energía de una forma estable, con combustión duradera, eficiente y constante. No sólo eso, una dieta cetogénica induce cambios epigenéticos [6], que aumentan el rendimiento energético de nuestras mitocondrias, reduce la producción de radicales libres y favorece la producción de GABA [ácido gamma-amino butírico] - un importante químico cerebral inhibitorio. El GABA tiene una influencia esencial relajante y su producción favorecida por la cetosis también reduce los efectos tóxicos de las vías excitatorias en nuestro cerebro. Además, datos recientes sugieren que la cetosis alivia el dolor, aparte de tener un efecto anti-inflamatorio en general. [7]
La dieta cetogénica actúa en varios niveles a la vez, algo que ningún medicamento ha sido capaz de imitar. Esto se debe a que las mitocondrias están específicamente diseñadas para utilizar la grasa para obtener energía. Cuando nuestras mitocondrias usan grasa como fuente de energía, se reduce su carga tóxica, la expresión de los genes productores de energía se incrementan, su rendimiento energético se incrementa, y se disminuye la carga de los productos finales energéticos inflamatorios.
La clave de estos efectos curativos milagrosos se basa en el hecho de que el metabolismo de las grasas y su generación de cuerpos cetónicos (beta-hidroxibutirato y acetoacetato) por el hígado sólo pueden ocurrir dentro de la mitocondria, dejando los productos químicos dentro de la célula, pero fuera de la mitocondria, fácilmente disponibles para estimular poderosos antioxidantes anti-inflamatorios. El estado de nuestra mitocondria es la clave definitiva para una salud óptima y, si bien es cierto que algunos de nosotros podrían necesitar de un apoyo adicional en forma de suplementos nutricionales para curar estas muy necesarias fábricas de energía [mitocondrias], la dieta sigue siendo la clave final para un equilibrio adecuado.
La fuente energética básica de nuestro mundo moderno es el azúcar que necesita ser procesada primero en la matriz célular antes de que pueda ser pasada a la fábrica de energía de la célula- la mitocondria. Las fuentes de energía de la grasa no requieren este proceso, sino que van directamente a la mitocondria para usos energéticos. Es decir, es más complicado crear energía del azúcar que de la grasa. Como Christian B. Allan (PhD) y Wolfgang Lutz (MD) dijeron en su libro Vida Sin Pan:
Los carbohidratos no son necesarios para obtener energía. La grasa suministra más energía que una cantidad similar de hidratos de carbono, y las dietas bajas en carbohidratos tienden a hacer que su sistema de producción de energía sea más eficiente. Además, muchos órganos prefieren la energía de la grasa.El hecho es que obtienes MÁS energía por molécula de grasa que del azúcar. ¿Cuántas enfermedades crónicas y autoinmunes tienen un componente de déficit de energía? ¿Qué hay de la fatiga crónica? ¿La fibromialgia? ¿La artritis reumatoide? ¿La esclerosis múltiple? ¿Cáncer? De regreso a Allan y Lutz:
Las mitocondrias son las plantas de energía de la célula. Debido a que producen la mayor parte de la energía en el cuerpo, la cantidad de energía disponible está basada en lo bien que las mitocondrias estén trabajando. Cuando pienses en la energía, piensa en todas aquellas mitocondrias produciendo ATP para hacer que todo el cuerpo funcione correctamente. La cantidad de mitocondrias en cada célula varía, pero hasta el 50 por ciento del volumen celular total puede ser las mitocondrias.Cuando te cansas, no des por hecho que necesitas más carbohidratos; más bien, piensa en términos de cómo puedes maximizar tu producción de energía mitocondrial...En pocas palabras, ¡permite que la grasa sea tu medicina y la medicina sea tu grasa!
Si te pudieras reducir a un tamaño lo suficientemente pequeño para entrar en la mitocondria, ¿qué descubrirías? La primera cosa que aprenderías es que ¡las mitocondrias están principalmente diseñadas para utilizar la grasa para producir energía!
