Los arqueólogos descubrieron varios cementerios mayas de 1.200 años de antigüedad cerca de las ruinas de Chichén Itzá, en el sur de México.
Excavaciones para ampliar una carretera revelaron el hallazgo arqueológico más reciente a unos 20 kilómetros de Chichén Itzá.
Los arqueólogos encontraron al menos siete huesos en tumbas rectangulares, así como cerca de 30 piezas de cerámica, platos, vasos, puntas de obsidiana, cuentas de jade y pendientes de concha, en el sitio.
La arqueóloga Marisa Carrillo dijo "lo interesante de estos cementerios son las ofrendas encontradas", y que éstas "marcan un período de ocupación".
"La cerámica, la cronología permite que nos demos cuenta que estos entierros eran importantes en ese período debido al tipo de ofrendas usadas".
"Encontramos que cada entierro contenía dos, tres y hasta cuatro ofrendas y, en algunos casos, estas ofrendas eran importadas, traídas de otras regiones con glifos y piezas conservadas", manifestó la arqueóloga".
"Se estima que datan de 600 a 800 d.C. antes de la cumbre del período clásico de Chichén Itzá.
Los sitios de entierro revelan que una importante población de comunidades Mayas pudo haber habitado la región de la antigua ciudad capital, dijo en un comunicado de prensa el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El arqueólogo José Osorio, dice que los colonos encontrados aquí podrían haber vivido en las grandes ciudades.
"Normalmente, los cementerios de este tipo reflejan el estilo de vida de la comunidad que vivía en las grandes ciudades, y el tipo de personas que construyeron las pirámides que tenemos a nuestro alrededor", dijo José Osorio.
Los Mayas con parte de una de las grandes civilizaciones antiguas de Mesoamérica. Construyeron ciudades con centros ceremoniales elaborados y levantaron pirámides de piedra como las que hoy en día se observan en México, Honduras, Guatemala y El Salvador.
Aunque los mayas dominaron la región por unos 2.000 años, la antigua civilización abandonó sus centros urbanos por razones desconocidas. Estudios centíficos atribuyen el fin del Imperio Maya a la sobreexplotación de los suelos con unas consecuente grave sequía alrededor de los años 900 d.C.
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