Traducción por Sott.net
La gente busca información que confirma su visión del mundo e ignora la que no encaja.
En un mundo incierto, a la gente le encanta estar en lo cierto, ya que ayuda a dar sentido a las cosas. De hecho, algunos psicólogos creen que esto es semejante a un impulso básico.
Una de las formas en que se esfuerzan por estar en lo correcto es mediante la búsqueda de evidencia que confirme que están en lo correcto, a veces con resultados deprimentes o cómicos.
Los psicólogos lo llaman el sesgo de confirmación e influye en todo tipo de áreas de nuestras vidas. Éstos son algunos ejemplos:
1. La imagen de sí mismo
"Hey, te ves muy bien ¿has hecho algo diferente con tu pelo?"
¿A quién no le gusta un cumplido? A nadie. Ni siquiera tiene que ser entregado sinceramente, me quedo con él. Pero ¿qué pasa con...?
"Oye, eres un verdadero asqueroso ¿lo sabías?"
¿A quién le gustan los insultos? Bueno, no nos gustan precisamente, pero - lo creas o no - a veces los buscamos si los mismos confirman nuestra propia visión de nosotros mismos.
En un estudio que examinó esto, la gente realmente buscaba información que confirmara su opinión de que eran - no es exactamente asquerosos - pero sí perezosos o torpes o no muy atléticos (Swann et al, 1989.).
Y ésto no es una especie de auto-odio, en este estudio, incluso las personas con alta autoestima buscaron información que confirmara su propia visión negativa de sí mismos.
Parece que nos gusta tener la razón, incluso a costa de nuestra propia autoimagen.
2. Finanzas
Un estudio sobre inversionistas del mercado en línea ha observado cómo ellos reunían información sobre una acción prospectiva (Park et al., 2010).
Los investigadores encontraron que el sesgo de confirmación influía en gran escala. Los inversores, en su mayoría, buscaban información que confirmara su corazonada sobre una acción en particular. Las personas que mostraron el sesgo de confirmación más fuerte fueron los inversores sobre-confiados y, consecuentemente, obtuvieron menos dinero.
Parece que nos gusta tener la razón, aunque nos cueste dinero.
3. Política
La gente ve lo que quiere ver en la política todo el tiempo.
El ejemplo más irónico está en la sátira. A menudo la sátira utiliza el sarcasmo para dar su punto: El satírico de TV, Stephen Colbert, dice con frecuencia lo contrario de lo que realmente piensa para dar a conocer su punto (entre comediantes creo que a esto se llama 'bromas').
Excepto que la ironía es que un estudio ha demostrado que las personas que no están de acuerdo con Colbert no logran comprender que está siendo sarcástico, piensan que en realidad lo dice en serio (LaMarre, 2009).
La belleza es que tanto los liberales y los conservadores consiguen lo que quieren: la confirmación de sus puntos de vista.
Parece que nos gusta estar en lo correcto, incluso si eso significa no comprender la broma.
Cúlpale al sesgo
Con los años el sesgo de confirmación ha recogido la culpa de todo tipo de creencias dudosas. Éstos son algunos de ellos:
La manera de luchar contra el sesgo de confirmación es simple de enunciar pero difícil de poner en práctica.
Hay que tratar de pensar y probar hipótesis alternativas. Suena fácil, pero no está en nuestra naturaleza. No es divertido pensar que podríamos estar equivocados o hemos sido mal informados. Se necesita un poco de esfuerzo.
Es de mal gusto leer un libro que desafía nuestras creencias políticas, o tener en cuenta las críticas de nuestra película favorita o, incluso, aceptar cómo diferentes personas eligen vivir sus vidas.
Tratar de ser un poco más abiertos es parte del desafío que el sesgo de confirmación nos hace. ¿Podemos entretener a esas dudas por sólo un poco más? ¿Podemos dejar que los hechos nos sacudan y realicen la más fantástica de las hazañas: cambiar nuestras mentes?
La gente busca información que confirma su visión del mundo e ignora la que no encaja.
En un mundo incierto, a la gente le encanta estar en lo cierto, ya que ayuda a dar sentido a las cosas. De hecho, algunos psicólogos creen que esto es semejante a un impulso básico.
Una de las formas en que se esfuerzan por estar en lo correcto es mediante la búsqueda de evidencia que confirme que están en lo correcto, a veces con resultados deprimentes o cómicos.
- Una mujer contrata a un trabajador que resulta ser incompetente. Ella no se da cuenta de que todo el mundo está haciendo su trabajo por él, porque ella está tan impresionada porque se presenta todos los días, justo a tiempo.