Van a pensar que con toda esta información deberíamos ver las dietas cetogénicas recomendadas a diestra y siniestra por los profesionales de la salud, pero, por desgracia, ese no es el caso. Nutricionistas convencionales recomiendan carbohidratos, o sea azúcar, como el principal alimento básico de nuestra dieta. El problema con esto (y hay varios de ellos) es que en presencia de una dieta alta en carbohidratos no somos capaces de producir cetonas a partir del metabolismo de las grasas, por tanto, privamos a nuestros cuerpos de mucha curación por la producción de cetonas. El hecho es que vivimos en un mundo que utiliza la glucosa como combustible primario. Esto significa que comemos un alimento que no cura en absoluto, en más de un sentido. Hemos estado en una dieta cetogénica por casi tres millones de años y nos ha hecho humanos. Fue en ese estilo de vida en el que nuestros cerebros fueron nutridos y evolucionaron. Pero ya no, a menos que todos hagamos un esfuerzo para recuperar esta sabiduría perdida. Hoy en día, el cerebro humano no sólo se está reduciendo, sino que la atrofia cerebral es la norma a medida que envejecemos y somos plagados de enfermedades tales como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la demencia senil, etc.
Mientras tanto, nueva investigación está empezando a dilucidar el papel clave de nuestra mitocondria en la regulación del ciclo celular - el proceso fundamental por el cual un solo huevo fertilizado unicelular se desarrolla en un organismo maduro, así como el proceso por el cual el pelo, la piel, las células de la sangre y algunos órganos internos se renuevan. En los eventos complicados y altamente coreografiados que rodean la progresión del ciclo celular, las mitocondrias no son simples espectadores produciendo energía, sino que son participantes completamente desarrollados. [8]
Debido a la gran cantidad de energía necesaria para hacer todos los nutrientes necesarios para la división celular, tiene sentido que exista algún tipo de coordinación. Esta conexión ignorada y pasada por alto entre la mitocondria y el ciclo celular es algo que merece más consideración mientras vamos entendiendo el papel de la dieta en nuestros cuerpos. Vamos a tener que echar un vistazo más de cerca a este tema de la cetosis, ya que realmente es la clave para desbloquear las vías de transformación que nos llevarán a una increíble vida saludable.
La disfunción mitocondrial
Las mitocondrias son mejor conocidas como las plantas eléctricas de las células, ya que producen la energía de la célula. Pero también conducen la orquesta genética que regula cómo las células envejecen, se dividen y mueren. Ayudan a dictar cuales de los genes son activados o desactivados en cada célula de nuestro organismo. También proporcionan el combustible necesario para hacer nuevas conexiones neuronales, reparar y regenerar nuestros cuerpos.
Sin importar si somos amas de casa, deportistas o gente del trabajo, la energía es un tema que nos concierne a todos, todos los días y en todos los sentidos. Nuestro bienestar, el comportamiento y la capacidad para realizar las tareas que tenemos por delante es nuestra medida individual de energía. Pero, ¿cómo obtenemos energía de los alimentos que comemos?
Hay muchos mitos artificiales sobre la producción de energía en el cuerpo y qué alimentos suministran energía. La ciencia convencional dice que los carbohidratos son los que las mitocondrias usan como combustible para la producción de energía. Este proceso se denomina metabolismo oxidativo porque el oxígeno se consume en el proceso. La energía producida por las mitocondrias se almacena en unas "baterías" químicas, una molécula única llamada trifosfato de adenosina (ATP). El ATP lleno de energía puede ser transportado por toda la célula, liberando energía a pedido de unas enzimas específicas. Además del combustible que producen, las mitocondrias también crean unos subproductos relacionados con el oxígeno llamados especies reactivas de oxígeno (ROS), comúnmente conocidas como radicales libres. Pero lo que no nos dicen es que las mitocondrias fueron diseñadas específicamente para utilizar la grasa para obtener energía, no los carbohidratos. Las mitocondrias regulan el suicidio celular, conocido como apoptosis, de modo que las células viejas y disfuncionales que tienen que morir lo harán, dejando espacio para otras nuevas para que entren en escena. Pero cuando la función de las mitocondrias se atrofia y envían señales que indican a las células normales que mueran, las cosas salen mal. Por ejemplo, la destrucción de las células del cerebro conlleva a cada condición neurodegenerativa conocida incluyendo la enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson y así sucesivamente. La disfunción mitocondrial tiene implicaciones de gran alcance, ya que la salud de la mitocondria afecta íntimamente cada célula, tejido y órgano en el cuerpo.
