30 mil presos cumplirán una semana en huelga de hambre en las cárceles de California en repudio a la sistemática violación de los derechos humanos. La protesta ya se extendió a 22 de las 33 cárceles de este estado con mayor población carcelaria.
La huelga comenzó en Pelican Bay State Prison y fue organizada por un grupo de prisioneros que denuncian "la política abusiva de aislamiento". El superpoblado sistema penitenciario de California, de acuerdo a un informe de Amnistía Internacional, mantiene 3 mil presos en unidades de aislamiento de máxima seguridad (Security Housing Units, SHU), más de mil se encuentran en Pelican Bay, sin ventanas al exterior ni acceso directo a luz natural. "Se encuentran aislados dentro de la prisión con mínimo contacto con el personal de allí, las consultas con personal médico, de salud mental y de otro tipo suelen llevarse a cabo con una barrera de por medio; no se permite el contacto con ninguna de las visitas, incluidas las de familiares y representantes letrados, y una mampara de cristal separa a los presos de los visitantes", según revela el mismo informe.
Esta metodología abusiva los obliga a pasar 22 horas y media en una celda de dos metros y medio cuadrados, y se les concede una hora y media para salir a un pequeño patio y hacer ejercicios. Los huelguistas reclaman que esta política sólo se lleve a cabo durante un lapso no mayor de cinco años, más de 2 mil se encuentran allí por períodos "indeterminados" por ser supuestos miembros de pandillas carcelarias. Además piden cambios en las condiciones de vida, mejora de la alimentación, aumento del acceso a programas de salud y educación, el derecho a realizar llamadas mensuales y el fin de los castigos grupales. Según denuncias judiciales, al menos un preso en California, "muere innecesariamente cada seis o siete días debido a deficiencias constitucionales", por otro lado, la tasa de suicidios ha llegado a ser un 80% más alta que la media nacional.
Un expreso que pasó casi siete años en un módulo de seguridad en Pelican Bay explicó a Amnistía Internacional cuál es el objetivo de esa política: "Torturar [...] torturar a la gente. No hay programas de rehabilitación, ni iglesia, ni educación, ni suministros para artistas. Dicen que no podemos tener compañeros de celda porque sería demasiado peligroso, pero no es verdad. No es verdad cuando dicen que todos los recluidos en el módulo de seguridad son lo peor de lo peor. Muchos reclusos llevan más de 15 años en régimen de aislamiento, algunos más de 20".
En Pelican Bay, según datos del Departamento de Prisiones y Rehabilitación de California, durante el 2011 había más de 500 internos por periodo indefinido de aislamiento desde hacía al menos 10 años; de ellos, más de 200 habían pasado allí más de 15 años y 78 más de 20, en muchos casos, habían permanecido desde que comenzaron a funcionar en 1989.
La huelga, la tercera de amplio acatamiento en los últimos dos años, echa luz al inhumano sistema penitenciario de los Estados Unidos que aumenta su tasa de reclusión pese a las constantes denuncias de hacinamiento. Según un informe del Servicio de Investigaciones del Congreso, la población carcelaria en los centros penitenciarios federales aumentó 790% desde 1980, lo que lo ubica en el país con más población carcelaria. La mayoría de los presos son víctimas de la exclusión y criminalización por parte del Estado, devenido en un "Estado Penal", por pertenecer a las clases con menores ingresos y a una minoría racial, negra y latina.
La huelga comenzó en Pelican Bay State Prison y fue organizada por un grupo de prisioneros que denuncian "la política abusiva de aislamiento". El superpoblado sistema penitenciario de California, de acuerdo a un informe de Amnistía Internacional, mantiene 3 mil presos en unidades de aislamiento de máxima seguridad (Security Housing Units, SHU), más de mil se encuentran en Pelican Bay, sin ventanas al exterior ni acceso directo a luz natural. "Se encuentran aislados dentro de la prisión con mínimo contacto con el personal de allí, las consultas con personal médico, de salud mental y de otro tipo suelen llevarse a cabo con una barrera de por medio; no se permite el contacto con ninguna de las visitas, incluidas las de familiares y representantes letrados, y una mampara de cristal separa a los presos de los visitantes", según revela el mismo informe.
Esta metodología abusiva los obliga a pasar 22 horas y media en una celda de dos metros y medio cuadrados, y se les concede una hora y media para salir a un pequeño patio y hacer ejercicios. Los huelguistas reclaman que esta política sólo se lleve a cabo durante un lapso no mayor de cinco años, más de 2 mil se encuentran allí por períodos "indeterminados" por ser supuestos miembros de pandillas carcelarias. Además piden cambios en las condiciones de vida, mejora de la alimentación, aumento del acceso a programas de salud y educación, el derecho a realizar llamadas mensuales y el fin de los castigos grupales. Según denuncias judiciales, al menos un preso en California, "muere innecesariamente cada seis o siete días debido a deficiencias constitucionales", por otro lado, la tasa de suicidios ha llegado a ser un 80% más alta que la media nacional.
Un expreso que pasó casi siete años en un módulo de seguridad en Pelican Bay explicó a Amnistía Internacional cuál es el objetivo de esa política: "Torturar [...] torturar a la gente. No hay programas de rehabilitación, ni iglesia, ni educación, ni suministros para artistas. Dicen que no podemos tener compañeros de celda porque sería demasiado peligroso, pero no es verdad. No es verdad cuando dicen que todos los recluidos en el módulo de seguridad son lo peor de lo peor. Muchos reclusos llevan más de 15 años en régimen de aislamiento, algunos más de 20".
En Pelican Bay, según datos del Departamento de Prisiones y Rehabilitación de California, durante el 2011 había más de 500 internos por periodo indefinido de aislamiento desde hacía al menos 10 años; de ellos, más de 200 habían pasado allí más de 15 años y 78 más de 20, en muchos casos, habían permanecido desde que comenzaron a funcionar en 1989.
La huelga, la tercera de amplio acatamiento en los últimos dos años, echa luz al inhumano sistema penitenciario de los Estados Unidos que aumenta su tasa de reclusión pese a las constantes denuncias de hacinamiento. Según un informe del Servicio de Investigaciones del Congreso, la población carcelaria en los centros penitenciarios federales aumentó 790% desde 1980, lo que lo ubica en el país con más población carcelaria. La mayoría de los presos son víctimas de la exclusión y criminalización por parte del Estado, devenido en un "Estado Penal", por pertenecer a las clases con menores ingresos y a una minoría racial, negra y latina.
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