viernes, 2 de agosto de 2013

Efectos de los plaguicidas que nos comemos: 40.000 agricultores muertos al año





Residuos de plaguicidas encontrados en alimentos europeos

La Comisión Europea publica informes anuales de los resultados de programas de monitoreo de residuos en los Estados Miembros, principalmente en fruta fresca y congelada, verduras y cereales en grano. Contienen información sobre niveles de residuos, residuos múltiples y los plaguicidas más frecuentemente encontrados, así como evaluaciones por producto a la cosecha y por plaguicida.

En los más recientes datos disponibles (del 2002), en promedio, residuos de plaguicidas fueron encontrados en 42% de las muestras, 5.1% del total de las mismas contuvieron mayor cantidad de lo establecido por los Límites Máximos de Residuos (LMRs) nacionales o de la Unión Europea para un especifico plaguicida en un alimento dado. Ocho de los diez plaguicidas mas comúnmente hallados en productos frescos en cada uno de los 18 países que se hallan dentro del programa de monitoreo están clasificados como Químicos de “Mala Acción”, y son cinco los que son hallados con más frecuencia en cereales. Existen diferencias entre países, por ejemplo, el insecticida organoclorado sistémicoendosulfan, se presenta entre los diez plaguicidas mas importantes para la fruta y verduras enGrecia, España, Holanda, Austria, y Portugal, mientras que el herbicida glifosfato fue con frecuencia hallado en cereales en Dinamarca, Suecia, el Reino Unido y Noruega.

No es fácil de observar claras tendencias debido a que no se han generado suficientes datos de base 

referencial y a que los métodos de muestreo no son fácilmente comparables a través de los diferentes países. A pesar de ello, información reciente muestraun notable e inquietante incremento en la ocurrencia de residuos; la frecuencia de los muestreos que exceden los Límites Máximos de Residuos (LMRs) se ha incrementado de un 3,0% en 1996 a un 5,5% en el 2002. Residuos múltiples son hallados con más frecuencia y se han elevado de un 14% en 1999 a un 20,7% en 2002, en particular, se han incrementado las muestras conteniendo cuatro o mas residuos de plaguicidas a la vez.

La Comisión Europea atribuye parte de la elevación en las tendencias referentes a los residuos del 2002 al hecho de que los Límites Máximos de Residuos han sido disminuidos para algunas combinaciones plaguicida/cultivo, los métodos de análisis de laboratorios son ahora mas sensitivos y pueden detectar sustancias químicos en bajas concentraciones de manera que mayor cantidad de compuestos son evaluados.

Esto da lugar a las preguntas: ¿vamos a seguir encontrando mas residuos si expandimos el sistema de muestreo y cuan seguros podemos estar de que el sistema de monitores está dando una situación real?. La poco frecuente evaluación de residuos es un asunto a tener en cuenta también. El Reino Unido esta en el último lugar en términos de la toma de muestras tomadas per cápita en comparación con las países de la Unión Europea: solamente 5 por cada 100,000 personas, comparado con 45 por cada 100,000 en Finlandia. Existen más de 850 plaguicidas usados globalmente pero los países de la Unión Europea analizan solamente 160. Alemania, por ejemplo, solamente 90. Por lo tanto, nuestro sistema de monitoreo actual no es solamente extremadamente limitado pero también parcialmente inepto.

Efectos sobre la salud

Hoy es una realidad reconocida que los pesticidas utilizados masivamente en agricultura son unaamenaza a la salud de los agricultores, los consumidores y el planeta mismo.

Un informe elaborado por la OIT con datos de gobiernos y organismos internacionales cifra en 40.000 los agricultores muertos anualmente en todo el mundo por intoxicación con pesticidas. En total se registran entre 3 y 5 millones de intoxicaciones en el mismo periodo.

El contacto con pesticidas y su entrada al organismo -a través de la piel, la respiración y/o por ingestión- se produce por exposición laboral y en el hogar debido a usos y aplicaciones incorrectos, falta de medidas preventivas y de protección, almacenamiento inadecuado, reutilización de envases (comederos de animales, almacenamiento y traslado de agua) y fumigaciones aéreas. Se han detectado residuos de organoclorados y organofosforados en personas donde la única probabilidad de encuentro con pesticidas es por ingestión. Las preparaciones acaricidas o insecticidas, como las lociones piojicidas con lindano utilizadas en humanos, son una vía adicional de contaminación y pueden además potenciar otros agentes nocivos.

Muchos pesticidas se encuentran en grandes cantidades en los alimentos que consumimos, son altamente tóxicos para el organismo y se han relacionado con la aparición de cáncer, problemas del sistema inmune y muchas otras enfermedades crónicas.

Los médicos conocedores de los síntomas de la intoxicación por pesticidas, anotan que la mayoría de los casos no son diagnosticados, dado que los síntomas que el paciente refiere comúnmente son síntomas generales como dolor de cabeza, dolor abdominal, debilidad y fatiga, que pueden presentarse en muchas enfermedades. Pacientes con exposición crónica a ciertos pesticidas, pueden presentar daños del sistema nervioso, riñones, hígado y cerebro.