Nosotros producimos nuestros propios antioxidantes para mantener un control sobre la producción de radicales libres, pero estos sistemas son fácilmente abrumados por un ambiente tóxico y una dieta alta en carbohidratos, en otras palabras, por el estilo de vida y dieta de hoy en día.
Las mitocondrias también tienen interesantes características que las diferencian del resto de las otras partes estructurales de nuestras células. Por ejemplo, tienen su propio ADN (referido como ADNmt) que está separado del ADN ampliamente conocido en el núcleo (que se refiere como n-ADN),. El ADN mitocondrial proviene en su mayor parte de las madres o línea madre, por lo que las mitocondrias también son consideradas como la fuerza vital femenina.
Este ADNmt está ordenado en una configuración de anillo y carece de una proteína protectora alrededor, dejando su código genético vulnerable al daño de los radicales libres. Si no comes suficientes grasas animales, no puedes construir una membrana mitocondrial funcional que lo mantendrá sano y evitará que muera.
Si tienes cualquier tipo de inflamación en cualquier parte del cuerpo, se daña tu mitocondria. La pérdida de la función o la muerte de las mitocondrias está presente en casi todas las enfermedades. Los factores dietéticos y ambientales dan lugar a estrés oxidativo y, por lo tanto, a la lesión mitocondrial como la vía final común de las dolencias o enfermedades.
Autismo, ADHD, Parkinson, depresión, ansiedad, enfermedad bipolar, el envejecimiento del cerebro... todos están vinculados con la disfunción mitocondrial del estrés oxidativo. La disfunción mitocondrial contribuye a la insuficiencia cardíaca congestiva, la diabetes de tipo 2, trastornos autoinmunes, envejecimiento, cáncer, y otras enfermedades.
Considerando que el n-ADN proporciona la información que tus células necesitan para codificar las proteínas que controlan el metabolismo, la reparación y la integridad estructural de tu cuerpo, el ADN mitocondrial dirige la producción y utilización de la energía de la vida. Una célula puede todavía cometer suicidio (apoptosis), incluso cuando no tiene núcleo ni n-ADN.
Debido a su papel energético, las células de los tejidos y órganos que requieren más energía para funcionar son más ricos en números mitocondriales. Las células en el cerebro, los músculos, el corazón, los riñones y el hígado contienen miles de mitocondrias, que puede comprender hasta el 40% de la masa de la célula. De acuerdo con el Prof. Enzo Nisoli, un adulto humano posee más de diez millones de millones de mitocondrias, que constituyen un 10% de su peso total del cuerpo. [9] Cada célula contiene cientos de mitocondrias y miles de ADNmt.
Como el ADNmt está menos protegido que el n-ADN porque no tiene recubrimiento de "proteína" (histonas), es exquisitamente vulnerable a las lesiones al desestabilizar moléculas tales como pesticidas neurotóxicos, herbicidas, excitotoxinas, metales pesados y productos químicos volátiles entre otros. Esto inclina la balanza de producción de radicales libres hacia el extremo que luego conduce al estrés oxidativo dañando nuestra mitocondria y su ADN. Como resultado, tenemos la sobreexcitación de las células y la inflamación, que no solo es la raíz de la enfermedad de Parkinson y otras enfermedades, sino también problemas del estado de ánimo y problemas de comportamiento.
Suficiente energía significa una vida feliz y saludable. También se refleja en nuestro cerebro con el pensamiento enfocado y agudo. La falta de energía significa problemas del estado de ánimo, demencia y función mental disminuida entre otros.
Las mitocondrias están estrechamente relacionadas a la capacidad de la corteza prefrontal - el capitán de nuestro cerebro - de estar completamente funcionando. Las células del cerebro se cargan en las mitocondrias, que producen la energía necesaria para aprender y memorizar, y prender neuronas armoniosamente.
