Las diferencias son sutiles pero sustanciales; no es lo mismo ser un huraño ser antisocial que un lobo con piel de oveja.

© Krista Gibbard
Para la mayoría de las personas, incluyendo a los psicólogos forenses, los términos sociópata y psicópata son prácticamente intercambiables. Los expertos discuten interminablemente si existen o no diferencias significativas entre estas dos condiciones, pero el hecho es que existen dos términos con acepciones distintas; puede que las diferencias sean sutiles, pero las sutilezas importan.

El DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) alberga a ambas condiciones bajo la categoría de "desórdenes antisociales de personalidad" (DSM-5). Esto significa que muestran muchos comportamientos comunes, como falta de culpa y remordimiento, tendencia a comportarse de manera violenta e indiferencia por las normas sociales y los derechos de otros.

Ciertamente, los psicópatas y sociópatas son muy parecidos, pero cada uno tiene comportamientos que lo hacen único. Los sociópatas tienden a ser nerviosos y a agitarse facilmente. Son volátiles y propensos a tener ataques de ira. Frecuentemente se comportan de manera poco educada y viven en los límites de la sociedad, incapaces de conservar un trabajo estable o permanecer en un lugar por mucho tiempo. Les es muy difícil generar relaciones interpersonales, pero pueden lograrlo. Pueden crear vínculos con alguna persona o grupo, pero no les importa la sociedad en general ni sus reglas. Los crímenes cometidos por sociópatas, incluyendo el asesinato, tienden a ser más espontáneos que planeados.

En cambio, los psicópatas son incapaces de generar lazos emocionales y tener empatía por los otros, a pesar de muchas veces tener personalidades encantadoras. Los psicópatas son extremadamente manipuladores y se ganan muy fácilmente la confianza de los demás. Aprenden a fingir emociones; parecerán bien educados y tendrán trabajos estables. Algunos incluso son tan hábiles que son capaces de mantener relaciones a largo plazo o formar una familia, sin que aquellos que los rodean sospechen de su verdadera naturaleza. A la hora de cometer crímenes, los psicópatas planean meticulosamente cada detalle, a diferencia de los sociópatas.

Las causas de la sociopatía y la psicopatía son muy diferentes. Se piensa que los psicópatas lo son por naturaleza (genética), mientras que los sociópatas se vuelven así por haber sido criados en determinado ambiente. La psicopatía está más relacionada con defectos neurológicos producto del poco desarrollo del área del cerebro que se encarga de controlar los impulsos y emociones. La sociopatía, en cambio, es más bien producto de un trauma infantil y de abuso emocional y psicológico.

En pocas palabras, los psicópatas son individuos más peligrosos: artistas del engaño que actúan con frialdad reptiliana.