- Un fanático de los deportes que cree que su equipo es el mejor parece recordar solamente los partidos en que ganaron y ninguna de las embarazosas derrotas contra rivales inferiores.
- Un hombre que ama la vida en el campo, pero tiene que trasladarse a la ciudad por un nuevo empleo, hace caso omiso de la ruta devuelo bajo la cual vive y de sus ruidosos-vecinos-del-infierno y te dice lo mucho que disfruta del mercado de agricultores y de cuidar su propia maceta de ventana.
Los psicólogos lo llaman el sesgo de confirmación e influye en todo tipo de áreas de nuestras vidas. Éstos son algunos ejemplos:
1. La imagen de sí mismo
"Hey, te ves muy bien ¿has hecho algo diferente con tu pelo?"
¿A quién no le gusta un cumplido? A nadie. Ni siquiera tiene que ser entregado sinceramente, me quedo con él. Pero ¿qué pasa con...?
"Oye, eres un verdadero asqueroso ¿lo sabías?"
¿A quién le gustan los insultos? Bueno, no nos gustan precisamente, pero - lo creas o no - a veces los buscamos si los mismos confirman nuestra propia visión de nosotros mismos.
En un estudio que examinó esto, la gente realmente buscaba información que confirmara su opinión de que eran - no es exactamente asquerosos - pero sí perezosos o torpes o no muy atléticos (Swann et al, 1989.).
Y ésto no es una especie de auto-odio, en este estudio, incluso las personas con alta autoestima buscaron información que confirmara su propia visión negativa de sí mismos.
Parece que nos gusta tener la razón, incluso a costa de nuestra propia autoimagen.
2. Finanzas
Un estudio sobre inversionistas del mercado en línea ha observado cómo ellos reunían información sobre una acción prospectiva (Park et al., 2010).
Los investigadores encontraron que el sesgo de confirmación influía en gran escala. Los inversores, en su mayoría, buscaban información que confirmara su corazonada sobre una acción en particular. Las personas que mostraron el sesgo de confirmación más fuerte fueron los inversores sobre-confiados y, consecuentemente, obtuvieron menos dinero.
Parece que nos gusta tener la razón, aunque nos cueste dinero.
3. Política
La gente ve lo que quiere ver en la política todo el tiempo.
El ejemplo más irónico está en la sátira. A menudo la sátira utiliza el sarcasmo para dar su punto: El satírico de TV, Stephen Colbert, dice con frecuencia lo contrario de lo que realmente piensa para dar a conocer su punto (entre comediantes creo que a esto se llama 'bromas').
Excepto que la ironía es que un estudio ha demostrado que las personas que no están de acuerdo con Colbert no logran comprender que está siendo sarcástico, piensan que en realidad lo dice en serio (LaMarre, 2009).
La belleza es que tanto los liberales y los conservadores consiguen lo que quieren: la confirmación de sus puntos de vista.
Parece que nos gusta estar en lo correcto, incluso si eso significa no comprender la broma.
Cúlpale al sesgo
Con los años el sesgo de confirmación ha recogido la culpa de todo tipo de creencias dudosas. Éstos son algunos de ellos:
- Las personas tienen prejuicios (en parte), ya que solo notan los hechos que encajan con sus nociones preconcebidas acerca de otras naciones o grupos étnicos.
- La gente cree cosas raras sobre platillos voladores, el asesinato de JFK, la astrología, las pirámides egipcias y los aterrizajes lunares, ya que sólo buscan confirmación, no dis-confirmación.
- En los principios del siglo XIX los médicos trataban cualquier enfermedad vieja con el derramamiento de sangre. Sus pacientes obtuvieron mejorías a veces, entonces los médicos - que convenientemente ignoraron a todas las personas que murieron - imaginaron que debería estar haciendo algo. De hecho, para muchas enfermedades algunas personas siempre van a mejorar por sí solas sin tratamiento alguno.
La manera de luchar contra el sesgo de confirmación es simple de enunciar pero difícil de poner en práctica.
Hay que tratar de pensar y probar hipótesis alternativas. Suena fácil, pero no está en nuestra naturaleza. No es divertido pensar que podríamos estar equivocados o hemos sido mal informados. Se necesita un poco de esfuerzo.
Es de mal gusto leer un libro que desafía nuestras creencias políticas, o tener en cuenta las críticas de nuestra película favorita o, incluso, aceptar cómo diferentes personas eligen vivir sus vidas.
Tratar de ser un poco más abiertos es parte del desafío que el sesgo de confirmación nos hace. ¿Podemos entretener a esas dudas por sólo un poco más? ¿Podemos dejar que los hechos nos sacudan y realicen la más fantástica de las hazañas: cambiar nuestras mentes?
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