La familia de genes de sirtuinas trabaja mediante la protección y mejora de la salud y función de la mitocondria. [10] Están influenciados positivamente por una dieta que es no glicolisante, es decir, una dieta baja en carbohidratos en lugar de una dieta alta en carbohidratos que induce la disfunción mitocondrial y la formación de especies reactivas de oxígeno.
Otra cosa que contribuye a la disfunción mitocondrial es una infección viral latente, como las de la familia del herpes. Como ya he mencionado en El ADN viral "basura", la dieta cetogénica que mejora el ADN y puntapiés cometarios, la mayoría, si no todo, de tu ADN "basura" tiene propiedades similares a un virus. Si un virus patógeno se apodera de nuestro ADN o ARN, podría conducir a la enfermedad o cáncer.
El virus Herpes simplex es un patógeno humano esparcido y que va directamente hacia nuestro ADN mitocondrial. Virus del herpes simplex establece su latencia en las neuronas sensoriales, un tipo de célula que es altamente sensible a los efectos patológicos de daño en el ADN mt. [11] Una infección viral latente podría conducir a la pérdida de células cerebrales en enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer. [12] Como especulé en los ataques de corazón, SFC, infección por el virus del herpes y el nervio vago, una infección por el virus del herpes latente podría conducir a más enfermedades de las que nos gustaría admitir.
Los miembros de la familia del virus del herpes (es decir, el citomegalovirus y el virus Epstein-Barr, que la mayoría de la gente tiene como infecciones latentes!), pueden ir tras nuestro ADN mitocondrial, causando enfermedades neurodegenerativas por la disfunción mitocondrial. Pero una dieta cetogénica es la única cosa que ayudaría a estabilizar el ADNmt, ya que las mitocondrias funcionan mejor con la combustión de grasa. Como suele suceder, la enfermedad de Alzheimer es una condición en la que una dieta cetogénica tiene su mayor potencial de efecto curativo. [4]
El papel de la disfunción mitocondrial en las enfermedades "modernas" es impactante. Fuentes energéticas óptimas son esenciales si queremos sanar enfermedades crónicas. Es en nuestras mitocondrias donde se encuentra la interfaz entre el combustible de los alimentos que vienen de nuestro medio ambiente y las demandas de energía de nuestro cuerpo. Y es un metabolismo basado en la combustión de grasa, metabolismo de cetonas, que señala los cambios epigenéticos que maximiza la producción de energía dentro de nuestras mitocondrias y que nos ayuda a sanar. Cetosis - una mirada más de cerca
La presencia de cetonas en la sangre y en la orina, una condición conocida como cetosis, siempre ha sido considerada como una situación negativa, relacionada a la inanición. Si bien es cierto que las cetonas se producen durante el ayuno, las cetonas también se producen en tiempos de abundancia, pero no con un montón de carbohidratos, ya que un metabolismo de hidratos de carbono suprime la cetosis. En la ausencia de la mayoría de los carbohidratos en la dieta, las cetonas se formarán de la grasa para abastecer la energía. Esto es cierto incluso si se consumen grandes cantidades de grasas y suficientes proteínas, algo que difícilmente es una inanición.
Como ya hemos visto, una dieta cetogénica ha sido demostrado ser útil en un gran número de enfermedades, especialmente las neurológicas. Estrictamente hablando, una dieta cetogénica es una dieta alta en grasas en el que los carbohidratos o bien se eliminan por completo o casi son eliminados de manera que el cuerpo tiene las fuentes mínimas muy básicas de glucosa. Eso hace que las grasas (ácidos grasos) sean una fuente de combustible energético obligatorio para el cerebro y otros órganos y tejidos. Si tu ingesta de carbohidratos es alta, vas a terminar almacenando tanto la grasa como los carbohidratos en tu tejido adiposo gracias a la hormona insulina. Una dieta cetogénica no es una dieta alta en proteínas, que dicho sea de paso, también puede estimular la insulina. Se trata básicamente de una dieta basada principalmente en alimentos de origen animal y en especial sus grasas. Entre los subproductos del metabolismo de la quema de grasa están los llamados cuerpos cetónicos - acetoacetato, β-hidroxibutirato y acetona - que se producen en su mayor parte por el hígado. Cuando nuestros cuerpos están funcionando principalmente en grasas, grandes cantidades de acetil-CoA se producen, que exceden la capacidad del ciclo de Krebs, lo que lleva a la producción de estos tres cuerpos cetónicos dentro de las mitocondrias del hígado. Nuestros niveles de cuerpos cetónicos en la sangre suben y el cerebro fácilmente los usa con fines energéticos. Los cuerpos cetónicos cruzan la barrera hemato-encefálica muy fácilmente. Su solubilidad también los hace fáciles de transportar por la sangre a otros órganos y tejidos. Cuando se utilizan los cuerpos cetónicos como energía, liberan acetil-CoA, que luego va al ciclo de Krebs de nuevo para producir energía.