Los efectos indeseados producidos dependen del pesticida, la dosis, la vía y el tiempo de exposición.Los efectos agudos (vómitos, diarrea, aborto, cefalea, somnolencia, alteraciones comportamentales, convulsiones, coma, muerte) están asociados a accidentes donde una única dosis alta es suficiente para provocar los efectos que se manifiestan tempranamente. Los crónicos (cánceres, leucemia, necrosis de hígado, malformaciones congénitas, neuropatías periféricas, a veces solo malestar general, cefaleas persistentes, dolores vagos) se deben a exposiciones repetidas y los síntomas o signos aparecen luego de un largo tiempo (hasta años) de contacto con el pesticida, dificultando su detección. Dado que su biotransformación es muy lenta, los pesticidas provocan efectos acumulativos en las personas expuestas.

A solicitud de la EPA (Agencia para la Protección del Medio Ambiente), la Academia Norteamericana de Ciencias publicó en el mes de mayo de 2002 un informe sobre la concentración de plaguicidas en los alimentos en Estados Unidos. Este informe, que en su momento obtuvo el honor de aparecer en la primera página del New York Time, sigue causando agitación. En 225 páginas afirma que, en el curso de los próximos setenta años, los norteamericanos tienen el riesgo de desarrollar más de 1 millón de cánceres debido a la presencia de 28 plaguicidas cancerígenos en sus alimentos.

Protegiendo a los niños y otros grupos vulnerables

La actual metodología de evaluación de riesgo no puede cuantificar definitivamente las implicaciones en la salud pública de residuos en la dieta pero se está construyendo consenso referente a que los residuos de plaguicidas en la alimentación son una amenaza significante para la salud pública, especialmente para niños y niñas pequeño/as. En la Unión Europea por ejemplo, los niveles de residuos de endosulfan y metamidofos en pimentones y melones, fueron de considerable preocupación en 1999.

Debido a que la mayoría de los límites de residuos están determinados en base al peso corporal de un adulto, los niños consumen niveles relativos mucho mayores. Según los parámetros límites de residuos de 1999 para estos dos plaguicidas, un niño/a pequeño/a podría haber consumido casi el doble de su ingesta diaria admisible de endosulfan en pimentones y más de seis veces de su ingesta diaria admisible de metamidofos. Metamidofos es una toxina de los nervios clasificada como altamente peligrosa por la Organización Mundial de la Salud, mientras que endosulfan es una toxina acumulativa en tejido humano. Como medida precautoria, la Unión Europea ha reducido grandemente los LMR para metamidofos en pimentones desde entonces.

Datos del monitoreo coordinado de la Unión Europea del 2002 que evaluó riesgos severos de los compuestos neurotoxicos, muestran que la Dosis Aguda de Referencia (ArfD, una medida de la dosis mas alta que puede ser ingerida sin riesgos en una sola comida) fue excedida en ciertos casos con los más altos niveles de residuos. Por ejemplo, el peor caso de metamidofos en vainas habría excedido más de cuatro veces el límite de seguridad para niños pequeños y aldicarb en zanahorias 134% del límite de seguridad. Algunas muestras conteniendo aldicarb and methidathion habrían expuesto a niños pequeños muy por encima de la dosis de referencia aguda, a pesar de que el LMR no fue excedido. La Comisión Europea declaró que los riesgos a la salud debido a los niveles de residuos detectados no podrían ser excluidos, especialmente para grupos vulnerables, siendo que ellos también los observaron en niños pequeños ingiriendo endosulfan en lechuga y triazofos en manzanas el 2001.

Un nuevo estudio independiente revela que entre 10-226 niños/as británicos/as menores a los 5 años podrían estar consumiendo más que la Dosis Aguda de Referencia cada día por medio de la ingesta de una sola manzana o pera, siendo que los niveles de residuos en cada fruta varía ampliamente. Esta situación alarmante ha sido calculada para un niño promedio, no para aquellos que comen una gran cantidad de fruta fresca, y también muestra que exceder el límite de seguridad puede ocurrir en casos donde el LMR no es sobrepasado.

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud junto a la Agencia Europea del Medioambiente realizado el 2002 resaltó los impactos medioambientales en la salud de la niñez. Este estudio critica el hecho de que nuestra exposición combinada a plaguicidas en alimentos y en el medioambiente no esta siendo considerado a la hora de establecer ingestas diarias admisibles y límites máximos de residuos o LMRs. Tampoco existen variaciones en la exposición o riesgos relacionados con la edad y sensitividad a los peligros creados por plaguicidas específicos en infantes y niños.

Los posibles efectos en la salud incluyen desórdenes en nuestros sistemas inmunológico, hormonal y nervioso además de cáncer. Los autores del informe enfatizaron que la contaminación medioambiental, residuos en los alimentos y agua potable debe ser minimizada para así proteger a este grupo de la población.

Las actuales Directivas de la Unión europea para alimentos de bebés determinan estrictos límites de residuos de 0,01 partes por millón para plaguicidas (equivalente al mínimo nivel detectable) en alimentos específicamente destinados para infantes. El problema es que este grupo de la población no está protegido al mismo nivel cuando consume fruta fresca y verduras. Aun así el éxito general en el cumplimiento de la legislación de alimentos para bebes muestra que producir alimentos a gran escala dentro de esos límites es posible, de modo que estas normas deberían expandirse para así proteger a la sociedad en su conjunto y en nuestra alimentación toda. Otro grupo particularmente vulnerable son las mujeres embarazadas, madres dando de lactar, los ancianos y aquéllos que ya están con un estado de salud pobre.

Fuente: http://www.ecodes.org/archivo/proyectos/archivo-ecodes/boletin_SP/boletin9e8c.html?numero=8#54

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