En los niños que fueron tratados con la dieta cetogénica para el tratamiento de la epilepsia, se vio que se vuelven libres de crisis, incluso mucho después de que terminó la dieta, lo que significa que no sólo la dieta resultó ser de protección, sino que también modificó la actividad de la enfermedad, algo que ningún fármaco ha sido capaz de hacer. [13] En la enfermedad de Alzheimer, mientras los niveles de cuerpos cetónicos aumentan, la memoria mejora. ¡Los cerebros hambrientos de la gente por fin reciben la muy necesaria grasa que tanto necesitan! De hecho, todas y cada una de las enfermedades neurológicas mejoran en la dieta cetogénica.
Los beneficios de una dieta cetogénica se pueden ver tan rápido como en una semana, progresando gradualmente durante un período de 3 semanas. Hay varios cambios en la expresión de los genes que involucran el metabolismo, el crecimiento, el desarrollo y la homeostasis entre otros.
El hipocampo es una región del cerebro que es muy vulnerable al estrés que le hace perder células cerebrales. El hipocampo tiene que ver con la memoria, el aprendizaje y la emoción. Lo que pasa con una dieta cetogénica es que promueve la codificación de genes que crean las mitocondrias en el hipocampo, poniendo a disposición más energía. Una carga mitocondrial más grande y más energía significa más reservas para resistir mucho más estrés. [14]
En algunos modelos animales, hay un aumento del 50% en el número total de mitocondrias en el hipocampo, lo que resulta en más ATP en el cerebro. [15] Otros estudios en animales muestran cómo la comunicación entre las células cerebrales en el hipocampo seguiría siendo constante por un 60% más tiempo al estar expuesto a un estímulo estresante en comparación con sus contrapartes que no tenían una dieta cetogénica. [16] Esto es muy importante, ya que el exceso de estrés puede dañar el hipocampo y su capacidad para recuperar la información, haciéndote "despistado" o con "cerebro disperso", además de afectar la capacidad de la corteza prefrontal de pensar y controlar el comportamiento.
Una dieta cetogénica también aumenta los niveles del neurotransmisor calmante - GABA que a su vez sirve para calmar la sobreexcitación que está en la base de las principales enfermedades neurodegenerativas, sino que también la ansiedad y otros problemas del estado de ánimo. Una dieta cetogénica también incrementa las vías antioxidantes que nivelan la producción excesiva de radicales libres de un ambiente tóxico. También mejora las vías anti-inflamatorias.
La cetosis también limpia nuestras células de proteínas que actúan como "desecho" y que contribuyen al envejecimiento interrumpiendo un buen funcionamiento de la célula. [17] Básicamente hace esto por lo que se conoce como la autofagia que preserva la salud de las células y los tejidos mediante el reemplazo obsoleto y dañado de los componentes celulares con unas nuevas. Esto evita las enfermedades degenerativas, el envejecimiento, el cáncer, y lo protege contra infecciones microbianas. Una dieta cetogénica no sólo te rejuvenece, también hace que una persona sea mucho menos susceptible a los virus y a las infecciones bacterianas. [18] Esto es muy importante debido al número cada vez mayor de extrañas infecciones virales y bacterianas que parece ser que vienen de nuestra atmósfera superior [19] (para más información vea Nueva luz sobre la Peste Negra: la Conexión Viral y Cósmica), o debido a los altos niveles de radiación que crean más cepas patógenas (vea Desintoxícate o muere: terapias naturales de radio-protección para tolerar la contaminación nuclear de Fukushima). De una forma u otra, somos más vulnerables que nunca, debido al estado de nuestras mitocondrias. Pero podemos prepararnos para lo peor con la cetosis.
Autofagia mejorada con las cetonas, es muy importante porque la autofagia puede apuntar los virus y bacterias que crecen dentro de las células que son muy problemáticas. [20] Los virus y las bacterias intracelulares pueden llevar a una disfunción mitocondrial grave y la cetosis sigue siendo por mucho nuestra mejor opción contra ellos.
La producción de cuerpos cetónicos a través del ayuno intermitente y la dieta cetogénica es el tratamiento más prometedor para la disfunción mitocondrial. [21] Los beneficios de longevidad vistos en la investigación de restricción calórica es debido al hecho de que nuestros cuerpos cambian a un metabolismo de quema de grasa dentro de nuestras mitocondrias. Con una dieta cetogénica, entramos en un metabolismo de quema de grasa sin restringir la ingesta calórica.
La cetosis lidia eficazmente con todos los problemas de una dieta rica en carbohidratos - la que es recomendada por la ciencia convencional: ansiedad, antojos, irritabilidad, temblores y problemas de ánimo, entre otros. Es un crimen desalentar el consumo de una dieta rica en grasas teniendo en cuenta que una dieta cetogénica reduce los tumores en modelos animales y humanos, y mejora la capacidad de resistencia de nuestro cerebro contra el estrés y la toxicidad.
Además de aumentar la producción de valium natural de nuestro cuerpo - GABA - el incremento de la producción de acetil-CoA generada a partir de los cuerpos cetónicos también impulsa el ciclo de Krebs para aumentar el NADH (nicotinamida adenina nucleótido reducido) mitocondrial que nuestro cuerpo utiliza en más de 450 reacciones bioquímicas vitales - incluyendo la señalización de la célula y la asistencia en la reparación del ADN en curso. Debido a que el cuerpo cetónico beta-hidroxibutirato es más rico en energía que el piruvato, se produce más ATP. La cetosis también aumenta la producción de importantes antioxidantes que lidian con elementos tóxicos de nuestros entornos, incluyendo el glutatión.
Las mitocondrias del hipocampo de animales alimentados con la dieta cetogénica, también son resistentes al daño del ADNmt y son mucho menos propensos a cometer suicidio celular - apoptosis - en momentos inapropiados.
Como Douglas C. Wallace, PhD, Director del Centro de Medicina Mitocondrial y Epigenómica dice, "la dieta cetogénica puede actuar en múltiples niveles: Puede disminuir la actividad neuronal excitatoria, aumentar la expresión de genes bioenergéticos, aumentar la biogénesis mitocondrial y la producción de energía oxidativa , y aumentar la producción de NADPH mitocondrial, así, disminuyendo el estrés oxidativo mitocondrial ". [21]
La ceto-adaptación resulta en cambios importantes en la forma en que construimos y mantenemos la composición de membranas óptimas ("mem-brain" "mem-brana" [brain en inglés es cerebro]), no sólo debido a las grasas saludables que proveemos a través de la dieta, pero también debido a la menor producción de radicales libres y mediadores inflamatorios, junto con una mayor producción de antioxidantes. Es realmente el estado de equilibrio ideal.
Además, es posible que desees tener en cuenta este extracto de La evolución del cerebro humano: La influencia del agua dulce y los recursos alimenticios marinos [22] [Human Brain Evolution: The Influence of Freshwater and Marine Food Resources]: Es indiscutible que una dieta cetogénica tiene efectos protectores en el cerebro. Con todas las pruebas de su eficacia en la disfunción mitocondrial, se puede aplicar a todos nosotros que vivimos en un entorno altamente estresante y tóxico. Los cuerpos cetónicos están sanando cuerpos que nos ayudaron a evolucionar y hoy en día nuestras mitocondrias siempre están dañadas de una forma u otra ya que las probabilidades de este mundo tóxico están en contra nuestra. Obviamente, va a haber gente con tales ADNmt tan dañados o con mutaciones que nacieron, que no pueden modificar sus sistemas (por ejemplo, defectos en el metabolismo de la L-carnitina), pero incluso en algunos de esos casos, se puede detener o retrasar daño adicional. Nuestros antepasados sanos nunca tuvieron que hacer frente a los niveles de toxicidad que vivimos hoy en día y, sin embargo, comieron de manera óptima. Teniendo en cuenta el tiempo y el entorno actual, lo menos que podemos hacer es comer de manera óptima para nuestra fisiología.
La manera de tener cuerpos cetónicos curativos circulando en el torrente sanguíneo es teniendo una dieta alta en grasas, carbohidratos restringidos y proteínas moderadas. Junto con el ayuno intermitente que aumentará la producción de cuerpos cetónicos, y ejercicio de resistencia que creará mitocondrias con mtDNA saludable, podemos vencer las probabilidades en contra de nosotros.
Lo que se considera hoy en día una "dieta normal" es en realidad una aberración basada en la corrupción de la ciencia que beneficia a las grandes agroindustrias y farmacéuticas [Big Agra y Big Pharma]. Si fueramos atrás en el tiempo a los días antes de que la dieta moderna se convirtiera en la norma por los intereses corporativos y agrícolas, encontraríamos que la cetosis era el estado metabólico normal. El estado metabólico humano de hoy es aberrante. Es hora de cambiar eso.
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Referencias
[1] Un miembro de la investigación del Foro sott.net tiene diabetes tipo 1 y está haciendo la dieta cetogénica. En circunstancias normales, diabéticos (incluidos los de tipo I) reportan resultados sorprendentes en una dieta baja en carbohidratos. Ver Diabetics Solution del Dr. Bernstein por Richard K. Bernstein, MD (Little, Brown and Company: 2007).
[2] Esto varía entre cada persona, pero el rango general es de entre 0 y 70 gramos de hidratos de carbono, además de la ingesta moderada de proteínas, entre 0,8 y 1,5 gramos de proteína por kg de peso corporal ideal. Las mujeres embarazadas y los niños no deben tener su proteína restringida.
[3] Las dietas cetogénicas en el control de las convulsiones y trastornos neurológicos por Eric Kossoff, MD, del Hospital Johns Hopkins, Baltimore, Maryland. The Art and Science of Low Carbohydrate Living [El Arte y Ciencia de vivir con Bajos Carbohidratos]por Jeff S. Volek, PhD, RD y Stephen D. Phinney, MD, PhD. Beyond Obesity, LLC, 2011.
[4] A Paoli, A Rubini, J S Volek y K A Grimaldi. Más allá de la pérdida de peso: una revisión de los usos terapéuticos de las dietas muy bajas en carbohidratos (cetogénica). European Journal of Clinical Nutrition (2013) 67, 789-796
[5] J Rainer Klement, Ulrike Kämmerer. ¿Hay un papel para la restricción de carbohidratos en el tratamiento y prevención del cáncer? Nutr Metab (Lond). 26 de octubre 2011; 8: 75.
[6] Si el código genético es el hardware para la vida, el código epigenético es un software que determina cómo se comporta el hardware.
[7] David N. Ruskin y Susan A. Masino, El sistema nervioso y la desregulación metabólica: Nuevas Evidencias Convergen en la Terapia de Dieta Cetogénica. Front Neurosci. 2012; 6: 33.
[8] Finkel T, Hwang PM. El ciclo de Krebs se encuentra con el ciclo celular: las mitocondrias y la transición G1-S. Proc Natl Acad Sci U S A. 2009 21 de julio, 106 (29) :11825-6.
[9] C. M. Matthews Cuidando su divinidad femenina. Proc (Bayl Univ Med Cent). 2011 Julio, 24 (3): 248.
[10] Hipkiss AR. Metabolismo energético, proteínas alteradas, las sirtuinas y el envejecimiento: la convergencia de mecanismos? Biogerontology. Febrero 2008, 9 (1) :49-55.
[11] Saffran HA, Pare JM, Corcoran JA, et al. Virus Herpes simplex elimina el ADN mitocondrial del huésped. EMBO Rep. 2007 Feb; 8 (2) :188-93.
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